El pasado sábado, día 6 de marzo, concluyó la Conferencia sobre la Exhibición Digital en las Salas de Cine de Europa, en la que se dejó sentir la ausencia de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que había anunciado su presencia.
A continuación reproducimos las conclusiones de esta Conferencia:
 La Conferencia de Barcelona ha sido un revulsivo gracias al cual España ha tomado conciencia real de la urgencia que requiere el proceso de transición a la proyección digital |
1. Las ventajas y la necesidad del cambio desde el sistema de distribución y proyección de películas en soporte físico de 35 mm a la exhibición digital está asimilado y aceptado por todo el sector. 2. El proceso debe ser lo más breve posible, reduciendo al máximo un período de transición en el que la proyección y distribución en 35mm coexista con la digital, pues eso genera sobrecostes muy importantes. Impide rentabilizar los beneficios de la digitalización, y perjudicará a los más débiles. 3. En la mayoría de los casos el exhibidor no puede soportar financieramente por si sólo la conversión a lo digital. Dado que en términos de ahorro de costes los mayores ahorros se producen en el proceso de distribución de películas, se deben buscar fórmulas equitativas para que los distribuidores se impliquen en la financiación de esta transición. 4. No existe un modelo de negocio único de explotación cinematográfica en un entorno digital, sino varios. 5. La figura del intermediario de carácter financiero entre el distribuidor que ahorra costes y el exhibidor que necesita nuevas inversiones se ha revelado como una figura imprescindible. |
6. Puede ser oportuna alguna intervención pública de tipo normativo o administrativo que garantice la transparencia, limite los riesgos de insolvencia y establezca un entorno equitativo para todos. El establecimiento de pautas europeas en este sentido sería muy oportuno.
7. La implicación pública deberá tener también en algunos casos una dimensión financiera, para aquellas salas que -por su tamaño, su localización geográfica, o sus cifras de explotación a causa de su programación- no podrán beneficiarse de los sistemas de financiación privados basados en el Virtual Print Fee (VPF). El análisis de estas «pantallas en riesgo» debe hacerse con detenimiento y criterios claros. Se estima que esta situación afectará a entre un 15 y un 20 % de las salas.
8. La financiación pública deberá plantearse a distintos niveles: europeo, nacional, regional, o local y deberá basarse en distintos instrumentos: el acceso a los Fondos Estructurales, el crédito público, con la posible implicación del Banco Europeo de Inversiones, garantías y avales públicos, sistemas de apoyo fiscal, o subvención directa de una parte de la inversión.
9. Las autoridades europeas y estatales de la competencia deberán contemplar adecuadamente esta necesidad de apoyo público allí donde sea necesaria sin dejar de cumplir con su función.
10. Es necesario continuar el diálogo entre todas las partes implicadas, con el fin de buscar acuerdos que satisfagan los diferentes intereses en juego, y para facilitar a las autoridades públicas la elaboración de una hoja de ruta aceptada por todos, acorde con las necesidades técnicas y financieras, y adaptada a la diversa realidad de cada Estado miembro.
