Es una coproducción de ATM Producciones y la productora del director, que cuenta con la producción asociada de Mubox Estudio y La Pañoleta Films, y la participación de Canal Sur.
Localizaciones de Almería, algunas emblemáticas por estar vinculadas a su tradición cinematográfica, acogen el rodaje de Amanece, con el que el cortometrajista almeriense Juan Francisco Viruega se estrena en el largometraje y que finalizará el rodaje el próximo 25 de este mes.
La aridez del Desierto de Tabernas y el paisaje volcánico de Cabo de Gata sirven como metáfora del desarraigo de una generación esta película, una coproducción de ATM Producciones, Amanece Audiovisual, AIE y Juan Francisco Viruega PC, con la producción asociada de Mubox Estudio y La Pañoleta Films, y la participación de Canal Sur. El filme cuenta con el apoyo de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, el Área de Cultura y Cine de la Diputación de Almería a través de FICAL; Fundación Cosentino; Copyfly; Centro Comercial Torrecárdenas y los ayuntamientos de Roquetas de Mar, Tabernas, Níjar y Almería.
El equipo técnico de Amanece está formado por una treintena de profesionales, muchos de ellos almerienses e integrantes de la Asociación de Técnicos y Empresas del Sector Audiovisual de Almería (TESA) y cuenta con una fuerte presencia femenina. Entre los jefes de departamento, además de Viruega –que se encarga también del guion y la producción ejecutiva-, están Loles Peña como directora de producción, Ana Rubio en calidad de ayudante de dirección, Pepe de la Rosa al frente de la fotografía, Beatriz López en la dirección de arte, Carlos Fernández en sonido y Ana Ramos en diseño de vestuario.
Aura Garrido (Stockholm, El ministerio del Tiempo) junto a Iria del Río (El increíble finde menguante, Antidisturbios) e Isabel Ampudia (15 días contigo, Los sin nombre) son las protagonistas de Amanece, que explora temas tan íntimos como la búsqueda de la identidad y lo efímero del amor a través de la conexión emocional con el entorno. A lo largo de estas dos semanas también se incorporarán al reparto Antonio Gómiz (Grupo 7, La peste) y Rebeca Sala (HIT, El secreto de Puente Viejo). Ambos completan una nómina de intérpretes de la que ya forman parte los andaluces Antonio Araque (Por donde pasa el silencio, La casa de papel), Sebastián Haro (El laberinto del fauno, 15 días contigo) y Rafa Jiménez (Tierra Santa. El último peregrino, Toy Boy).
“El desarraigo de Alba (Aura Garrido) demandaba una iconografía yerma y devastada; pero en esta segunda parte, con la irrupción de Candela (Iria del Río) y Aurora (Isabel Ampudia), el objetivo es explorar el paisaje del rostro humano, la intimidad y la proximidad de la mirada, la poética del gesto y las texturas del silencio. El viaje de los tres personajes cristaliza en una suerte de reencuentro marino, en una sonrisa amable y el perdón hacia sí mismas”, reflexiona el director.
Amanece es “una constelación familiar y una película intimista” que habla de temas que han estado presentes en todos los proyectos de Viruega: el regreso al hogar, las relaciones entre padres e hijos y el conflicto que viven aquellas personas que están a caballo entre el pueblo de la infancia y la ciudad donde desarrollan su actividad profesional.
La historia es una pequeña radiografía de las relaciones sentimentales de la sociedad actual, que tras completar las tres primeras etapas del ciclo natural de una pareja, tienden a estancarse, por la carencia de proyectos en común, por la dictadura del deseo capitalista o por la inseguridad como fruto de las carencias afectivas durante la infancia.Se trata de un drama intimista y generacional, contado desde el punto de vista de tres protagonistas femeninas, en el que la complejidad de la naturaleza humana y la decadencia del amor dialogan con el paisaje.
Lo que cuenta Amanece: Alba y Martín emprenden un viaje hacia el sureste español. Hacen una parada en un cortijo aislado en mitad del desierto, cuya explanada está repleta de muebles y objetos a la venta. A medida que observan en silencio esas reliquias pertenecientes a relaciones rotas, perciben la nostalgia por un sentimiento ya agotado, cuyos últimos estertores les muestran que su viaje es una huida hacia delante.