Los dirigentes del G-7 han aprobado la puesta en marcha de unos principios rectores internacionales en materia de inteligencia artificial y un código de conducta voluntario para los desarrolladores de IA.
Desde el estallido de la IA generativa, ha habido distintos planteamientos para abordar su regulación, algunas más restrictivas y otras más laxas. Desde Japón se ha planteado una vía intermedia que se ha denominado el ‘Proceso de Hiroshima sobre IA’. Los miembros del G7 acaban de aceptarla y se espera que España haga lo propio próximamente.
Este proceso se basa, en primer lugar, en el análisis de los riesgos prioritarios, los retos y las oportunidades de la IA generativa. A partir de ahí, se elaborará un Código de Conducta Internacional para las organizaciones que desarrollan sistemas avanzados de IA y se iniciará la cooperación basada en proyectos en apoyo del desarrollo de herramientas y mejores prácticas de IA responsables.
“Pedimos a las organizaciones que desarrollan sistemas avanzados de IA que se comprometan con la aplicación del Código Internacional de Conducta, así como a los ministros pertinentes que aceleren el proceso hacia el desarrollo una Política Integral del Proceso de Hiroshima sobre IA para finales de este año, en cooperación con la Alianza Global sobre Inteligencia Artificial (GPAI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, llevando a cabo una divulgación y consulta con gobiernos, mundo académico, sociedad civil y sector privado. También emplazamos a los ministros pertinentes a desarrollar un plan de trabajo antes de fin de año para seguir avanzando en el proceso”, indican en la Declaración aprobada por el G7.
Con el código se trata de frenar el impacto social de esta tecnología, potenciando la transparencia y las medidas que defiendan la privacidad y la propiedad intelectual, así como de obtener la garantía de invertir más en ciberseguridad.
“Creemos que nuestros esfuerzos conjuntos a través del Proceso Hiroshima sobre IA fomentarán un entorno abierto y propicio donde se diseñen, desarrollen, implementen y utilicen sistemas de IA seguros y confiables para maximizar los beneficios de la tecnología y al mismo tiempo mitigar sus riesgos, para el bien común en todo el mundo, incluidas las economías en desarrollo y emergentes, con miras a cerrar las brechas digitales y lograr la inclusión digital”, se dice en el texto.