La animación brasileña será objeto de especial atención en la próxima edición del Festival de Annecy (Francia), que se desarrollará del 11 al 16 de junio de 2018. El certamen de animación más importante del mundo quiere reconocer la pujanza de esta cinematografía, que en años recientes, entre otros galardones, se ha llevado en dos ocasiones el Cristal al Mejor Largometraje. Además, Annecy ha anunciado que la música tendrá un papel esencial este año a través de varias actividades.
Los focos la edición 2018 del Festival de Annecy se posarán sobre la animación brasileña. La programación del certamen en homenaje a esta cinematografía se planificará en colaboración con Anima Mundi, festival fundado en 1993 y que se desarrolla cada año en Río de Janeiro y Sao Paolo.
«En los últimos años, la animación brasileña ha alcanzado el estatus de estrella dentro del firmamento de Annecy, ofreciendo una racha extraordinaria de títulos y justificando plenamente nuestro interés en explorar en detalle su producción nacional», indica Marcel Jean, director artístico del festival.
Hay que recordar los dos Cristales cosechados por esta cinematografía: Rio 2096: Una historia de amor y furia de Luiz Bolognesi en 2013 y El niño y el mundo de Alê Abreu en 2014. Además, el corto Guida de Rosana Urbes se llevó premio Jean-Luc Xiberras a la Mejor Ópera Prima y la distinción del jurado FIPRESCI en 2015.
Pero Annecy no solamente se detendrá en el emergente panorama de la animación brasileña sino que pretende ensalzar la cultura del país y cómo es un territorio se encuentra en un momento de fertilidad para la creatividad, que incluye una alta reputación en aspectos como la música, la arquitectura, la literatura o la pintura.
La música en el cine de animación
La edición de 2018 de Annecy también tendrá otros focos de atención, como por ejemplo la música.
La música estará muy presente este año a través de cine-conciertos, proyecciones, conferencias, debates, etc.
«Desde la época del cine mudo, los cineastas han soñado con crear música visual articulando formas gráficos según específicas dinámicas rítmicas. Se me ocurren personas como Viking Eggeling (Diagonal Symphonie) o Hans Richter (Rythmus 21), que condujeron experimentos fascinantes durante la República de Weimar en Alemania», apunta Marcel Jean.
La llegada del sonoro incrementó la explosión de ilustración musical. El más conocido entre todos los artistas que se embarcaron en este propósito fue Oskar Fischinger (Hungarian Rhapsody, An Optical Poem), que incluso llegó a trabajar con Walt Disney en la preparación de Fantasía.
Hay infinidad de películas de animación que utilizan la música como tema o como recurso. Desde American Pop de Ralph Bakshi o Allegro non troppo de Bruno Bozzetto a Rock Odyssey de Robert Taylor y The Yellow Submarine de George Dunning. De hecho, los grandes clásicos de Disney son todos famosos, en gran medida, por sus canciones.
Grandes animadores como Norman McLaren, Alexandre Alexeïeff, Lejf Marcussen, Mickael Dudok de Wit o Georges Schwizgebel han realizado películas musicales y muchos de los más renombrados compositores, como Arthur Honegger, Oscar Peterson, Ornette Coleman, John Williams, Hans Zimmer, Bruno Coulais, Alexandre Desplat, Danny Elfman o Gabriel Yared han trabajado para la animación.
Annecy llevará compositores para que transmitan sus opiniones, honrando el trabajo que hacen por la animación, y permitiendo así que tanto el público como los profesionales los conozcan.
«Para rendir homenaje a la música en el cine de animación, la mejor manera es dejar que los músicos tomen el escenario, para recordarnos la importancia de la música en nuestra relación con el cine, en la emoción que late en ella, en su estructura, etc.», explica el director artístico.
Aquí puedes ver el tráiler de Annecy 2018: