Las icónicas películas Azul, Blanco y Rojo, que abordan los ideales de la Revolución Francesa y fueron dirigidas por el polaco Krzysztof Kieslowski, considerado el mejor cineasta europeo de su época, celebran su 30 aniversario con un reestreno en cines en formato 4K.
En conmemoración al 30 aniversario de su estreno original, los cines españoles abren sus puertas nuevamente a la inspiradora Trilogía de los Colores del director Krzysztof Kieslowski. Una serie cinematográfica compuesta sobre una miríada de intrincadas historias que sustentan y embellecen su arquitectura, cargada de profundos significados que solo podrían ser tejidos por una mente creadora como la de Kieslowski.
El director, durante la producción de Blanco, se dedicaba simultáneamente al montaje de Azul y a la escritura del guion de Rojo, entrelazando un entramado de puentes que conectan las tres películas como un sistema nervioso, impregnando cada una con el proceso creativo de las otras dos y dotándolas de una cohesión que trasciende su visibilidad pantalla. Tras el estreno de estas películas, la reputación del cineasta se elevó al punto de ser considerado el mejor director europeo de su tiempo, falleciendo apenas tres años después del cierre de su tercera entrega.
El autor solía describirse como un buen pesimista, un sentimiento que permeaba muchas de sus obras. Viviendo la mayor parte de su vida bajo una dictadura en Polonia, experimentó un régimen que prometía libertad, igualdad y fraternidad, pero que en realidad no ofrecía ninguna de estas cosas. Este contexto sombrío quedó reflejado en sus películas, incluso después de mudarse a Francia a principios de los años 90 para rodar la trilogía Tres colores: Azul, Blanco, Rojo. A pesar del cambio de escenario, Kieslowski no pudo desprenderse completamente de la opresiva atmósfera de su Polonia natal.
Tras recibir el Premio del Jurado y el de la Crítica en el Festival de Cannes por No matarás, parte de su Decálogo, y el Premio de la Crítica nuevamente por La doble vida de Verónica, Kieslowski encontró en Francia el respaldo financiero y el reconocimiento necesario para llevar a cabo su trilogía, consolidando su prestigio y explorando profundamente los ideales humanos y las contradicciones inherentes a la modernidad.
Azul: la libertad en el desgarro
Liberté (1993) narra la historia de Julie (Juliette Binoche), quien pierde a su familia en un trágico accidente de coche. Sola y desprovista de todas sus ataduras, Julie se enfrenta a una libertad inesperada y perturbadora. Kieslowski utiliza esta premisa para reflexionar sobre el precio de la libertad y las complejidades que conlleva alcanzarla.
El estreno se llevó a cabo el 3 de julio en Cines Renoir, MK2 y Palafox Zaragoza y el 5 de julio en el resto de salas.
Blanco: la igualdad cuestionada
En Égalité (1993), seguimos a Karol (Zbigniew Zamachowski), un inmigrante polaco en Francia, cuya vida se desmorona cuando su esposa francesa lo abandona. Obligado a regresar a una Varsovia en pleno cambio hacia el capitalismo, Karol busca reconstruir su vida y sus sueños. La película cuestiona el concepto de igualdad, sugiriendo que la verdadera igualdad es un ideal difícil de alcanzar.
Se estrenó este pasado 12 de julio en salas.
«Esta es una historia sobre la negación de la igualdad. El concepto de igualdad sugiere que todos somos iguales. Sin embargo, yo creo que esto no es cierto. Nadie quiere ser el igual de su próximo. Cada uno quiere ser más igual.»
— Krzysztof Kieslowski
Rojo: la fraternidad entre desconocidos
Fraternité presenta las vidas de Valentine (Irène Jacob), el juez Kern y Auguste, cuyas historias se entrelazan en Ginebra. La película explora la fraternidad en sus diversas formas, desde el amor y la comprensión hasta la desconfianza y la traición. Kieslowski sitúa la acción en Suiza, resaltando la coexistencia de diversas comunidades culturales y religiosas.
Se estrena el próximo 19 de julio en cines.
Estreno mundial y crítica internacional
Cada película, Azul (1993), Blanco (1994) y Rojo (1994) aborda uno de los ideales de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad, respectivamente.
La crítica destacó Azul por su exploración de la libertad a través del luto y la superación personal, calificándola como una pieza esencial del cine contemporáneo francés. En Rotten Tomatoes, tiene una puntuación del 98%, mientras que en Metacritic alcanzó 87/100 debido a su grado profundidad emocional y visual.
Blanco, aunque menos intensa que su antecesora, es elogiada por su aguda observación social y su ingenioso guion. Esta comedia negra que aborda la igualdad y las dificultades en el matrimonio Rotten Tomatoes le otorgó un 89% y Metacritic un 91/100.
Rojo, que cierra la trilogía con una historia sobre la fraternidad, es la más aclamada por la crítica, logrando un 100% en Rotten Tomatoes y un 100/100 en Metacritic, se destaca por su narrativa compleja y su habilidad para conectar los temas de las películas anteriores, siendo descrita como una exploración poética de las conexiones humanas y el destino con una compleja narrativa que logra conectar los temas de las películas anteriores.
La trilogía ha sido ampliamente reconocida en el ámbito cinematográfico. Fue incluida en la lista de las mejores películas de la década de 1990 por el director y productor estadounidense Roger Ebert y ocupa el lugar 14 en la lista de las 100 mejores películas de cine mundial según Empire Magazine.
Estas tres películas han sido vistas por más de un millón de personas en España. Azul, que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia, fue vista por más de 600.000 espectadores.
La trilogía ha sido remasterizada y estrenada con gran éxito en países como Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Ahora, Wanda Films trae de regreso estas maravillosas obras de culto a las salas españolas bajo formato 4k, para brindar la oportunidad al público de apreciar cada detalle de la valiosa cinematografía de Kieslowski.