Durante la tercera edición de los Encuentros de la Industria del Cine organizados por Comscore, la productora María Luisa Gutiérrez desveló algunos detalles en los que está trabajando el Ministerio de Cultura y el de Hacienda, como unos bonos culturales, deducciones fiscales y flexibilidad para los inversores.
La industria del cine está siendo muy proactiva y está moviéndose rápidamente tanto para elaborar protocolos de seguridad como para comunicarse con las instituciones para que se establezcan medidas que consigan aliviar la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19.
En el último encuentro online convocado por Comscore, y que estuvo centrado en la producción (puedes leer aquí el reportaje en profundidad que hemos publicado), se dio cuenta de algunas de las cuestiones en las que está trabajando el Gobierno y que puede que ya se incluyan en un inminente Real Decreto.
La productora María Luisa Gutiérrez (Bowfinger Films) está muy al tanto de las conversaciones que se están llevando a cabo y subrayó la importancia de las mismas. Además, remarcó que el sector “es una industria” por la que el Estado recauda unos 650 millones de euros anuales por IVA, así que no debe sentir el complejo de ser “unos subvencionados”.
Una de las medidas estrella serían unos bonos culturales. “Por ejemplo, si alguien compra 10 entradas de cine, habrá unos descuentos que va a asumir el Estado”, explicó de manera somera la responsable de la productora del film español más taquillero del año pasado, Padre no hay más que uno.
Otras medidas de interés serán las relacionadas con el artículo 36.1 y el 36.2 de la Ley del Impuesto de Sociedades. “Se trabaja para no depender tanto de los inversores sino de Hacienda. Serían deducciones que llegarían directamente pero que no les supondrían un aumento del presupuesto de liquidez al Estado”, señaló Gutiérrez, que cree que esto también se va a aprobar.
Hablando de inversores, también han surgido dudas en este ámbito. Y lo último que les gusta a los inversores es la incertidumbre. Un mal movimiento en este sentido sería grave para el sector porque “había costado muchísimo que los inversores apostasen por el cine”.
¿Cuál es el problema? Pues que si se retrasan todos los rodajes, los inversores podrían buscar otras vías de inversión y si el dinero se va a otros sectores, luego costará mucho que vuelva.
“Se va a dar flexibilidad a los inversores (…) Parece que se va a aceptar la periodificación. Si solamente has podido hacer este año un 50% de la película, que el inversor se pueda aplicar ese 50%. Todo con la intención de retener a esos inversores”, apuntó la productora.
