La ópera prima de Estefanía Cortés, Edén, ha tenido su première en la sección Punto de Encuentro de la 67 Seminci de Valladolid, justo antes del estreno en salas que Syldavia Cinema ha programado para el 28 de octubre. Aprovechando la ocasión, hemos entrevistado a la directora para conocer más detalles del proceso de creación del film. Por Carlos Aguilar Sambricio
Estefanía Cortés debuta en el largometraje con Edén tras haber tenido gran éxito en festivales con sus cortometrajes Moiré, Yerbabuena y Miss Wamba.
Es una producción de Montreux Entertainment, La Caña Brothers y La Colmena, que cuenta con la participación de RTVE y Aragón TV. Charlotte Vega, Israel Elejalde, Marta Nieto y Ramón Barea interpretan a cuatro personas que no se conocen entre sí y que acuden a Edén, una empresa clandestina en plena naturaleza para acabar con su vida.
Cine&Tele: Esta es tu ópera prima en el largo pero vienes de una trayectoria de éxito con varios cortos. ¿Qué te enseñó esa etapa?
Estefanía Cortés: Me enseñó a encontrar mi voz como cineasta, a ir explorando hasta encontrar quién era yo. Creo que la película tiene mucho de mis cortos: a nivel estético, temático, los tempos, las atmósferas… También aprendes cómo se saca adelante un proyecto, la dirección de actores, probar cosas con las cámaras.
C&T: ¿Has tardado mucho en levantar Edén?
E.C.: Ha sido un proceso de años pero no debe de haber una película fácil de levantar o muy pocas.
C&T: Y más en el caso de los debutantes…
E.C.: Exactamente. A nivel financiero, además, ha costado también levantarla porque es una obra muy personal. Si fuera una ópera prima pero con un perfil más comercial, más complaciente o una temática más fácil. Igual no lo he puesto yo fácil (Risas)
C&T: Para Antena 3 no lo ha puesto fácil…
E.C.: No, para Antena 3 definitivamente no (Risas) Yo estoy muy contenta de que Televisión España lo apoyara porque me parece una apuesta por su parte. Sin ellos, no lo habríamos podido sacar adelante. Pero con otros directores con los que he hablado y que están haciendo su ópera prima me doy cuenta de que en general es un proceso largo. Te tiene que apasionar mucho algo para estar con el pico y la pala durante cinco años.
C&T: También es verdad que ese tiempo a veces beneficia a las películas. Tú en la rueda de prensa has comentado que el guion era más explícito con algunas cosas y que fuiste quitando explicaciones…
E.C.: Sí, ha sido un proceso de irle quitando capas. En ese sentido ha podido resultar beneficioso pero es difícil que te siga apasionando una historia durante tantísimo tiempo. Yo he dirigido también teatro y es algo más inmediato, o los cortos. El cine requiere que te enamore mucho una idea o una obra para que apuestes por ello durante muchísimo tiempo.
C&T: Ya que mencionas que has hecho teatro, Edén perfectamente podría adaptarse a obra de teatro. ¿Lo has pensado?
E.C.: No me lo había planteado. Sí que es verdad que tiene una puesta en escena que puede ser muy teatral y además son cuatro personajes y una localización. Me lo han comentado también en otra entrevista. No lo había pensado pero me parece interesante quizás para el largo plazo. Además, con estos actores sería maravilloso porque tres de ellos son muy teatro. ¿Quién sabe? Igual sí.
C&T: ¿Cómo estás viviendo la experiencia de participar en un festival como Seminci con tanta historia?
E.C.: Muy ilusionante porque tengo muchísimas ganas de compartirla ya con el público. Es un proyecto personal que lleva conmigo mucho tiempo pero necesito que ya sea de otros. Este festival es perfecto para esta película porque es internacional y apuesta por el cine de autor. Es su sitio.
C&T: La historia nace de una noticia que leíste pero no sé si el tema te interesaba ya de antes.
E.C.: Este tipo de temática siempre me ha interesado. El corto que hice con Ramón Barea (Miss Wamba) también giraba en torno a la muerte. Todos estos temas que resultan oscuros, molestos o incómodos para la gente a mí me interesan porque también lo son para mí. Es un ejercicio de enfrentarme también a ello para quitarme miedos y descubrir cosas.
C&T: Son temas incómodos pero no buscas la incomodidad. Es decir, hay cineastas como por ejemplo Haneke, que me acordado de él en una escena, que enfocan esas cosas desde una mayor sordidez. En tu caso, es un enfoque que, dentro de su oscuridad, es más cándido.
E.C.: A mí me encanta ese tipo de cine pero Haneke es un hombre austríaco de 70 años. Yo en cambio soy una mujer española de 38 años y eso de alguna forma me define. Me puede atraer el mismo tipo de temáticas oscuras pero yo soy un poco más luminosa que ellos porque no soy la misma persona.
C&T: Últimamente se está hablando más de la salud mental y se ha hecho una ley de la eutanasia. Pero el suicidio sigue siendo un tema tabú y, a pesar de lo que se dice del efecto llamada, no creo que sea beneficioso. ¿Tú también lo crees?
E.C.: Por supuesto. Creo que hablar de todas las cosas que nos generan sufrimiento alivia nuestros dolores. Obviarlos, y hacer como que no existen, no hace que desaparezcan. Es simplemente como poner un velo negro y decir que no están pero siguen existiendo. Creo que es muy necesario hablar de estas cosas que nos dan miedo pero me parece que hay que hacerlo.
C&T: ¿Por qué decidiste rodar en Aragón? No sé si tienes algún vínculo con la región…
E.C.: No, ninguno. De hecho, no había estado nunca en el Pirineo aragonés. Fue porque yo tenía muy claro el tipo de localización que yo quería y, arquitectónicamente, el Balneario de Panticosa en Huesca, que es donde rodamos, era perfecto. Tuvimos que hacer mucho trabajo de ambientación porque no era para nada como sale en la película y así darle la estética que yo quería.
Pero encontrar un espacio así no es nada fácil; de hecho, yo pensé que no lo íbamos a encontrar en España y que nos íbamos a tener que ir fuera. Pues para esta pequeña producción, no sé yo…
C&T: Llama la atención un reparto tan impresionante para ser una película pequeña de una directora debutante. Con Ramón Barea ya habías trabajado pero ¿cómo entraron? ¿Se enamoraron del proyecto?
E.C.: El personaje de Ramón lo escribí para él. En el caso de Charlotte Vega la elegí a través de un proceso de casting. Entendió perfectamente su personaje y lo que yo quería contar, así que supe que iba a ser ella.
Con Marta y con Israel, les pasé el guion, les gustó, tuvimos una reunión en la que hablamos sobre el proyecto, vieron mis cortos, porque me parece importante que supieran por dónde llevo las cosas y cuál es mi atmósfera o mi forma de dirigir a los actores, que igual no es la más natural del mundo, y la verdad es que se apuntaron rápido. Estoy súper encantada.
C&T: En la película, y en tus cortos, se nota que te interesa mucho indagar en la psicología de los personajes, personajes que a través de la interacción con otros van desnudando sus sentimientos, ¿no es cierto?
E.C.: Es una característica de todo lo que hago, incluidos los cortos. Son el tipo de películas que a mí me gustan: películas de personajes que hay que rascar para ver qué hay dentro de ellos.
C&T: Has comentado en la rueda de prensa que te había costado, en el salto al largo, mantener la coherencia de la atmósfera durante tanto tiempo. Para mantenerlo, supongo que la no naturalidad de las actuaciones, unido a un tono solemne o elíptico es clave. Hay tensión latente todo el rato.
E.C.: En los cortos no lo había notado porque al final son pocos días de rodaje. Pero en un largo mantener ese clima, atmósfera y tensión durante tantas semanas me resultó un reto. Creo que si haces una película con un perfil más orgánico en cuanto a las interpretaciones, hubiera sido menos complejo pero no es lo que buscaba.
C&T: Me ha parecido especialmente destacada la fotografía, muy exquisita y pulcra. ¿Es algo que te gusta cuidar? ¿Qué estética buscabas?
E.C.: Tiene mucho que ver con lo que hago. Me gusta crear algo que para el espectador sea atractivo y contar cosas que les perturben pero casi sin que te estés dando cuenta porque estás viendo algo que te está resultando agradable a la vista.
Eso me interesa, que sea una película de contrastes con un malestar de una historia oscura con personajes que no se atreven a verbalizar sus miedos pero te lo pongo en un espacio agradable con un atmósfera atrayente. Lo hago bastante, tiene que ver con ese camino que ido recorriendo para encontrar mi propia voz.
C&T: ¿Has tenido algún tipo de referente para la película?
E.C.: Películas de pocos personajes en una localización, que sean luminosas pero que cuentan historias oscuras sí que han existido. Aunque yo he intentado buscar mi propia voz, sin copiar, pero sí que hay directores que me gustan y sugieren mucho, como Yorgos Lanthimos y Michael Haneke. A mucha gente le ha recordado a Langosta. Para mí no era una referencia pero ese tipo de atmósferas conectan mucho conmigo. Han estado en mi cabeza.
C&T: Yo mientras la veía he pensado en El método, sin que se parezcan las tramas. Y hay una escena de ellas ante un espejo que me ha recordado a Bergman.
E.C.: (Se ríe) A ver, claro, igual referencias que yo me haya planteado para esta película no, pero obviamente todos los cineastas que me encantan, como Bergman o Dreyer, son una inspiración.
C&T: Está siendo un año muy bueno para el cine español y concretamente para las ópera primas. Y más concretamente para debuts de cineastas mujeres, ¿cómo valoras el momento?
E.C.: Súper positivo. Me hace ilusión haber podido estrenar mi primer película para formar parte de esta nueva generación de cineastas que está creciendo no sólo en España, sino en el mundo.
Me parece que es una consecuencia de muchos años de trabajo porque no hemos aparecido de repente y espontáneamente. Tiene que ver con intentar durante muchos años sacar proyectos y ahora ha dado la casualidad de que muchas hemos podido estrenarlos. Ojalá se mantenga. Yo espero que sí, que no tiene marcha atrás.
C&T: ¿Hay algún título reciente de directora española que te haya gustado especialmente?
E.C.: Me gustó mucho La voluntaria de Nely Reguera. Cuenta una historia que me interesa mucho. Creo que no se ha hablado de ella tanto como se debería, porque me parece una peli súper interesante. Ella lo maneja muy bien y Carmen Machi, que siempre está bien, es de las mejores veces que yo la he visto. Está estupenda.
C&T: Con tantos debuts importantes, te lo ponen complicado para ser nominada en Dirección Novel…
E.C.: (Risas) No pasa nada. Es algo que ni me planteo porque, y esto va a sonar absurdo, el éxito es hacer la película porque es tan difícil. El éxito es para mí estrenar en salas antes de que puedan desaparecer.
C&T: Se estrena este viernes 28 de octubre…
E.C.: Eso es, viernes 28. Que mi distribuidor (Syldavia) me ha dicho que lo diga mucho y no lo estoy diciendo (Risas). Eso es lo que me hace ilusión: pasar por los cines Princesa en Madrid y ver anunciado el cartel de mi película.
Pero sí, hay tantísimas óperas primas… Porque nos hemos juntado un bloque de dos años con el tema de la pandemia.
C&T: Eres hermana de Alfonso Cortés-Cavanillas, que coproduce la película y es uno de los dos montadores. ¿Cómo ha contribuido a la película? ¿Os veis haciendo algo juntos desde guion y dirección?
E.C.: Ellos (La Caña Brothers) entraron en el proyecto cuando ya estaba muy avanzado, unos meses antes de rodar. Ha sido muy bonito compartir el montaje con alguien que quiero y admiro como es mi hermano.
Es verdad que tenemos referentes y formas de hacer cine muy diferentes. Pero en este caso ha sido positivo porque darle la película a una persona que tiene otros referentes enriquece. Me ha gustado.
¿Hacer algo juntos? Es que tenemos universos tan diferentes… No sé si me sería fácil salir de mi mundo. Quizás si fuera un encargo, porque yo también soy guionista de encargo, pero siendo algo más personal, igual cada uno tiraríamos para lo nuestro y quedaría un pastiche extraño.