De nuevo ha sido McCann la agencia responsable de la campaña navideña de la marca de origen burgalés. La tienda LOL (donde se compra el humor) se mantiene fiel a su filosofía ‘Que nada ni nadie nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida’, mostrando los valores que más definen a los españoles, así como las temáticas más presentes en la realidad del momento.
Si las navidades pasadas Amodio, la campaña de Campofrío –también de McCannn y dirigida por Isabel Coixet- medía los sentimientos de los españoles, invitando a la convivencia del respeto y a ver el futuro y el presente con optimismo, destacando valores como la tolerancia, la alegría, el respeto, la solidaridad, etc.; este año es la reivindicación del humor la que protagoniza el spot La tienda LOL (donde se compra el humor), defendiéndolo como un bien de primera necesidad y no tratándolo como un lujo.
Creado igualmente por McCann, agencia que desde 2011 es la encargada de diseñar las campañas navideñas de Campofrío, la producción es de La Joya. La marca, desde un tono humorístico, ha intentado a través de un ángulo diferente dar una explicación cultural y social a aquello que está sucediendo en nuestro país.
Así, la marca ha lanzado un llamamiento a lo importante que es reírse y lo presente que ha sido y es el humor en nuestra manera de ser, defendiéndolo como un bien de primera necesidad para afrontar la vida.
Con producción de La Joya, el spot está dirigido por Daniel Sánchez Arévalo –quien ya se puso al frente de la campaña navideña de la marca hace dos años-, y en él participan numerosos rostros populares de la actualidad española, como Silvia Abril, Belén Cuesta, Antonio de la Torre, Quique San Francisco, David Broncano, Juan Manuel Montilla (Langui), Roberto Fernández (Rober Bodegas), Jaime Peñafiel y Azúcar Moreno, que aparecen haciendo chistes de algunos de los temas más sensibles para la sociedad: la monarquía, los funerales, el feminismo o los gitanos.
Para amplificar aún más las bondades del humor, la marca ha lanzado la página web a la que los usuarios pueden acceder. La web cuenta con un repositorio de bromas contadas por los propios protagonistas del anuncio, que también se pueden compartir a través de redes sociales.
Porque el humor no puede ser un lujo, sino un bien de primera necesidad.