A pesar de los tiempos convulsos que nos está tocando vivir, el cine se va recuperando de esta crisis. Su valor cultural y social, ser una de las actividades de ocio preferidas de los españoles o una gran cascada de estrenos con películas para seducir a todos los espectadores, son los ingredientes para que el retorno al cine sea ya pronto una realidad. Por Antonio Carballo
Y no menos importante es la contribución que el cine representa para la recuperación económica del país en unos momentos en que, más que nunca, es necesaria la unidad y colaboración para frenar la otra pandemia, la económica, que está marcando la vida de cientos de miles de españoles. Tal y como apuntan desde la Federación de Cines de España (FECE), “el sector de las salas de cine juega un papel relevante en la recuperación económica del país. Las salas de exhibición tienen una capacidad de arrastre en la economía”.
Por un lado, el efecto tractor que realiza el sector sobre la economía es singular ya que es especialmente intensivo en empleo y contribución fiscal. Mientras que el impacto del sector, directo, indirecto, inducido y catalítico sobre el PIB de España equivale al 0,15%, llega a representar el 0,17% del empleo o, lo que es lo mismo, el equivalente a sostener a 2.686 empresas, ocupando la posición 21 en intensidad de empleo de los 63 sectores económicos que utiliza el INE. Al mismo tiempo, la actividad del sector es capaz de generar el equivalente a, al menos, el 0,21% de los ingresos fiscales de las administraciones en España.
Según indican desde FECE, “lo normal es que muchas de las personas que asisten a los cines terminen realizando consumos en establecimientos de hostelería o comercios próximos”. Estos hábitos de consumo de los espectadores podrían estar contribuyendo a generar hasta 102,8 millones de euros para el sector de la restauración, lo suficiente para sostener a 532 establecimientos de este tipo.
Esta contribución tiene un enorme significado local. Hasta el 62% del impacto que causan las salas de cine, permanecería dentro del distrito donde se genera, y hasta el 88% en la misma provincia. Los beneficios de la actividad de la exhibición cinematográfica se quedan en las comunidades en las que opera cada cine y benefician al tejido económico y a la población local.
Lógicamente, la vuelta al cine está marcada por la aplicación de un protocolo de seguridad e higiene con medidas como el fomento de la compra online de las entradas, pago con tarjeta contactless en taquilla, carteles informativos sobre las medidas sanitarias y distancia física a respetar en el local, instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico y mamparas en la taquilla, incremento de la frecuencia de limpieza y desinfección, reducción del aforo de cada sala de acuerdo a las indicaciones de las autoridades o la agrupación de convivientes.
Si a todo esto le añadimos las altas temperaturas que muchos puntos de nuestra geografía están marcando este verano, la opción de ir al cine es la ganadora… ¡El Cine, claro que sí!