La subida del IVA cultural del 8 al 21% que llevó a cabo el gobierno del Partido Popular en 2012, y que se hizo efectivo en 2013, trajo consigo unas terribles consecuencias para las industrias culturales. El cine no se salvó, como podemos observar en el siguiente análisis de los resultados de taquilla desde el año 2002 hasta el pasado 2015.
Entre 2002 y 2012, el IVA aplicado a las entradas de cine era del 8% y durante esos diez años la recaudación total anual nunca bajó de los 600 millones de euros, con su máximo en los 691,6 millones de euros obtenidos en la taquilla en 2004.
En cambio, a partir de 2012 y justo tras la aplicación del 21% de IVA cultural, la recaudación anual no ha llegado nunca a los 600 millones de euros, quedando en 2013, 2014 y 2015 siempre por debajo de esa cifra. Y no un poco por debajo, sino más de un 20% por debajo. He aquí la mejor prueba de cómo aumentando los impuestos se reduce el mercado. Si a esta decisión política tan insensata se añaden los efectos de una piratería descontrolada, llegamos a la situación en la que nos encontramos.
El máximo de estos últimos tres años se consiguió, precisamente, el año pasado, con 571,5 millones de euros de recaudación total anual.
La recaudación ha tendido a descender desde 2009, salvo en 2014 y 2015, gracias al efecto de Ocho Apellidos Vascos y Ocho Apellidos Catalanes. Así, aunque el porcentaje que ingresa el Estado a través del IVA ha aumentado, las arcas estatales no han podido reccoger todo lo que pretendían debido a la gran disminución de la taquilla respecto a los años anteriores.