Desde la invención del Scope hasta la irrupción de la realidad virtual como un nuevo arte, te guiamos por un viaje a través de las revoluciones tecnológicas que han marcado la evolución del festival de cine más importante del mundo.
Desde sus inicios, el cine ha sido escenario de constantes avances tecnológicos, un laboratorio donde los cineastas han sondeado las profundidades y ampliado los límites de la creación visual y narrativa. Desde la primera película en color hasta la invención del diseño sonoro y la aparición de los efectos especiales, los avances tecnológicos han moldeado los contornos del cine, transformando no sólo la forma en que se hacen las películas, sino también cómo las percibe y experimenta el público. Una mirada retrospectiva a ocho de estas tecnologías que dejaron huella en el Festival de Cannes.
1. Evolución en la dirección durante la era Scope
El formato Scope, creado en los años cincuenta a partir de un invento del astrónomo francés Henri Chrétien, es una lente anamórfica que permite a los cineastas captar y presentar imágenes panorámicas en la gran pantalla. A diferencia de los formatos tradicionales, abrió a los directores un nuevo horizonte visual de un alcance sin precedentes. En Francia, la primera película en plasmar oficialmente este proceso fue Nouveaux Horizons, de Marcel Ichac (rodada en CinemaScope), proyectada en Cannes en 1954, antes que el largometraje de Henry Koster, The Robe (La túnica sagrada). La amplitud de la pantalla ofrece al espectador un intenso nivel de inmersión. Acerca lo lejano y nos sumerge en grandiosos paisajes y escenas de una profundidad sin igual.
Cineastas de la Nouvelle Vague como François Truffaut también abrazaron esta innovación como parte de su revolución estética. El primer largometraje de Truffaut, Les Quatre cents coups (Los 400 golpes) (premio en Cannes a Mejor Director en 1959), fue rodado por Henri Decaë en DyaliScope blanco y negro. El uso de una pantalla ancha permitió acentuar la estrechez del apartamento de los padres del protagonista, Antoine Doinel. «El Scope proporciona una mayor impresión de estrechez a los decorados reales. Así, en Les Quatre cents coups (Los 400 golpes) los minúsculos decorados donde rodamos conservaron sus proporciones, mientras que el formato normal los habría deformado», afirmó Henri Decaë en el libro Les Directeurs de la photo et leur image.
2. El nacimiento del sonido sincronizado
La llegada de equipos más silenciosos, ligeros y ergonómicos, como la cámara Caméflex Éclair-Coutant en 1963, permitió grabar imagen y sonido de forma directa y sincronizada. El documental Chronique d’un été (Crónica de un verano, 1960), de Jean Rouch y Edgar Morin, fue uno de los primeros experimentos de rodaje con sonido sincronizado. «Coutant aceptó fabricar una cámara extremadamente ligera, en miniatura y sin sonido. Esta cámara era la cámara Éclair con la que hemos rodado Chronique d’un été. Es decir, hicimos una película al mismo tiempo que se fabricaba una cámara», afirmó Jean Rouch. Esta innovación permitió captar una nueva experiencia etnográfica y sociológica, más cercana a las aspiraciones y preocupaciones de la sociedad parisina de los años sesenta. Desempeñó un papel esencial en el renacimiento del género documental y en la aparición del cine de realidad.
3. La grúa Louma y si influencia en la dirección
La Louma, una grúa ligera desarrollada por Alain Masseron y Jean-Marie Lavalou en 1970, aportó una nueva dimensión al cine y su producción. Su capacidad para realizar una amplia gama de movimientos, desde la rotación alrededor del eje óptico hasta planos panorámicos verticales y horizontales, abrió un abanico de posibilidades a los cineastas.
Entró en el panorama cinematográfico con Le Locataire (El quimérico inquilino), de Roman Polanski, que la utilizó para los planos largos al principio de la película, junto con el jefe de cámara Sven Nykvist y el diseñador Pierre Guffroy. Wim Wenders también utilizó una Louma en Der Amerikanische Freund (El amigo americano), al igual que Steven Spielberg en 1941, que se entusiasmó: «¡Este es mi nuevo juguete!».
4. La llegada de la Steadicam
Como una auténtica revolución, la invención de la Steadicam en 1975 cambió radicalmente la forma de realizar tomas en movimiento. Su inventor, Garrett Brown, la utilizó en las primeras películas para seguir los movimientos y acompañar a los personajes. En Bound for Glory (Esta tierra es mi tierra), de Hal Ashby, proyectada en competición en Cannes en 1977, la Steadicam se utiliza para moverse fácilmente entre una multitud, mientras que Stanley Kubrick la utilizó de forma intensiva y extensiva en The Shining (El resplandor, 1979). El poder formal de la Steadicam en esta película contribuyó a democratizarla y hacerla famosa.
«La Steadicam es una especie de nuevo instrumento que permite una música más sutil y refinada. Puedes hacer movimientos que correspondan a tu sensibilidad«, afirmó Garrett Brown. Así como: «Aprendí el recorrido como un bailarín aprende una coreografía difícil y fui capaz de mejorar cada vez más a la hora de hacer el movimiento inconsciente y centrarme en el ritmo de la toma».
A principios del nuevo milenio, el director Alexander Sokurov llevó esta técnica al máximo, rodando Russian Ark (El arca rusa) en una sola toma de 96 minutos, proyectada en competición en Cannes en 2002.
5. La importancia del diseño de sonido con la introducción de Dolby
La introducción del Dolby Stereo a finales de los años 70 proporcionó a los cineastas la posibilidad de sumergir a su público en paisajes sonoros ricos y envolventes. Este nuevo uso del sonido se presentó en Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola, donde el pionero del sonido Walter Murch adoptó un enfoque revolucionario como «diseñador de sonido». Creó composiciones sonoras que introducían al público en un ballet de sonidos reales e imaginarios, reflejando los atormentados estados de ánimo del protagonista, el capitán Willard. Esta exploración del potencial del sonido contribuyó al triunfo de la película, que ganó la Palma de Oro en la 32 edición del Festival de Cannes, empatada con Die Blechtrommel (El tambor de hojalata), de Volker Schlondorff.
«Tuve que desarrollar un enfoque específico para Apocalypse Now. Francis Ford Coppola quería que la película se estrenara en (sonido) cuadrafónico, lo que me obligaba a realizar un análisis preciso de la banda sonora de la película en el espacio tridimensional. Entonces me dije: ‘si un interiorista puede utilizar la configuración de un espacio y decorarlo de forma interesante, eso es lo que tengo que hacer con una sala de cine. Tengo que utilizar el espacio tridimensional del teatro y decorarlo con sonido’. Y así es como apareció para mí el título de ‘diseñador de sonido'», declaró Walter Murch.
6. El impacto de la estandarización digital
El año 2002 supuso un gran paso para el Festival de Cannes con la formalización de las proyecciones digitales en sus tres grandes salas. Entre las películas presentadas en Competición, 24 Hour Party People de Michael Winterbottom se presenta en tras haber sido rodada digitalmente. Como director de fotografía, Robby Müller eligió una cámara digital Sony DSR-PD150 para un rodaje flexible e imprevisible, reflejando la exuberante escena musical de Manchester entre 1976 y 1992, el tema de la película.
Paralelamente a la Sección Oficial, Pépé le Moko, de Julien Duvivier, se proyectó ese año en una versión restaurada que prefiguraba la aparición de Cannes Classics. Estrenado inicialmente en 1937, este clásico sobre la historia de Pépé, un famoso gángster francés interpretado por Jean Gabin, encontró una segunda vida gracias al digital.
Esta transición atestigua el compromiso del certamen por mantenerse a la vanguardia de la tecnología cinematográfica, una decisión estratégica subrayada por Pierre Lescure, presidente del Festival en aquella época: «[El Festival de Cannes] es un laboratorio tecnológico, ya que es el primer festival que ha proyectado películas digitales».
7. El crecimiento del 3D
Considerada inicialmente como una tecnología innovadora para las películas de animación, el 3D amplió rápidamente su alcance en la década de 2000, convirtiéndose en una fértil fuente de innovación para otros géneros cinematográficos. La 62ª edición del Festival de Cannes se inauguró con la proyección en 3D del largometraje de animación Up, de Pete Docter, y fue todo un acontecimiento.
«Estamos contentos de que el 3D inaugure Cannes, ya que es una de las aventuras que será un regalo al cine en un futuro próximo», afirmó Thierry Frémaux, Delegado General del Festival. Dos años más tarde, la primera película en 3D de Takashi Miike, Ichimei (Hara-Kiri: Death of a Samurai) (Hara-kiri: Muerte de un samurai, 2011), se proyectó como parte de la Sección Oficial. Según Takashi Miike: «El tema, el escenario y el decorado de Ichimei eran los adecuados para rodar en 3D. Dicho esto, rodar en 3D impone muchas limitaciones. La película no tiene escenas de batalla porque se tarda mucho en rodarlas en 3D. Pero rodar en 3D abre otras posibilidades apasionantes».
No fue hasta 2014 cuando una película en 3D ganó un premio. Adieu au Langage (Adiós al lenguaje), de Jean-Luc Godard, ganó el Premio del Jurado (empatada con Mommy, de Xavier Dolan). Esta película experimental explora el 3D no solo por sus espectaculares efectos visuales, sino también para examinar complejos conceptos filosóficos y narrativos como testimonio de una nueva apreciación artística de esta tecnología.
8. La realidad virtual como un nuevo arte
En 2017, la realidad virtual apareció por primera vez en Cannes. Esta inmersión en un mundo virtual fue gracias al cortometraje Carne y arena (Virtualmente presente, físicamente invisible) de Alejandro González Iñárritu, proyectado Fuera de Competición. Una mezcla de tecnología y narración, la película explora los retos y las emociones de los migrantes que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Thierry Frémaux ha destacado la importancia de esta nueva forma de expresión artística. «El cine de realidad virtual, lejos de ser una mera tecnología, es ya un arte», afirma.
Las tecnologías emergentes seguirán configurando sin cesar el futuro de la industria cinematográfica y abriendo nuevas vías de exploración artística para los directores y de compromiso para el público.
Fuente: Festival de Cannes.