Hoy comienza la nueva edición del Festival de Venecia y de nuevo estalla la polémica entre el mundo del streaming y las salas de cine, puesto que dos películas de Netflix como The Laundromat de Steven Soderbergh y Marriage Story de Noah Baumbach luchan por el León de Oro. CICAE (Confédération Internationale des Cinemas d’Art et d’Essai) ha enviado un comunicado destinado a los organizadores de festivales para que se responsabilicen de la labor que cumplen en cuanto al descubrimiento de películas.
En su notificación, CICAE subraya la importancia de los festivales, encargados de la curación de películas, «promoviendo el talento joven y mostrando la diversidad cinematográfica». En sus secciones oficiales, «las pequeñas voces independientes pueden acceder al mismo escenario que los títulos de gran presupuesto».
“La competición en los festivales de cine, especialmente si están financiados con dinero público, debería ser un lugar justo. Es difícil de entender por qué a los gigantes tecnológicos no se les pide cumplir con las mismas reglas que los otros estudios, productores y cines llevan siguiendo durante décadas. Es especialmente preocupante ver al Festival de Venecia abrazar incondicionalmente la presencia de películas de una compañía de streaming cuya misión es descrita según sus socios como la dominación mundial», apunta Christian Bräuer, presidente of CICAE.
Christian Bräuer es también presidente de AG Kino, asociación alemana de salas de cine independiente y CEO de Yorck Kino Gruppe, cadena con 14 cines arthouse en su país.
Según plantea CICAE en el comunicado, los festivales de cine tienen una responsabilidad especial con el cine y no deben preocuparse únicamente de la gala y las premières. Según manifiestan, deberían «mantener las condiciones que posibilitan el florecimiento de la cultura cinematográfica, la diversidad y el cine independiente en tiempos amenazantes».
CICAE subraya que en los últimos años está habiendo una concentración de poder sin precedentes en el mercado. En la nota enviada por la confederación, declaran que «si unas pocas compañías pueden dominar el cine que se hace y se ve, todos perderemos como público» y hacen mención al término «dictadura del algoritmo» que uso
Alejandro G. Iñárritu.
Para mantener esa diversidad, la entidad propone que los festivales tengan una batería de reglas que sea clara que tengan que cumplir todos los agentes del sector, sean grandes o pequeños.
«Una de esas reglas debe ser la exigencia de un lanzamiento en salas a gran escala para las películas que quieran participar en competición. Un estreno en la gran pantalla no es solamente la mejor experiencia posible, sino que da la oportunidad de que los filmes puedan ser discutidos, promocionados y vistos desde diferentes perspectivas», señala Bräuer.
Según CICAE, no están en contra del streaming. Consideran que es «una manera estupenda» de llevar películas y series a los hogares aunque no pueda compararse con una experiencia común de la gran pantalla. «Damos la bienvenida a toda compañía de streaming que otorgue a sus películas un estreno en salas apropiado pero cada nuevo acuerdo que firmemos tiene que seguir las mismas normas que han tenido éxito y que hemos hecho con los estudios, con realizadores independientes, productores y distribuidores a lo largo de los años», explica Bräuer.
En cuanto a los festivales de cine, CICAE reclama también que se impongan reglas y objetivos de diversidad de género, de países y de orígenes. En ese sentido, indican que «ninguna competición debería incluir más películas hechas por plataformas de streaming que dirigidas por mujeres».
CICAE es una organización sin ánimo de lucro que busca fomentar la diversidad cultural en los cines y festivales. Fue fundada en 1955 por las asociaciones de cines arthouse en Alemania, Francia, Holanda y Suiza. Hoy en día, cuenta con más de 2.000 miembros que suman más de 4.000 pantallas en 44 países.
