Una Hoja de Ruta para la Reconstrucción

4 enero, 2016

Flota en el aire la sensación de que hemos cruzado algún umbral en la historia, y no nos referimos solo al cambio de Gobierno en España. Nos referimos a las nuevas tecnologías que han transformado radicalmente nuestro modo de vida. Esa sensación es ya para muchos algo tangible, una sucesión de hechos cotidianos y cuantificables que invalida nuestros esquemas anteriores.

El ministro Íñigo Méndez de Vigo junto a los responsables de la política cultural (Secretario de Estado, Directora General del ICAA) y los presidentes de las Asociaciones Empresariales y Profesionales de España. Ahí está el germen del tan necesario Comité Intersectorial Permanente que venimos reclamando desde hace años en los editoriales de Cineinforme
El ministro Íñigo Méndez de Vigo junto a los responsables de la política cultural (Secretario de Estado, Directora General del ICAA) y los presidentes de las Asociaciones Empresariales y Profesionales de España. Ahí está el germen del tan necesario Comité Intersectorial Permanente que venimos reclamando desde hace años en los editoriales de Cineinforme

En el último medio siglo, con la implantación de las máquinas en todos los procesos de producción y distribución, la humanidad vio retroceder drásticamente el número de empleos disponibles por habitante. Especialmente graves han sido los últimos quince años, con el desembarco de ese virus, ya implantado a nivel mundial, de la digitalización. Hasta hace poco, una máquina podía sustituir a 20, 30 ó más personas; hoy un ordenador puede llegar a realizar   él solo un trabajo equivalente a un número ilimitado de seres humanos, sobre todo si se aplica su capacidad de mando a una cadena de máquinas.

Por otra parte, la absoluta libertad de movimiento de capitales ha propiciado que los medios productivos sean fagocitados por un número cada vez menor de grupos inversores, de tal forma que el poder económico y financiero terminará cayendo en unos pocos centenares de grupos que van a controlar –de hecho controlan ya- casi todos los procesos de fabricación, distribución y consumo de bienes TANGIBLES. También, por consecuencia, controlan un mercado laboral precario donde cada vez más personas son excluidas o mal remuneradas. Los puestos de trabajo NO CREATIVOS “salen” a subasta, obligando a los aspirantes a cotizar continuamente a la baja.

Afortunadamente jugamos en el equipo de los bienes INTANGIBLES donde, gracias a la diversidad cultural, los jugadores tenemos muchas posibilidades para seguir manteniendo nuestra libertad creativa, nuestro “status” individual y, a la vez, cerrando el círculo, conservar la diversidad cultural. Confiemos en que el Parlamento Europeo defienda a las Industrias Culturales para que sean excluidas del TTIP, el tratado de libre comercio que se está negociando con los EEUU. De lo contrario, los creadores europeos estaríamos en vías de extinción.

Confiemos en que el Parlamento Europeo defienda a las Industrias Culturales para que sean excluidas del TTIP, tratado de libre comercio que se está negociando con los EEUU. De lo contrario, los creadores europeos estaríamos en vías de extinción.

En el mundo latino (Francia e Italia son las excepciones) no valoramos aún el significado de la palabra “patente”. Por el contrario, en el mundo anglosajón lo saben bien desde hace cien años: una patente es un bien intangible que puede producir beneficios durante décadas a sus derechohabientes, si está debidamente patrocinado, registrado y protegido.

Y las obras literarias, musicales, escénicas o audiovisuales son eso: patentes que necesitan patrocinadores, además de protección legal y jurídica. También son bienes intangibles las patentes de software necesarias para la realización de procesos electrónicos y digitales (en nuestro caso muy utilizados en producción, postproducción, distribución y exhibición de contenidos audiovisuales) que tienen un peso importante en el conjunto de la industria. Pero si este tesoro creativo no es debidamente protegido, los piratas harán de él su botín.

España es un país rico en creadores especializados en todas estas disciplinas… y los estamos dejando escapar debido a la pobreza de horizontes que planea sobre las Industrias Culturales. La consecuencia de la mala política aplicada durante los últimos 15 años hace que las obras que finalmente conseguimos producir -y también las que importamos desde el extranjero- sean explotados en un 84% por redes piratas. ¿Qué hacer al respecto?

Una Hoja de Ruta para la Reconstrucción de la Industria Audiovisual Española

Después de leer docenas de informes sobre nuestro sector y analizar las experiencias sufridas por nuestra industria en los últimos 50 años, hemos construido una especie de “decálogo” de acciones a poner en marcha cuanto antes. Deberían estar funcionando desde hace mucho tiempo, pero ahora hemos llegado al punto de no retorno.

El cine español y el cine en España en su conjunto industrial se han debilitado en los últimos años como todos sabemos bien. Y el tiempo corre en contra. El aún no creado (de forma estable) Comité Intersectorial de la Industria Audiovisual, debería ser el encargado de presionar para que el cambio se haga realidad. Un comité similar existe en todos los grandes países de Europa, excepto España.

Nuestro decálogo para el nuevo Gobierno de España

Primero.- Autoconvencernos de que la producción y explotación de contenidos audiovisuales no va a cesar y en España tenemos los mejores creadores tanto técnicos como artísticos. Nuestros empresarios son tan eficientes como los mejores de cualquier otro país. Solo faltan incentivos y regulación de mercado para evitar que todo nuestro tejido industrial se destruya y caiga al 100% en manos foráneas. Especial peligro tiene el hecho de que aún no se haya legislado en nuestro país sobre la aportación que las grandes plataformas de distribución por internet deben hacer al resto de la industria local mediante compromisos de colaboración financiera y fiscal respeto de las “ventanas”, etc.

 

Google y yahoo logos

Especial peligro tiene el hecho de que aún no se haya legislado en nuestro país sobre la aportación que las grandes plataformas de distribución por internet deben hacer al resto de la industria local mediante compromisos de aportación financiera, respeto de las “ventanas”, etc.

En países vecinos donde la Industria y el Estado van de la mano, el audiovisual constituye una fuente inagotable de riqueza. Los ciudadanos han aprendido a valorar su producción nacional, a respetar los derechos de la propiedad, a valorar la diferencia entre disfrutar de una obra audiovisual en una pantalla grande y verla en un ordenador o teléfono móvil.

La idea derrotista que se ha impuesto en España no responde a la realidad global, sino a una situación de abandono (cuando no acoso) del sector por parte de nuestros representantes políticos durante los últimos quince años.

Segundo.- Utilizar en el desarrollo y la preproducción de los nuevos proyectos todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición, especialmente consultores de proyectos y expertos en marketing tanto para nuestro mercado interior como para el exterior. Los productos audiovisuales forman parte del núcleo duro de la nueva economía, la de los intangibles, que en los países desarrollados es la mayor generadora de empleo de calidad. Las inversiones en el diseño de los nuevos productos sin duda ofrecen altos índices de retorno, y en esto el cine no es ninguna excepción. Proponemos la creación de una línea específica de ayudas para este fin.

Los productos audiovisuales forman parte del núcleo duro de la nueva economía, la de los intangibles, que en los países desarrollados es la mayor generadora de empleo de calidad.

Tercero.- Aumentar el presupuesto unitario por producción y reducir el número de producciones de largometraje. Ahora los productores tienen a su disposición la nueva vía de las desgravaciones fiscales para la financiación de sus proyectos. Estas desgravaciones son poco atractivas aún y habrá que luchar para que se incrementen en un futuro próximo. Pero además una buena cobertura de riesgos, un seguro de buen fin y contar con el aval de CreaSGR deben permitir la financiación de proyectos con presupuestos más aproximados a los que se manejan en el resto de Europa. Podríamos así, entre otras cosas, recuperar la fuga o el abandono de talento que ha traído como consecuencia la precariedad laboral en los últimos años, grandes actores y directores incluidos. En cuanto a cantidad de largometrajes producidos por año, las ayudas públicas deben obligar a que este vector se reduzca. No tiene sentido producir 200 películas por año y estrenar comercialmente menos de la mitad.

Crea SGR
Crea SGR (antes Audiovisual SGR) es la pieza más importante a día de hoy para lograr la financiación de presupuestos de una cierta envergadura

No tiene sentido producir 200 películas por año y estrenar comercialmente menos de la mitad

Si los productores concentran sus esfuerzos mediante la creación Asociaciones de Interés Económico (AIE), el presupuesto disponible será mayor y el número de proyectos descenderá. La tesis de que el número ideal de películas producidas por país debe estar en torno a una por millón de habitantes, tiene sus fundamentos, aunque cuando se habla de esta proporción, se suele olvidar que se refiere solo a las obras producidas con intención comercial. Al margen, nuestro país podría producir, con la ayuda pública necesaria, 15 ó 20 obras en plan experimental, dirigidas a públicos minoritarios. Además, y también mediante un notable incremento de las ayudas públicas (o de las desgravaciones fiscales), podríamos producir varias series de animación por año, documentales de calidad y películas para la televisión, productos todos ellos excluidos en todas las Leyes de Cine que se han aprobado en España desde que se inició la era multipantalla con la llegada del vídeo doméstico en 1980. En este incremento de ayudas, debemos seguir reclamando también la vuelta a un modelo de compensación por copia privada acorde con el resto de Europa.

No nos podemos creer que estemos en la Unión Europea cuando en Francia las ayudas a la industria audiovisual llegan a los 700 millones de euros y en España esas mismas ayudas se sitúan en unos 35 millones de euros al año, o sea, veinte veces menos.

No nos podemos creer que estemos en la Unión Europea cuando en Francia las ayudas a la industria audiovisual llegan a los 700 millones de euros por año (gracias a una inteligente legislación escrita a finales de la segunda guerra mundial y mantenida firmemente hasta hoy) y en España esas mismas ayudas se sitúan en unos 35 millones de euros al año, o sea, veinte veces menos. ¿Cómo se puede competir con un vecino así en un mercado sin fronteras?

Ciudad-de-la-luz
Todos los errores cometidos por los últimos gobiernos centrales y, en este caso, el gobierno regional valenciano, se pueden condensar en el fracaso de La Ciudad de la Luz de Alicante. Planificación, promoción, legislación fiscal… un error sobre otro hasta llegar a la subasta pública de una de las joyas de la Industria Audiovisual española.

Cuarto.– Incluir una partida suficiente para la promoción dentro del presupuesto inicial. Los datos no solo de España, sino de la Unión Europea en su conjunto, demuestran que el total de fondos públicos destinados a la producción de cine se distribuyen de esta forma: 70% para producción, 8% para distribución y 4% para promoción. Está claro que así no podemos competir con producciones extracomunitarias que dedican porcentajes de dos dígitos solo a la promoción. Las ayudas públicas deberían estar condicionadas a un compromiso, por parte del productor, de invertir como mínimo el 20% del presupuesto en promoción.

Quinto.- Recordar que en las sucesivas legislaciones aprobadas en nuestro país desde la llegada de la democracia, hace ahora 40 años, no se ha contemplado prácticamente ninguna ayuda para la distribución, ni para la exhibición, ni para las industrias técnicas. Hay que seguir trabajando para corregir este gran error de planificación por parte del Ministerio de Cultura. Si casi todo el dinero público se invierte en producción y nada o casi nada en distribución independiente y exhibición, tendremos al final muchas películas españolas y ningún cine donde proyectarlas. Ya hemos perdido una gran parte de la distribución independiente (por falta de interés de las televisiones en el cine independiente) y también otra gran parte de nuestro parque de salas por la inacción de nuestros alcaldes, diputaciones, gobiernos regionales y gobierno de la nación. Hay que frenar esta sangría cuanto antes, empezando por reducir el IVA sobre la venta de entradas.  Desde que se subió el IVA al 21%, la recaudación de los cines españoles ha bajado en, aproximadamente, 100 millones de euros por año (ver cuadro):

El nefasto efecto del IVA a 21%

MIENTRAS QUE EL IVA SE HA MULTIPLICADO POR 3, LA RECAUDACIÓN DEL ESTADO HA CRECIDO SOLO EL DOBLE

Tabla-de-recaudación-con-IVA

Ya hemos perdido una gran parte de la distribución independiente por falta de interés de las televisiones y también otra gran parte de nuestro parque de salas. Hay que frenar esta sangría cuanto antes, empezando por reducir el IVA sobre la venta de entradas.

PORTADA cineinforme 886

Sexto.- Apoyar el movimiento ciudadano que lucha por recuperar todas las salas de cine posibles en ciudades pequeñas y medianas. El gobierno central, los regionales y los ayuntamientos deben implicarse en ello. Debería crearse un fondo para ayudar a estas salas (y otras que están cerca de su cierre) al menos para mantener sus instalaciones al día. La recién creada asociación CINEARTE debería recibir también todo el apoyo posible por parte del resto de la industria. No se puede consentir que 23 ciudades españolas con más de 50.000 habitantes carezcan al día de hoy de una sala cinematográfica: Elda (Alicante), Calviá (Baleares), Mollet del Vallés (Barcelona), Rubí (Barcelona), Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Viladecans (Barcelona), Vilanova i la Geltrú (Barcelona), Algeciras (Cádiz), La Línea de Concepción (Cádiz), Motril (Granda), Aranjuez (Madrid), Arganda del Rey (Madrid), Móstoles (Madrid), Parla (Madrid), Benalmádena (Málaga), Estepona (Málaga), Mijas (Málaga), Torremolinos (Málaga), Molina de Segura (Murcia), Avilés (Asturias), San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas), Utrera (Sevilla) y Torrent (Valencia).

Cinema Paradiso

Apoyar el movimiento ciudadano que lucha por recuperar todas las salas de cine posibles en ciudades pequeñas y medianas

Séptimo.- Reconocer las deficiencias del sistema de promoción dentro de España. Además de incrementar el porcentaje dedicado a la promoción dentro del presupuesto general de cada proyecto (punto 4), todas las emisoras públicas de tv españolas deberían estar obligadas a programar y promocionar el audiovisual español, como parte de las ayudas que la producción recibe del Estado. Otros medios de comunicación que reciben alguna subvención pública deberían estar igualmente obligados a promocionarlo. Por su parte, los festivales de menor tamaño deberían tender a coordinar sus programaciones hasta el punto de constituir un auténtico “road show” que se incluyese en la agenda cultural de cada municipio, una o dos veces por año, en el que el cine español tuviese un espacio prominente.

Octavo.- Llevar, de una vez por todas, la asignatura Cine o Lenguaje Audiovisual a la enseñanza básica. No nos extendemos más en este punto, pues hay abundantes y profundos estudios sobre su absoluta necesidad.

Noveno.- Crear una asociación de exportadores con las empresas que puedan demostrar sus años de experiencia y sus resultados para aplicar a través de ella, los fondos que el ICEX dedica a la promoción de ventas internacionales. Sería el primer paso para constituir un ente parecido a UniFrance Films. Resulta increíble que la industria española no haya exigido esto en ninguna de las sucesivas legislaciones aprobadas desde hace 40 años, mientras las ayudas a los agentes de ventas no dejen de caer y nuestra presencia en los grandes festivales ha pasado a ser simbólica. UniEspaña existió hasta 1977. Después, el cine español no ha vuelto a tener un ente específico para el fomento de la exportación, mientras que UniFrance acaba de cumplir felizmente 60 años. En este epígrafe hay que incluir también una fuerte protesta por el escaso apoyo que las diferentes administraciones públicas prestan a las Film Commissions.

Unifrance/Uniespaña
Uniespaña existió hasta 1977. Después, el cine español no ha vuelto a tener un ente específico para el fomento de la exportación, mientras que UniFrance acaba de cumplir felizmente 60 años

Décimo.- Lo hemos dejado para el final, pero creemos que es el tema de mayor trascendencia: controlar la piratería. Con la piratería descontrolada, el valor de las patentes en España es cero. Sin la adecuada protección legal y jurídica a la que nos hemos referido al principio, esas patentes que tanto valen en el mundo anglosajón, aquí no valen nada.

La Coalición de Creadores informa que las pérdidas durante los cuatro años de la legislatura anterior ascienden a 54.601 millones de euros

Para resumir el estado de esta cuestión, basta con recordar que hace tiempo superamos la barrera de los 10.000 millones de euros en pérdidas al año y la cifra sube continuamente a una tasa superior al 5% anual. La Coalición de Creadores informa que las pérdidas durante los cuatro años de la legislatura anterior (2012-2016) ascienden a 54.601 millones de euros.

Piratería
La piratería continúa en ascenso en nuestro país. Más del 84% del negocio se pierde por este descontrol.

La piratería continúa en ascenso en nuestro país. Más del 84% del negocio se pierde por este descontrol. Hay que promulgar una ley que obligue a los operadores a abrir sus datos de tráfico para detectar a los piratas, como se hace en Francia y en otros países de nuestro entorno.

También queremos traer aquí otro tipo de piratería del que no se suele hablar: el intrusismo profesional, especialmente dañino en el área de las industrias técnicas. Este sector sufre desde hace años la competencia ilícita de muchos técnicos que, gracias a la proliferación de nuevos equipos digitales de bajo coste, realizan todo tipo de trabajos de post-producción en su propio domicilio “tirando” los precios porque en una gran parte de los casos cobran en dinero negro y por lo tanto evaden los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social. Los que contratan estos servicios deben ser conscientes de que están debilitando una de las piezas clave que ha contribuido a fraguar la buena imagen que tienen las industrias técnicas españolas en todo el mundo. El ICAA debería exigir facturas de empresas que operan legalmente antes de pagar las ayudas a los productores.

Las estadísticas podrán decir lo que quieran, pero la industria no se puede mantener solo con cuatro o cinco películas de éxito al año.

Este decálogo puede resultar para algunos lectores un alarde de prepotencia, pero nada más lejano de nuestra intención. Solo hemos querido aportar nuestro granito de arena para la reconstrucción de la industria audiovisual española, explicando en pocos párrafos una realidad que algunos políticos tardan años en aprender. Tantos, que cuando medianamente lo han aprendido, se marchan y dejan a otro nuevo en su lugar. Si seguimos así nuestra producción audiovisual perderá la ya poca fuerza que le queda tanto en el mercado interior como en el exterior, con todas las nefastas consecuencias que eso conlleva. No podemos caer en la tentación de las estadísticas recientes, que parecen favorables pero que en realidad se sustentan en solo cuatro o cinco títulos de éxito.

Montaje

Autor: Antonio Carballo y equipo de The Market Eye Team.

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