Tal y como afirman desde la Confédération Internationale des Cinémas d’Art et d’Essai, Netflix no ha firmado ningún compromiso para estrenar su producción a nivel internacional en salas de cine.
El modelo comercial de Netflix (estrenar sus películas exclusivamente en su plataforma) vuelve a cuestionarse. Ahora es CICAE, la Confédération Internationale des Cinémas d’Art et d’Essai, organización que representa más de 4.000 pantallas en Europa, la que se opone a la decisión de la Berlinale de incluir una producción de Netlix –Elisa y Marcela, de Isabel Coixet-, en su competición oficial.
CICAE asegura que si la película se estrena en una plataforma, sin antes haber pasado por su explotación en salas de cines, significaría que la Berlinale entrara en el juego de una compañía que boicotea los acuerdos internacionales de los estrenos de obras cinematográficas; es decir, sin respetar el sistema tradicional, y establecido, de ventanas. Una práctica que la Biennale de Venecia ha aceptado, a diferencia del Festival de Cine de Cannes que, a día de hoy, es el gran defensor del modelo tradicional.
Recordemos que, en la última edición del Festival de Cine de Venecia, CICAE mostró su desacuerdo por la decisión del director del certamen, Alberto Barbera, de incluir en la lista de películas a competición producciones de la plataforma Netflix que no se estrenarían en las salas de cine. (Finalmente, el León de Oro se lo llevó Roma, la película de Cuarón para Netflix …).
En aquella ocasión, desde CICAE afirmaron que: “Un prestigioso festival de cine que permite en su selección oficial títulos que no se verán en la pantalla grande internacionalmente, fomenta prácticas que ponen en peligro a un sector importante de la industria cinematográfica. El cine y la televisión son medios diferentes y las películas cinematográficas están hechas para ser vistas de acuerdo con altos estándares de calidad en la pantalla grande“.
La opinión de CICAE respecto a la decisión de la Berlinale repite el mismo discurso, aduciendo que Netflix pone en peligro las estructuras de los cines como lugares culturales y de diversidad cultural del mercado cinematográfico europeo.
Detlef Rossmann, presidente de CICAE, lo define de forma muy clara: “O la Berlinale es un festival de cine y muestra solo obras destinadas para el cine, o se convertirá en un festival de televisión o de contenidos de plataformas”.
La Berlinale tiene que decidirse entre seguir siendo un Festival de Cine o convertirse en uno de Televisión
La Berlinale es un festival de cine financiado con fondos públicos y su competencia debe reservarse exclusivamente para películas que tendrán un estreno regular en salas de cine. Esta es la única forma de garantizar que las obras cinematográficas atraigan a la audiencia en pantalla grande y enriquezcan el discurso social. También corresponde a las condiciones expresadas por la Ministra de Cultura de Alemania, Prof. Monika Grütters.
Aceptar una película producida por Netflix va en contra de las reglas y abre la competencia a producciones televisivas. Así, CICAE exige que la Berlinale presente las películas producidas por Netflix solo fuera del programa de la competencia, siempre y cuando no se haya llegado a un acuerdo previo para la explotación internacional de estas obras en salas de cine.
Además, CICAE hace un llamamiento a los principales festivales de cine del mundo para que asuman la responsabilidad de la visibilidad de la cultura cinematográfica y que sigan el ejemplo del Festival de Cine de Cannes, que garantiza el estreno exclusivo de sus películas a competición en los cines de todo el mundo.
La Confédération Internationale des Cinémas d’Art et d’Essai reúne a las salas dedicadas a la programación de cine artístico y de calidad, integrada por 1.907 miembros en 37 países, que representan más de 4.000 pantallas.
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