Tras años conectando las industrias audiovisuales china y europea, en esta edición y por primera vez, el evento inmersivo de cuatro días invitó a profesionales no solo de China sino de todo el Extremo Oriente asiático.
La asociación Bridging the Dragon (BTD), en colaboración con la Mallorca Film Commission y el ICEX, celebró una nueva edición de Bridging the Dragon Film Lab que, en su octava edición, invitó a profesionales del Extremo Oriente asiático para conocer su punto de vista.
Entre los datos proporcionados en este lab inmersivo de cuatro días, se destacó que desde 2021, el mercado cinematográfico chino se ha reducido drásticamente debido al covid, las políticas y la falta de contenido nuevo. En los tres primeros trimestres, la taquilla total se redujo un 26,1 % en el interanual y el número de espectadores bajó hasta los a 610 millones, la mitad del año anterior.
Las producciones locales son las que dominan el mercado, representando el 87,6% de la taquilla y entre los géneros favoritos de los espectadores destacan los dramas épicos de guerra (a los que en esta región son tan aficionados), las comedias o películas con un trasfondo social. Y si las producciones locales mandan, las extranjeras han tenido una gran caída. A fecha de 31 de octubre de este año, solo se habían estrenado 47 títulos extranjeros, lo que supone un 12,4% del total de la taquilla. Igualmente ha descendido el número de coproducciones internacionales, que se ha situado en sus cotas más bajas.
¿Qué se puede esperar del que solía ser el mercado más grande del mundo?
En el corto plazo, China seguirá centrándose en su mercado interno y la colaboración con otros países seguirá a la zaga; sin embargo, la esperanza del sector es que, a largo plazo, las políticas internas se relajen y el mercado se vuelva a abrir al contenido extranjero. En este sentido, el estreno de Avatar: The Way of Water podría suponer un gran revulsivo que contribuya a que el público regrese a las salsas de cine.
A pesar de las difíciles circunstancias, sí hay algunas oportunidades potenciales de colaboración. Los remakes son uno de ellos, tal y como pusieron de manifiesto Wang Qiao, Vicepresidente de New Classic Media, una conocida productora en China, en uno de los talleres. La productora está involucrada, entre otros proyectos, en la nueva versión de la película italiana Perfectos desconocidos (de la que Álex de la Iglesia hizo una adaptación en España con gran éxito), y Ronan Wong, quien ha trabajado en numerosas producciones globales, como el remake de Kevin Hill. Y es que, cuando hay una escasez general de contenido, las nuevas versiones son una buena y rápida solución para la producción.
Curiosamente, muchos de los títulos de remakes recientes provienen de otros países asiáticos, como Corea del Sur y Japón, ya que su estética es más cercana al gusto chino. La localización de una propiedad intelectual extranjera suele ser el desafío más difícil, por eso ambos subrayaron especialmente la importancia de contar con un socio local que tenga una visión adecuada de la cultura local. Varias productoras chinas ya están fijándose en la nueva versión de títulos clásicos, una oportunidad que la industria cinematográfica europea con su extensa biblioteca, no puede permitirse el lujo de perder.
Pero, mientras el mercado chino está sufriendo, otros territorios asiáticos muestran un crecimiento notable. Esta es una de las razones por las que el laboratorio decidió abrir un espacio más amplio para la colaboración paneuroasiática.
Dos de los mercados cinematográficos más importantes del este de Asia, Japón y Corea del Sur, comparten ciertas similitudes con China. Según Kaori Ikeda, Directora de Apoyo Internacional y Directora Adjunta de TIFFCOM (el mercado del Festival Internacional de Cine de Tokio), la industria cinematográfica japonesa es, en principio, también muy local.
Entre las cifras que aportó, destacan la taquilla de 2021 que alcanzó los 1.420 millones de dólares y el número de espectadores creció un 8 % hasta los 115 millones. Ese año se estrenaron 959 películas, de las que 490 correspondías a títulos locales y 469 a extranjeras, y las producciones japonesas ocuparon los tres primeros puestos en taquilla.
La gran mayoría de las compañías cinematográficas japonesas siguen un sistema tipo estudio con una integración vertical completa -como es el caso de Kadokawa Corporation, cuyo responsable de coproducciones internacionales, Takeo Kodera, participó en el Lab-, que incluye en su editorial y biblioteca miles de nuevas IP originales cada año.
Por ello, hasta el día de hoy no se han mostrado especialmente interesados en colaborar con el mercado internacional, pues confiaban recuperarse en su propio territorio nacional. Tal y como explicó Kim Hyoun-Soo, Director del departamento de financiamiento y apoyo de KOFIC (Consejo de Cine Coreano), una situación similar ocurre en Corea, donde la mayoría de las películas comerciales coreanas son proporcionadas por un número limitado de estudios como CJ ENM, Lotte Ent., Megabox, NEW o Showbox.
Pero la crisis económica derivada de la pandemia y el consiguiente cambio de paradigma en el sector, influyó para que la industria cinematográfica japonesa actualmente esté comenzando a dar los primeros pasos para abrirse a la colaboración internacional. La actividad de los streamers que presentan contenidos temáticos asiáticos, como las series coreanas Patchinko, Giri/Haji, está ayudando a que la audiencia se acostumbre más a la estética asiática. Y, en comparación con China, Corea del Sur y Japón también tienen un sistema de financiación para invertir en más títulos independientes, incluidos las coproducciones que, a día de hoy, son muy escasos.
Así pues, el reto actual es fomentar esta tendencia concretando casos de éxito y creando oportunidades de contactos entre los profesionales de los diferentes países.
Un caso específico y destacable es la región de Taiwán, que recientemente desarrolló un fuerte respaldo a las coproducciones internacionales rodadas en la isla. Patrick Huang de Flash Forward Entertainment, el veterano productor taiwanés con títulos como A First Farewell yThe Road to Mandalay, explicó en detalle todas las posibilidades: desde la brecha de financiación de TAICCA – Programa de cofinanciación internacional de Taiwán (manejado directamente por las empresas locales reconocidas por las autoridades), hasta la Comisión de Cine de Taipei – Incentivo de Coproducción Internacional y Ministerio de Cultura – Sistema de reembolso en efectivo BAMID.
Otras regiones interesantes que completan este paisaje son Singapur, Malasia y Mongolia. Como manifestó el productor Pui Yin Chan, “Singapur se está convirtiendo cada vez más en un enlace para las coproducciones en Asia y el resto del mundo con sus fondos, pero también es el centro de la mayoría de los streamers y compañías globales del sudeste asiático como HBO+, Disney Asia, etc.”. Malasia se ha posicionado como lugar de rodaje favorito para muchas películas y series de televisión asiáticas. Sus costes son competitivos y, tras muchos años de experiencia, las infraestructuras y los estudios de rodaje son muy apreciados. Una incorporación reciente a este circuito es Mongolia, donde sus recién creados incentivos y sus impresionantes paisajes están comenzando a atraer cada vez a más producciones.
Los mercados cinematográficos como ACFM (Busan), TIFFCOM (Tokio), FILMART (Hong Kong) están comenzando a funcionar como centro y terreno de cultivo de proyectos cinematográficos nuevos y pioneros que ofrecen diferentes programas de lanzamiento y desarrollo. En este escenario, BTD pretende apoyar la expansión de estas redes y conectarlas tanto a Europa como a China.
Para finalizar, el productor y director Cristiano Bortone, director general de BTD, afirmó que “después de muchos años en el campo de la colaboración chino-europea, estamos encantados de embarcarnos en este nuevo viaje y esperamos con las diversas oportunidades nuevas que traerá este nuevo triángulo”.