La exhibición: ser o no ser

10 diciembre, 2013

A finales de noviembre se celebró la mesa redonda «L’exhibició: ser o no ser» («La exhibición: ser o no ser») en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona (UB), con la participación de Pepe Batlle, Consejero Delegado de Odeon-UCI-Cinesa para Europa Continental; Jaume Tarrazón, tercera generación de empresarios de salas de cine en Badalona y miembro de  UNIC (International Union of Cinemas), y Tomás Naranjo, director general de Kelonik. Fue la última mesa redonda organizada en el marco de la exposición «L’experiència màgica del cinema» que puede verse actualmente en el vestíbulo del Edificio Histórico de la UB. Por Mª Luisa Pujol

Fueron de sumo interés todos los puntos que se plantearon en esa mesa. El primero en intervenir fue Pepe Batlle quien agradeció la iniciativa de hacer esta mesa en la que pudieran expresar su opinión los exhibidores ya que «los empresarios de la exhibición somos la parte fea del negocio de la industria del cine” y reconoció que “somos los que generamos más empleo, los que generamos industria, los que al final logramos que la película se pueda ver de la mejor manera como ha sido concebida por el productor y por el director de la película”. 

Batlle hizo un exhaustivo repaso de la historia que ha vivido la exhibición y los problemas a los que ha tenido que enfrentarse: la llegada del seiscientos, lo que dio lugar a la movilidad de la gente, la aparición de la segunda residencia, la creación de las multisalas, luego los multiplexes, que hicieron reflotar las salas de cine, y que de 60 millones de espectadores que había en 1985 se llegara a 145 millones de espectadores en 2004, el año de más apogeo de público en los cines, que coincidió con el boom inmobiliario y el boom de los centros comerciales. A partir del 2004 empezó a bajar la asistencia de público por varias razones coincidiendo además que el número de habitantes por pantalla en España por culpa del boom de los centros comerciales y del boom inmobiliario se ha situado entre los más bajos en Europa “estoy hablando de seis mil u ocho mil habitantes por pantalla en España cuando en Inglaterra están entre 14 mil o 15 mil habitantes por pantalla, eso quiere decir que aquí una pantalla es mucho menos rentable que en Inglaterra, por ejemplo, o Italia o Alemania”, manifestó el Consejero Delegado de Odeon-UCI-Cinesa para Europa Continental.

Reconoció Pepe Batlle que “el sector de la exhibición está perdiendo dinero enormemente. Hay muchas compañías que han presentado suspensión de pagos y están en liquidación y se están cerrando cines porque no es rentable. Lo que sucede es que hay algunas empresas que tienen sangre internacional y pueden soportar estas pérdidas durante más tiempo porque pueden sobrevivir gracias a los beneficios que se producen en otros países. Las empresas que solo tienen beneficios en España son las que tienen más problemas.

Pepe Batlle insistió en que “los exhibidores tenemos que volver a encontrar razones para que la gente salga de su casa y vuelva al cine para ver la película. Y en eso estamos trabajando. Y va a cambiar el mundo del cine. De hecho Cinesa está trabajando en ello y os doy una primicia: un cine en Barcelona, en La Maquinista, tendrá la primera sala totalmente Dolby en el mundo entero  ¿Qué quiere decir una sala Dolby? una sala de gran formato, tendrá unas condiciones especiales que hará que la película, la imagen, el sonido y la confortabilidad sean realmente muy excepcionales. Van a haber cuatro proyectores no uno, habrá más de 65 altavoces distribuidos en el techo, las paredes, etc. las butacas serán más cómodas, la pantalla será gigantesca, …. y este será el primer cine en el mundo como modelo que, si funciona, se harán más cines con la marca Dolby.  No solo estamos en este camino; hay otras cosas en investigación, los cines evolucionarán de manera que serán centros de retransmisión de eventos, conciertos, retransmisiones de deportes, etc. y esto hará que los cines se construyan con esta mentalidad”.

Jaume Tarrazón también reconoció que el sector de la exhibición es el más olvidado en la cadena de la industria del cine aunque afirmó que “creo que es un pilar fundamental y quizás el que está más ligado a un punto tecnológico”. Animó a que el sector mire al futuro, “nosotros a pesar de los problemas y las crisis, creemos en el futuro de esta industria”. No ocultó que actualmente el sector se enfrenta  a muchas alternativas de ocio, de consumo, “pero el cine si le damos las prestaciones adecuadas y seguimos manteniendo ese gran espectáculo, esa magia del cine, tiene un público que pagará el precio que tenga que pagar, ese es otro debate, pero estará interesado”. Por lo tanto, abogó por  corregir errores que se han hecho en el pasado, pero vio con optimismo el futuro de la industria como tal, como generadora de empleo: ”lo que tenemos que hacer es seguir apostando y no rendirnos en momentos difíciles como los que vivimos en ahora”.

Tomás Naranjo en su intervención, afirmó que el cine antes que un producto es un invento y por eso tiene una base tecnológica que ha acompañado siempre a la mejora de la experiencia del cine, primero con la llegada del sonoro, luego con el color, la aparición del estéreo. Para Naranjo el cine como invento se ha reinventado a lo largo de la historia para poder salir de una situación de crisis o de alguna encrucijada que se ha encontrado. Hizo hincapié en que el exhibidor siempre está invirtiendo y ahora lo está haciendo de nuevo al sustituir el sistema fotoquímico por el digital. El exhibidor afirmó “está recaudando menos, está gastando más, en un cambio tecnológico obligado porque si no eres digital el año que viene no existes y a la vez toca reinventarse e inventar fórmulas para llenar las salas de cine. Ganar menos, pagar más y además que te cueste más subsistir es una ecuación que pocas veces cuadra”.

Pepe Batlle, al igual que Jaume Tarrazón y Tomás Naranjo, achacó la crisis que vive el sector de la exhibición a los cambios de hábitos del público que tiene más alternativas de ocio, y a la piratería, pero además añadió  que en España hay un problema muy grave de producción local. Ésta no conecta con el público. También habló de las ventanas, otro problema que afecta seriamente al sector. Las ventanas -el tiempo que transcurre entre que se estrena una película en el cine a la que se puede ver en vídeo o por video on demand, etc.- hasta hace poco tiempo eran de un año, luego pasaron a seis meses, luego a cuatro meses, en Estados Unidos es de tres meses y ahora tenemos unas presiones aquí para que sea de dos meses. Esto significa que el consumidor final sabrá que, si se espera dos meses, podrá ver cualquier película en su casa perfectamente y hay algunas distribuidoras que si se paga cierta cantidad enorme,  envía directamente la película a la casa del usuario el mismo día que se estrena en los cines.

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