Hemos hablado con Antonio Saura, director general de Latido Films y presidente de la asociación de agencias de ventas españolas VICA, para conocer el balance que hace del Marché du Film de Cannes 2022 y de la situación del sector. Por Carlos Aguilar Sambricio
Cine&Tele: ¿Cómo has visto este Marché 2022 después de que la edición de 2021 fuera descafeinada y que viniéramos de un EFM digital? ¿Se está acercando el negocio ya a niveles previos a la pandemia?
Antonio Saura: Desde luego, ha sido mucho mejor mercado que el 2021. Entre otras cosas porque no podía ser peor. Para Latido ha sido un buen mercado, comparable a niveles previos de la pandemia, porque teníamos películas muy poderosas.
Pero el negocio ha sido cambiado por la pandemia y yo creo que ya no se debería de hablar de ‘niveles’, sino de ‘realidades’ del negocio post pandemia.
C&T: Tras la buena Berlinale para el cine español y un buen número de películas seleccionadas este año en Cannes, ¿se está notando más interés por el cine español?
A.S.: El mercado del cine se mueve por oportunidades, modas y negocio. En ese sentido, la sensación es que el cine español de este año es muy fuerte, comparado con un año más flojo el pasado, cosa que tampoco se entiende teniendo en cuenta que en el pasado estaban Almodóvar, León de Aranoa, etc.
Pero efectivamente, la sensación es que este año España presenta, en los festivales, grandes películas. Pero el mercado no es sólo la presencia en festivales. De hecho, el mercado se mueve no siempre en paralelo a los gustos de los seleccionadores de los festivales, y en ese sentido también se puede decir que este año el cine español demuestra suscitar más interés.
Ahora bien, de ahí a que eso vaya a continuar indefinidamente, no lo sé. Yo creo que dependerá de las películas… y de la competencia.
C&T: En esta edición, el pabellón de Cinema from Spain era más grande y diáfano, además de contar con una terraza. ¿Qué te ha parecido?
A.S.: Me ha parecido que el esfuerzo del ICEX ha sido un paso muy positivo hacia adelante, creo que España tenía por fin un pabellón a la altura de su industria. Además, en este año, España ha demostrado una fe y una apuesta en la recuperación del mercado que otros países no han demostrado, por lo que el pabellón español ha lucido aun más.
Hay detalles por mejorar pero creo que se va por un muy buen camino. No sólo con el pabellón, sino también con las actividades, por ejemplo.
C&T: Como exportador, ¿cómo valoras la aportación que están haciendo el ICAA y el ICEX a partir de los fondos europeos? Se está destinando a muchas cosas pero a los exportadores de manera directa no…
A.S.: En mi opinión, todo esto de la utilización de los fondos europeos para la internacionalización resulta confuso por la cantidad de ministerios y agencias involucradas con intereses completamente diversos y, por mi experiencia, en varios casos tomando decisiones sin tener un conocimiento profundo de la realidad industrial, más bien influidos por lobbies.
Creo que no se ha hecho un trabajo de comprensión de lo que es internacionalizar, y así lo denunciamos y lo hemos denunciado desde la asociación que presido, VICA.
En esto veo que las Film Commissions y las oficinas de turismo han ganado la batalla de los fondos, y más que internacionalizar nuestro cine, se está apostando por traer rodajes a España, lo que me parece estupendo para fomentar trabajo, turismo y presencia de España en las oficinas de promoción turística, y sin duda beneficiará a hosteleria y restauración, de lo que me congratulo, pero no sirven para nada precisamente para ayudar a exportar cine español.
El ICEX, como he dicho, está mostrando buena voluntad dentro de unas ataduras legales bestiales, y en cuanto al ICAA, se avanza en la buena dirección, pero aún no se ven los frutos del trabajo que esperamos lleguen este verano. El problema no está en el ICAA, que no deja de ser una división de un ministerio, como es Cultura, de poco peso en el Consejo de Ministros, sino en otros ministerios que desconocen el cine, como Economía o Exteriores.
C&T: ¿Os ha ido bien en Latido a la hora de cerrar acuerdos? Contabais con un título muy potente como As bestas en Cannes Première.
A.S.: Teníamos películas muy interesantes y nos ha ido relativamente bien. Desde luego As bestas tuvo una acogida formidable, estando en el Top-5 de las mejor valoradas del festival, pero al poner el pase tan tarde, habiendo ido muy bien, iremos recogiendo los frutos a los largo del trimestre: una de las consecuencias directas de la pandemia es que los mercados ahora se alargan en el tiempo y duran todo el año.
En otros casos, aun vendiendo bien, no ha sIdo tanto como hubiéramos querido (veníamos muy ambiciosos) pero sí en cifras de venta buenas o muy buenas en según qué casos.
Nos preocupa, eso sí, que resulte cada vez más complicado la venta de estupendas películas autorales porque el contexto del mercado mundial no está siendo positivo para ese tipo de cine de ideas. Vemos una tendencia fuerte hacia el género, y desde luego al género bien hecho y con mirada personal, pero no al cruce de géneros. Se me puede decir que no es nuevo, que siempre ha habido una querencia mayor por el puro entretenimiento, pero la realidad es que lo que notamos es que de momento no aparecen los compradores especializados en ese tipo de cine que sí existian antes del COVID.
C&T: Esto de que es más difícil colocar el cine de autor nos lo has venido diciendo desde hace tiempo. ¿Crees que va a ser más difícil ahora que parece que desde el Gobierno se quiere mermar aún más la producción independiente?
A.S.: Por un lado, es una barbaridad lo que se ha hecho con la trasposición de una Directiva Europea cuya razón de ser era, precisamente, proteger la producción independiente y garantizar el libre mercado facilitando una separación entre empresas con derechos de emisión y empresas productoras para evitar fenómenos de concentración y de abusos de posición dominante. Es una aberración que va completamente contra el espíritu y la forma en que dicha directiva fue concebida y a cómo el resto de Europa la ha traspuesto.
Me imagino que desde Europa les darán un buen rapapolvo, como ya pasó con la copia privada. Pero, de momento, el daño está hecho y aquí es ley aprobada por el Parlamento, justo lo contrario que venía a defender la Directiva. Vamos, un poco como en la Hungría de Orban, se retuerce torticeramente una buena idea para favorecer a unos pocos intereses. A ver cómo se sobrevive a ese sinsentido.
Otra cosa es la evolución actual del mercado mundial, que no tiene nada que ver con la trasposición de la Directiva. En ese sentido, sí que estamos viendo las dificultades que está teniendo un determinado cine de autor para viajar, por otra serie de razones, y me permito enumerar algunas.
El duro impacto del cierre de cines en la distribución independiente que se nutría de esas películas; la desaparición de un determinado público que era fiel a las salas y que ahora bien por miedo bien, por comodidad, o bien porque se ha aficionado a otro tipo de producto, se queda en casa; la pérdida de influencia de los críticos especializados en recomendar según qué tipo de cine por la proliferación de podcasts o influencers; la multiplicación del coste de estrenar por la pérdida de concentración de los impactos de marketing, que hace que sea cada vez más caro porque se llega con más dificultad al «target» o la proliferación del consumo rápido de otros productos audiovisuales consumidos en Internet son algunas causas relevantes.
Otra clave fundamental es el repunto del cine como ‘evento’ que concentra todo el público (y cada vez hay más ‘eventos’ dada la proliferación de «serializaciones» de determinado producto espectáculo). Es lo que se ha dado en llamar «la plataformizacion del gusto», es decir, como en la pandemia nos hemos relajado en nuestra exigencia sobre la calidad y nos conformamos con productos más ligeras. Las plataformas son otra forma de televisión y el consumo que generan es un consumo de público televisivo. Ahora parece que ha absorbido al público del cine, y el cine que quiere ese público tiene más que ver con el que consumía en televisión. Podría ser también que todo esto, como dicen algunos sociólogos, es un tema cultural o generacional, que ha resultado en la proliferación de un cine que hace 30 años hubiera sido calificado de ‘serie b’ y ahora es el dominante, despareciendo de las salas prácticamente todo el que antaño era ‘serie a. ¿Dónde ha quedado el gran cine americano de ideas de los años 70,80 y 90?
Por tanto, asistimos a muchos factores que influyen, no sólo en España sino en el mundo entero, en donde se da exactamente la misma reacción.
Así que hay películas que yo le enseño a un comprador. Me dice que le encanta pero que «no sabe cómo estrenarla». No se trata de si las películas son buenas o malas, sino cómo se les puede ayudar para que compitan.
Y el mismo fenómeno que vemos en las salas en España, lo vemos en el resto del mundo. De ahí que el mercado, de momento, se haya vuelto aún más complicado para determinado tipo de películas a las que les queda el recurso de los festivales.
A continuación, puedes leer la versión digital de la nueva edición de Cineinforme, dedicada especialmente a CineEurope 2022: