Cineinforme y Cine&Tele Online analizan los efectos de la política del PP sobre el cine, en una semana decisiva para la toma de posiciones de cara a las elecciones generales del próximo domingo. Por este motivo, hemos pensado que sería de interés para nuestros lectores pasar revista a los logros y los fracasos de la política aplicada por el Partido Popular en este ámbito durante la legislatura que ahora finaliza.
El principal logro del Partido Popular que, no olvidemos, ha gobernado en solitario gracias a su mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado, ha sido la redacción y aprobación de una serie de cambios en el texto de la Ley del Cine y también en las leyes que afectan a los procedimientos encaminados a mejorar la lucha contra la piratería. Los cambios en la legislación sobre la financiación del cine fueron anunciados por el ministro Wert al poco de ser nombrado como titular de la cartera de Educación, Cultura y Deporte. A partir de ese momento, se convocó la creación de una Comisión Mixta formada por representantes de los diversos ministerios implicados y por representantes de la industria. Esta Comisión realizó un espléndido trabajo a lo largo de más de dos años, llegando a la redacción de una serie de modificaciones consensuadas por unanimidad.
En el otro tema, el de la mejora de las disposiciones para combatir la piratería, el Partido Popular redactó y aprobó el Reglamento para la aplicación de la conocida como “Ley Sinde”, que el anterior gobierno del PSOE había dejado pendiente. Esta ley pasó entonces a ser conocida como “Ley Sinde-Wert” y se tomaron las primeras medidas para su puesta en marcha efectiva, algo que llevaba reclamando todo el sector desde casi 10 años atrás.
Lamentablemente, ambos movimientos sirvieron de poco: por un lado, una buena parte de las conclusiones de la Comisión Mixta fueron olvidadas en el momento de la redacción y puesta en vigor efectiva de las normas legales concernientes a la financiación del cine, a la vez que las cantidades asignadas al fondo de ayudas a la cinematografía se iban reduciendo drásticamente año tras año, sin que se aprobase el nuevo modelo de desgravaciones fiscales. A este respecto, resulta muy interesante revisar el reportaje que publicamos en el mes de mayo elaborado sobre datos del programa Europa Creativa MEDIA en el que se observa como los grandes países europeos apuestan fuertemente por su producción local, excepto España.
En el asunto de la persecución de la piratería, la legislación aprobada se ha quedado solo en una declaración de intenciones. La falta de recursos y la poca formación que se les ha dado a los Jueces españoles para el correcto entendimiento de los complejos mecanismos en los que se apoya la piratería por internet, son los culpables de que el negocio de los piratas en nuestro país continúe en aumento.
El Cine en España ha sufrido un retroceso de décadas en estos últimos cuatro años
En el apartado de los fracasos, además de la ya indicada falta de recursos que ha hecho inservibles las mejoras legislativas introducidas por el Partido Popular (por cierto: con una lentitud exasperante, a pesar de gobernar en mayoría absoluta), hay tres que causan estupor incluso a nivel internacional.
El primero de ellos es haber subido la presión fiscal sobre el consumo de cine desde el 8% al 21%. Esta multiplicación del IVA casi por tres ha producido el hundimiento del mercado de la exhibición según pueden ver nuestros lectores en el reportaje “El nefasto efecto del IVA al 21%”
Así, las previsiones de incremento de la recaudación por este concepto no se han cumplido: el ministro de Hacienda preveía llegar a los 120 millones anuales y se ha quedado en 90. El lamentable resumen es que mientras el impuesto ha subido casi por tres, la recaudación apenas se ha multiplicado por dos. Por el camino ha quedado una reducción de los ingresos de taquilla de casi 100 millones por año, con la consecuencia de cierre de más cines, más trabajadores en el paro y más población española desatendida. Hasta 23 municipios de más de 50.000 se han quedado ya sin cine, según el último informe de la AIMC.
Afortunadamente, todos los partidos que aspiran a gobernar en España a partir del próximo domingo se han comprometido a reducir este impuesto hasta dejarlo en sus niveles anteriores. Todos menos el Partido Popular.
Solo este empecinamiento puede costarle al Partido Popular un millón de votos, si pensamos que el IVA al 21% está perjudicando seriamente a más de 400.000 familias que directamente o indirectamente viven de la Industrias Culturales.
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El segundo fracaso del Partido Popular fue la fulgurante destrucción del sistema europeo de compensación por copia privada, liberando a las multinacionales tecnológicas (Samsung, Toshiba, HP, Philips, LG…) de aportar el mal llamado “canon digital” a las entidades de gestión de derechos de autores, editores y productores de contenidos culturales. El gobierno del Partido Popular aprobó esta medida carente de todo fundamento durante las primeras semanas de su mandato (por eso nuestro calificativo de “fulgurante”). Claro que la reacción de las entidades de gestión tampoco se hizo esperar, y hace tan solo unos días hemos conocido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia Europeo condenando al Reino de España -es decir, a todos los españoles- a pagar de nuestro bolsillo 400 millones de euros, que es la cifra en la que se estima el daño causado por este capricho del Partido Popular a los perjudicados (las 400.000 familias a las que nos hemos referido en el epígrafe anterior).
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Por último, y aunque ya lo hemos citado al principio, el Partido Popular, en este caso junto con sus amigos del PSOE, nos deja como fruto podrido de sus 11 años de gobierno un país donde se ha perdido la conciencia del derecho a la propiedad intelectual. Robar una cartera con 50 euros puede llevar a cualquier descuidero a la cárcel, pero facturar varios cientos de miles de euros al año por publicidad un una página web que piratea contenidos audiovisuales, en opinión de algunos jueces, no es delito. Y claro, la falta de dinero de bolsillo de los españoles de a pie, golpeados por una crisis que dura ya ocho años, hace el resto. ¿Para qué pagar por algo que tienes gratis a tu disposición? El resultado es que más del 80% de los contenidos que producen y distribuyen las Industrias Culturales en nuestro país se consumen de forma ilegal, produciendo un daño que ya hace tiempo superó los 10.000 millones de euros por año… y sigue creciendo. Consulta AQUÍ todas nuestras noticias sobre la Piratería.
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Grandes expertos del extranjero se preguntan cómo podemos estar sobreviviendo en España a este conjunto de desatinos. Respondan ustedes mismos y actúen en consecuencia el próximo domingo. Otros cuatro años más en la misma dirección acabarán con lo poco que nos va quedando en el área de las Industrias Culturales.
En el peor de los casos, si Mariano Rajoy repitiese en La Moncloa, habría que resistir un año y medio o dos a lo sumo. Para esas fechas, caerá su Gobierno, acosado por la oposición al completo.
CIUDADANOS: Recuperar el hábito de ir al Cine
Ciudadanos propone en su programa, sobre temas de impuestos, que solo haya dos tipos: un 18 por ciento general y un 7 por ciento reducido, estando enmarcado el cine en este último.
Además, su programa Cultural incluye varios aspectos que, por su interés para nuestros lectores, reproducimos a continuación
“La cultura, columna vertebral de un País
La cultura de un país es su columna vertebral, su mejor patrimonio, su tarjeta de presentación al mundo y la más valiosa herencia que puede dejar a las generaciones futuras. Es obligación de cualquier gobierno crear el marco adecuado para que los creadores puedan hacer su trabajo y fomentar el acceso de los ciudadanos a una cultura hecha en libertad. Pero hay algo más: la cultura es también una industria que genera riqueza y puestos de trabajo. Desde las instituciones hay que fomentar y proteger esas industrias, alentar su labor y optimizar su rendimiento. Más allá del incalculable valor inmaterial de la cultura, hay que entenderla como una valiosa oportunidad de progreso y desarrollo que no puede desdeñarse, y menos aún en un país como el nuestro con el valor añadido de un idioma que hablan 500 millones de personas.
Un audiovisual español competitivo
El sector audiovisual es uno de los que mejor reflejan la imagen de un país. El cine español ha sido siempre un notable vehículo de promoción cultural, pero no se ha sabido darle el impulso empresarial que necesita. El cine es una de las principales industrias culturales, pero precisa de una base empresarial desarrollada. Una política adecuada debe tener en cuenta la necesidad de fortalecer nuestras empresas audiovisuales, dotarlas de la capacidad de emprender proyectos ambiciosos y de acudir a los mercados. Además, debe atenderse a la parte novel de la industria, favoreciendo el trabajo de los jóvenes realizadores y la aparición de nuevas empresas audiovisuales.
El sector de los contenidos es motor de creación de empleo de calidad y debe entenderse de manera amplia y dinámica incluyendo cine, TV, documental, animación y videojuegos
La producción independiente de contenidos debe disponer de medidas que doten al sector de estabilidad y competitividad. Hay que competir con las mismas medidas que países de nuestro entorno, usando tantos incentivos como desgravaciones fiscales para las producciones españolas. El sector debe ser capaz de producir obras tanto pequeñas como grandes, autorales como industriales. locales como internacionales, y para ello necesita una política de Estado.
Plan especial para animación y efectos visuales: España es puntera en este campo. y así lo están reconociendo las grandes compañías. que encargan a nuestros estudios trabajos muy ambiciosos. Los efectos visuales y la animación son los contenidos más internacionales, con mayor potencial de crecimiento y que ofrecen un empleo más estable y duradero. Es necesario apostar por una formación de calidad, un fomento del l+D y una política de expansión internacional, y por un marco de exenciones fiscales que permita a estas empresas competir con las de otros países de nuestro entorno. Al mismo tiempo, fomentaremos la ampliación de titulaciones de FP vinculadas a este sector.
Industrias auxiliares: potenciaremos el desarrollo de las industrias de prestación de servicios al cine. como son los laboratorios, los estudios de efectos especiales. iluminación, etc.
El sector del videojuego es uno de los que tienen mayor capacidad de crecimiento que tiene que ser impulsada desde la administración. Es necesario fomentar la internacionalización de las desarrolladoras a través de la participación en Ferias del sector y focalizar la industria en centros de desarrollo ya existentes para crear un ecosistema donde convivan talento, formación, financiación y emprendedores. Por otro lado, son necesarios cambios en la legislación que supongan una mayor protección de los derechos de autor de los videojuegos y los agentes que contribuyen a su elaboración. Asimismo, es importante elaborar un catálogo de videojuegos hechos por españoles.
El cine como hábito: las nuevas generaciones tienen que aprender a apreciar el cine como elemento de socialización. A este respecto, promoveremos planes de asistencia al cine desde los colegios y en horario escolar. Contribuiremos a rentabilizar las salas y a formar nuevos espectadores. Al mismo tiempo, hay que facilitar la implantación de tarifas de cine para niños y jóvenes para impedir que estos se alejen de las salas y busquen otras formas de ver ficción. Negociaremos la posibilidad de crear abonos anuales y mensuales y tarifas planas como las que ya existen en otros países.
España, plató de Europa: por su situación geográfica, su patrimonio histórico artístico, su clima, su calidad de vida y la cualificación de los profesionales, España puede convertirse en el plató de Europa. Para ello es necesario contar con una política de desgravaciones fiscales competitivas y ágiles que atraigan no sólo rodajes cinematográficos, sino también producciones de animación y efectos visuales. A las condiciones naturales del país se une su valor como atractivo turístico. Los rodajes extranjeros son una fuente de creación de empleo y un revulsivo económico. Es necesario impulsar la labor de la Spain Film Commision y colaborar en la elaboración de un exhaustivo catálogo de escenarios de rodaje que esté a disposición de productoras extranjeras y donde se recojan accidentes geográficos, edificios, infraestructuras, paisajes, etc., donde es posible rodar tanto ficción como publicidad.
La promoción exterior: es una de las asignaturas pendientes de nuestra cinematografía. Hay que incentivar la difusión de nuestras películas en el exterior, fundamentalmente en el mundo hispano y apoyar el trabajo de nuestros agentes de ventas. Impulsaremos la creación de eventos donde los productores puedan presentar a los exhibidores sus tráilers y películas en proceso.
Propiedad intelectual: Y si hay que proteger la industria, también hay que proteger el trabajo de los creadores y la propiedad intelectual de realizadores, guionistas y todos aquellos que intervienen en el proceso creativo. La lucha contra la piratería y la educación en el respeto a la propiedad intelectual será uno de nuestros objetivos
El sector editorial: el libro y la lectura: las sociedades más prósperas son también las que tienen un mayor hábito de lectura. Según el CIS, el 42% de los españoles reconoce que no lee nunca o casi nunca. Por si esto fuera poco, los índices de comprensión lectora en España están entre los más bajos”.
