Estamos en la semana de los Premios Goya, y es habitual encontrar pases de cortometrajes nominados en algunos cines de Madrid como Odeon Multicines, Sala Berlanga, Cines Embajadores, etc. Esto nos lleva de nuevo a plantear la posibilidad de dar a estas pequeñas grandes obras una oportunidad de forma más continuada en las salas de cine. Por Antonio Carballo
A la gente siempre le han gustado los relatos cortos, ya sean en forma literaria o en el campo audiovisual. Tienen la ventaja de que es más llevadero si no te gusta alguna de las historias, mientras que otras pueden seducirte y dejarte un buen sabor de boca.
Hubo un tiempo en el que eran habituales los largometrajes compuestos por historias independientes pero con algún nexo en común. En los 80, por ejemplo, se produjeron varias películas de terror de esta manera.
El pasado domingo, casualmente, La2 de RTVE emitió la película Relatos salvajes, premiado trabajo del argentino Damián Szifrón que produjo El Deseo P.C. y cuyo nexo son personajes que acaban ‘explotando’… En su pase por las salas españolas fue vista por 546.000 espectadores. Es uno de los pocos filmes recientes que continúan esta tradición, junto a casos como el de Javier Fesser con Historias lamentables.
Aunque ya no prolifera este tipo de películas, sí se hacen cortos, muchos cortos. Algunos de ellos tienen una calidad enorme y, de hecho, en Cine&Tele destacamos de forma habitual sus éxitos internacionales. Cada poco tiempo hay un corto español nominado al Oscar, sin ir más lejos.
No sería nada complicado, dada la alta producción, crear varios paquetes de 3, 4 ó 5 cortos para realizar con ellos una sesión de 90 minutos. Bastaría con que tuviesen algún nexo en común. En estos días, como decimos, se están proyectando varios de ellos con el único nexo en común de estar nominados a los Premios Goya, pero habría múltiples posibilidades para armar sesiones de interés.
Estos criterios podrían ser temáticos, genéricos o estar realizados por el mismo director. En 2009 hubo una experiencia comercial interesante con A contraluz, que reunía tres premiados cortos de Eduardo Chapero-Jackson y se proyectaron exclusivamente en UGC Ciné Cité. Si bien no tuvo éxito, la iniciativa era interesante y merecía una continuidad, dándole en siguientes ocasiones el apoyo de promoción necesario que siempre reclamamos en Cine&Tele.
Las salas de cine están abiertas a programaciones alternativas, como bien comentamos a menudo. Se proyectan clásicos, conciertos musicales, ópera, partidos de fútbol… Creo que proyectar cortos dentro de este contexto sería una buena idea. Primero, porque el público merece ver obras que han sido financiadas con sus impuestos y segundo, porque le darían a las salas un contenido aún más diverso… además de económico, porque no tendrían que pagar los porcentajes habituales que se aplican para los grandes estrenos made in USA.
Bastaría con que alguna distribuidora valiente se atreviese a apostar por el formato y, haciendo cuidadas selecciones, trabajase con las salas para hacer que esos cortos que todos valoramos tanto puedan tener otra vida más allá de los festivales.