Tras el excelente arranque de la nueva película de Santiago Segura, la taquilla en España entra en una fase de letargo ante la falta de nuevos estrenos de gran calado comercial. La comedia distribuida por Sony Pictures tiene muy buen mantenimiento pero la espera hasta la llegada de Tenet de Warner Bros. del 26 de agosto se va a hacer larga para las salas de cine, a no ser que alguien plantee un lanzamiento adelantado, como hicieron los propios responsables de Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra.
En este último fin de semana la taquilla español ha rozado los 2 millones de euros en su total. El peso de Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra en esa cifra es superior al 50%. Hay que recordar que el fin de semana anterior al lanzamiento del film de Santiago Segura se recaudaron 900.000 euros. El pasado fin de semana se elevó a más de 2 millones de euros pero hacen falta nuevos cohetes para seguir recuperando el terreno perdido.
Durante el fin de semana, Padre no hay más que uno 2 sumó más de 1 millón de euros más, acumulando 4,6 MM, suficiente para ser ya la novena película más taquillera del año. Estos días sigue haciendo números imponentes y ayer martes superó en un 20% los números del martes de la semana previa. Con lo obtenido ayer, ya ha rebasado los 5 millones de euros.
Hay que destacar que en estos días se ha subrayado en medios internacionales el caso de esta película. También se ha recalcado que los productores del film (Bowfinger, Atresmedia y Sony) confiaron en el servicio de predicción de mercado Forecast para lanzarse y estrenar el 29 de julio. Esta herramienta combina los datos de Comscore con el software de simulación de Gower Street y, vistos los resultados, el acierto ha sido total.
El problema para los cines es que este caso de éxito es insuficiente. En nuestro país hay ya abiertas el 80% de las salas, necesitadas de producto de gran alcance. Hasta finales de agosto no llegan títulos con un potencial especialmente singular, con Tenet de Christopher Nolan (Warner) y Los nuevos mutantes de Disney el 26 de agosto y Hasta el cielo de Daniel Calparsoro prevista por Universal para el 28 de agosto.
La realidad actualmente es que, tras Segura, el podio lo ocupan dos largometrajes, La caza (Universal) y Scooby (Warner), con poco más de 100.000 euros de taquilla cada uno en el fin de semana.
Las dos principales novedades comerciales se situaron justo después. Cerca de 85.000 euros para The Way Back, drama deportivo con Ben Affleck cuya distribución gestiona Warner Bros. Aquí se produce una brecha importante, pues la quinta posición, que ocupó la británica ¡Que suene la música! de A Contracorriente Films, ingresó menos de 30.000 euros.
Otros dos estrenos se colaron en el Top-10. Por un lado, Papicha, sueños de libertad (BTeam Pictures) que se introdujo en el noveno lugar con unos 25.000 euros, y Color Out of Space (A Contracorriente Films) que cerró esta tabla con casi 20.000 euros.
A nivel internacional, Portugal es el último mercado europeo que alcanza la Fase 2 (Base Day) del plan de recuperación que marca Gower Street. El 8 de agosto consiguió una taquilla equivalente a la peor recaudación diaria de los últimos dos años. El país vecino logró una cifra de 39.000 euros.
Portugal ha tardado en conseguir avanzar a este punto, a diferencia de otros países como Francia u Holanda, que tardaron poco en mostrarse fuertes.
Asimismo, hay que decir que, según subraya Gower Street, la taquilla global de julio fue mayor que la de los tres meses anteriores juntos.
Es verdad que los poco más de 320 millones de dólares no pueden considerarse, en ningún caso, como algo positivo, pero es una senda prometedora que refleja que el crecimiento se está dando y que el público está volviendo una vez las salas van estando operativas de nuevo.
No obstante, la ausencia de grandes lanzamientos seguirá haciendo incrementar las pérdidas de este año. Según Gower St., a fecha del 1 de agosto, las pérdidas de taquilla globales sobrepasan los 18.000 millones de dólares en comparación con la media de los tres años previos. El mercado de Estados Unidos y Canadá pierde 5.000 millones, el de China otros 5.000 millones y el resto del mundo 8.000 millones de dólares.