Avatar, el sentido… del HFR

15 diciembre, 2022

Después de más de 10 años de espera llega mañana 16 de diciembre la secuela de Avatar a las salas de cine, con unos cuantos objetivos por cumplir y esperanzas para el futuro. Por Juan García

En 2009 llegaba a nuestras salas Avatar. Su éxito comercial tuvo un brutal impacto que cambió por completo el negocio de la exhibición. Pero en aquel momento ¿estaban realmente las salas de cine preparadas para este cambio? La respuesta es sencilla: NO… o no todas.

Es erróneo (o más bien incompleto) decir que Avatar puso de moda el 3D. Su gran éxito fue empujar definitivamente al negocio del cine hacia los proyectores y soportes digitales (tanto en la filmación como en la distribución y exhibición de contenidos) capaces de llevar a la gran pantalla la cota de calidad visual que desde entonces reclamó el consumidor.

La inversión en nuevos proyectores, tecnologías y canales de distribución de contenidos ha sido tan inmensa que todo un conglomerado de empresas a nivel global ha crecido a su alrededor.

Algunas simplemente se transformaron, pero otras han crecido desde cero (o desde otros sectores) gracias a poderosos modelos de financiación como el VPF, que deriva el antiguo coste del tiraje de copias en 35mm a la financiación de estos equipos… ¡pero no nos desviemos!

Llegamos a 2019

En 2019 Ang Lee con Gemini Man llevó todas estas virtudes de la proyección digital al extremo y aunque su facturación en taquilla fue un fracaso, su mayor logro fue llevar las nuevas tecnologías a las salas comerciales del mundo y de paso, poner a prueba los sistemas hasta ese momento instalados.

Se puede decir que Gemini Man fue un test mundial de las tecnologías HDR y HFR aplicadas al mundo del cine.
El HDR, literalmente Alto Rango Dinámico, es capaz de alcanzar una paleta de colores más amplia y un contraste mucho más profundo, llevando la calidad de las imágenes a cotas nunca vistas hasta ahora en el cine comercial.
El HFR esconde el acrónimo de High Frame Rate, es decir, una mayor velocidad de proyección, superior a los 24 FPS (Fotogramas por Segundo) a los que todos estamos acostumbrados.

El HFR ayuda a crear imágenes mucho más definidas y claras, más luminosas, reales y vivas. Es el gran complemento para tecnologías como el HDR o el 3D.

‘Gemini Man’

¿Por qué no es esto ya el estándar de proyección mundial? Porque viene con un nuevo problema: el ‘judder’ o efecto telenovela, una sensación de que todo se mueve a cámara rápida para el espectador… Todo parece una especie de video casero de alta calidad.

Si bien había una solución fácil para nuestras pantallas domésticas de TV, hasta ahora no había una solución clara para la exhibición en salas de cine.

Pero volvamos un momento atrás, hasta el origen de los archiconocidos 24 fotogramas por segundo. El ojo humano es capaz de percibir los 10/12 FPS como imágenes individuales y es a partir de 16 FPS cuando conseguimos engañar al cerebro y crear la ilusión de imágenes en movimiento.

Entre 1927 y 1930 se estandariza la introducción del sonido en las películas y obliga a que estas se proyecten a una velocidad constante. Es en ese momento cuando se eligen los 24 FPS que nos han llegado a día de hoy.

La norma obligatoria ahorraba costes de producción sin sacrificar la calidad de la proyección, al menos bajo los estándares de la época.

¿Por qué es esto tan importante? Porque es como se llevan viendo las películas comerciales en el cine desde hace más de 100 años.

‘Avatar: El sentido del agua’

Es algo tan profundamente ligado al aspecto cinematográfico de una película que modificarlo podría destrozar completamente la misma experiencia… y efectivamente, el HFR de Ang Lee lo estaba haciendo.

¿Qué es el TrueCut Motion y por qué deberías saberlo?

Cameron ha creado un ambicioso universo de 5 películas (4 en camino), de personajes, paisajes y planetas, con ricos fondos marinos y miles de detalles completamente nuevos y sorprendentes.. y nos los quiere mostrar en perfecto HFR. ¿Está seguro de lo que hace el bueno de Cameron?

Hasta ahora esta tecnología ha sido relegada a la mera experimentación e incluso ha sido ‘estigmatizada’ por gran parte de la industria audiovisual, siendo una de las grandes quejas que recibió la mencionada Gemini Man pero también la saga de El Hobbit ¿Entonces por qué producir una película en un formato con tan mala prensa?

Sencillamente, porque han encontrado la solución. Ni más ni menos.

TrueCut Motion es, como afirman ellos mismos, Cinematic HFR… y eso mismo parece que piensa James Cameron cuando les ha confiado a ellos el aspecto final de su Avatar: El sentido del agua, la Joya de la Corona de la tecnología cinematográfica. Estamos hablando de cambiar el aspecto con el que se ven las películas desde hace más de 100 años.

Formatos usados (digital, fotoquímico, cinta) desde el año 2000 en las 200 películas de imagen real más taquilleras.

El gran ‘invento’ de Cameron ha sido el no utilizar HFR en todo el metraje de la película, como sí hacía Ang Lee y Peter Jackson, este último estrecho colaborador con James Cameron en la aplicación del HFR en producciones cinematográficas. De haber utilizado el HFR en todo el metraje, los tramos más pausados se verían claramente perjudicados, pero sigue utilizando esa velocidad superior de FPS durante los momentos de mayor acción.

¿Cómo lo hace? Se proyectará Avatar 2 en 48 FPS para las escenas más espectaculares y de acción, pero cuando no sea necesario, cada fotograma se repite dos veces. Así, el espectador percibirá las escenas más ‘tranquilas’ como una proyección en los clásicos 24 FPS.

Un truco sencillo y efectivo que soluciona la limitación general de los proyectores actuales de poder reproducir un mismo contenido con velocidad variable de fotogramas por segundo.

¿Qué pasa si Avatar: El camino del agua tiene un impacto similar al que tuvo en el público el salto tecnológico de Avatar en 2009? ¿Qué pasa si vuelve a ser el referente visual de lo que tiene que ser una experiencia premium en una sala de cine?

Sencillamente que serviría como espaldarazo definitivo al HFR/HDR en cines.

Calentando motores… ¿para despegar?

En septiembre de este año la Cinema Technology Community publicaba un documento en el que se enumeraban todos los equipos del mercado y sus capacidades HFR, documento para el que tuve la suerte de poner mi pequeño granito de arena.

Esto es una muestra más de cómo los distribuidores, laboratorios y exhibidores están recabando información… Porque hay un interés real en el desarrollo del HFR y estar preparados para lo que pueda pasar.

Los tests (estrenos en el pasado e incluso el reestreno de la primera película de Avatar) han sido una forma de calentar motores y ver en realidad donde estamos todos.

Imagen comparativa de Eclair Color con la diferencia visual de la utilización de la tecnología HDR (© 2018 Gaumont – La Boetie Films – TF1 Films Production – Pour Toi Public)

Así fue como se proyectó el reestreno de Avatar en buena parte de los cines españoles hace unas semanas, aunque no hubo una estrategia de marketing cara al cliente y para la gran mayoría esto ha pasado desapercibido.

¿De verdad es para tanto todo esto del HFR/HDR?

Imaginemos por un momento que en 2009 no hubiera cristalizado la mencionada transformación hacia soportes digitales.

¿Seguiríamos a día de hoy proyectando con película de 35mm? Y si hubiera sido así ¿Podrían los cines competir con la brutal oferta de ocio que existe hoy en día si siguiéramos anclados a soportes analógicos?

Las salas de cine pueden llevar el HDR/HFR a cotas que nunca alcanzará el ocio doméstico. A pesar de ser tecnologías ya presentes en algunos Televisores (al igual que pasa con el sonido Dolby Atmos) estos siguen lejos de llegar a ese nivel de calidad de imagen, inmersión acústica y, finalmente, en una experiencia no equiparable a la de ver contenidos en casa.

El HFR es a día de hoy una simple elección artística que puede ver allanado su camino tras el estreno de Avatar: El sentido del agua. Los canales de masterización y distribución ya están lo suficientemente maduros como para asumir sin problemas el reto, se ha demostrado con el reestreno de Avatar.

En cambio, el HDR sí que va a necesitar una nueva (y mastodóntica) inversión en nuevos equipos capaces de alcanzar la gama de color y contraste necesarios. Aquí entran en juego los proyectores láser y las carísimas (pero increíblemente espectaculares) pantallas LED para cines.

En España podemos disfrutar de dos pantallas LED ONYX, una en Madrid (Odeon Sambil) y otra en Sevilla (Odeon Plaza de Armas).

Si Avatar 2 es un éxito rotundo, este diciembre puede también ayudar a esclarecer las dudas que aún se ciernen sobre la exhibición y encontrar, como lo hizo en 2009, nuevas formas de financiarse para dar un nuevo salto tecnológico. Esto puede beneficiar a todo el sector, pero sobre todo a todos los títulos que vengan después… Porque Avatar 2 aspira a ser la prueba definitiva para el futuro de la tecnología de la exhibición cinematográfica.

¿Están esta vez las salas de cine preparadas?

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