El oligopolio mediático impone su ley en el Congreso

9 junio, 2022

Los dos grandes partidos políticos que ostentan la mayoría en el Congreso de los Diputados (uno en el gobierno y el otro en la oposición) se pusieron por primera vez de acuerdo para aprobar la Ley General de Comunicación Audiovisual, impuesta a golpe de amenazas mediáticas por el  oligopolio que domina el negocio audiovisual en España. Así, la nueva definición de ‘productor independiente’ favorece a los grandes lobbies y  supone una debacle para los auténticos independientes. La diversidad creativa española se enfrenta a la mayor amenaza de la historia.

Ni la protesta del día previo ante el Congreso, que tenía por lema ‘Por la diversidad cultural, salvemos la producción independiente’, ni el manifiesto suscrito por más de 700 profesionales de la industria audiovisual española, impidieron que la Ley General de Comunicación Audiovisual siguiera su curso.

Los productores independientes de la Plataforma Audiovisual de Productoras Independientes P.A.P. (que agrupa a  AECINE, DIBOOS, MAPA, PIAF, PROA y PROFILM) y los productores de televisión de PATE no han podido cambiar el polémico artículo 110 que el Gobierno modificó con ‘nocturnidad’ y sin ningún tipo de consenso unos pocos días antes de la votación. La enmienda que podía haber salvado a la producción independiente fue rechazada en el pleno del 26 de mayo al obtener 69 síes y 215 noes (51 abstenciones). El PSOE y el PP, que tantas veces escenifican conflictos, votaron aquí lo mismo: poner los clavos del ataúd a la producción independiente.

El PSOE ha dinamitado el acuerdo que tenía con nosotros para esta ley. Pactando con PP y Ciudadanos, se están cargando la posibilidad de que salgan más producciones independientes como Alcarràs“, declaró Joan Margall (ERC) en la sesión.

Este grupo, junto con Podemos, han sido los que más han defendido a la producción independiente. “Esto favorece al duopolio mediático y tendremos menos diversidad cultural”, indicó Sofía Castañón de Unidas Podemos.

El ministro de Cultura, aparte de no responder a los productores para reunirse con ellos, había guardado silencio hasta el propio día del pleno, lo que no generaba ilusión en el sector. Finalmente, habló desde Cannes, donde había ido a arropar los estrenos de Pacifiction y As bestas, lo cual no deja de ser enormemente paradójico, pues son estas películas las que desaparecerán con la nueva ley.

Desde que el 19 de mayo, cuando se aprobaron los cambios en la recta final de la tramitación parlamentaria, los productores españoles se alzaron contra lo que consideran una traición. Primero, en el marco de la 75ª edición de Festival de Cannes, y posteriormente en una rueda de prensa de urgencia en el Ateneo de Madrid que se complementó con una protesta frente al Congreso y con un manifiesto al que se adhirieron en unas pocas horas más de 700 profesionales del audiovisual.

María Zamora, productora de 'Alcarràs' (Oso de Oro en Berlín) y jurado este año en la Semana de la Crítica, ha leído el comunicado.
María Zamora, productora de ‘Alcarràs’ (Oso de Oro en Berlín) y jurado este año en la Semana de la Crítica, leyó el comunicado en el Festival de Cannes 2022

En la rueda de prensa en el Ateneo, en la que participaron Jordi Oliva, presidente de PROA; María Luisa Gutiérrez, presidenta de AECINE; y José Nevado, director general de PATE, se señalaron las claves de esta polémica.

“¿Queremos realmente que todos dependamos de grandes compañías? Yo creo que no porque las consecuencias serán que desaparezca la diversidad (…) No es que queramos que no existan los grandes grupos de TV y plataformas, son nuestros clientes. Queremos que nos encarguen muchas cosas pero necesitamos competir de manera leal”, comentó José Nevado.

No es la primera vez que el Gobierno actual beneficia al duopolio televisivo. En abril de 2020 aprobó, como medida excepcional, inyectar 15 millones de euros a Atresmedia y Mediaset con la excusa del descenso publicitario por la pandemia.

Nos ha sorprendido que el Gobierno socialista no nos haya escuchado. Dicen que sí pero no reaccionan. Es una ley que se ha traspuesto tarde y mal. Se está haciendo ahora con prisas porque hay una espada de Damocles que es una multa que viene de Europa. Y se está haciendo de espaldas a la producción independiente. Hicimos alegaciones en las consultas públicas y no se nos hizo caso. El texto pasó tal cual lo propuso el Gobierno”, manifestó Jordi Oliva.

De izquierda a derecha, José Nevado (PATE), María Luisa Gutiérrez (AECINE) y Jordi Oliva (PROA).
De izquierda a derecha, José Nevado (PATE), María Luisa Gutiérrez (AECINE) y Jordi Oliva (PROA).

El proceso de negociación fatídico tuvo como guinda la enmienda sorpresa. “Pedimos una reunión urgente con quien es nuestro interlocutor básico, que es el ministro de Cultura. Ni siquiera nos ha contestado ni al mail ni al teléfono para darnos una cita. Nos sentimos abandonados por el Gobierno. Creemos que no es justo para el sector, sobre todo cuando se llenan la boca diciendo que España es la panacea audiovisual. Será para unos que vienen de fuera pero para los que estamos dentro es una verdadera tortura“, ha añadido el representante de PROA.

También ha habido hasta ahora un problema de interlocución. “Esta ley se ha llevado básicamente desde el ministerio de Economía. No es una ley que se esté llevando desde Cultura. De hecho, en todo el proceso nos hemos dado cuenta de que hay una gran disparidad dentro del propio Gobierno en cómo se debe articular esta ley y hemos visto quién tiene de verdad la fuerza a la hora de favorecer a unos y desfavorecer a otros”, indicó Oliva.

“Tendremos que ver qué posibilidades hay en el marco regulatorio para poder equilibrar esta situación. El cambio, sobre el papel, no parece que afecte a gran parte del sector pero cambia un modelo y abre unas puertas. Y abrir estas puertas es muy peligroso porque sabemos que algunas de las productoras participadas por los grandes grupos han tenido un nivel de crecimiento de 0 en facturación a 70 millones de euros en cuestión de meses. Nosotros no tenemos esa capacidad financiera, tenemos que desarrollar el talento”, explicó Nevado.

La última opción sería recurrir a Europa. “Habría que solicitar el amparo y cuestionar de una manera muy concreta si realmente esta trasposición refleja el espíritu de la ley. Incluso a nivel del Tribunal Constitucional también se puede hacer una evaluación”, añadió el representante de PATE.

A continuación, reproducimos íntegramente el comunicado que hicieron P.A.P. y PATE:

El ecosistema audiovisual tiene que ser diverso

Si a un bosque que tiene diversidad de especies y, en consecuencia, diversidad de seres vivientes que se desarrollan alrededor de esas especies árboles, se lo tala y se le dejan sólo los pinos (por ejemplo), se mataría todo el ecosistema y terminarían muriendo también los pinos, desapareciendo, a la larga, el bosque.

Los productores independientes somos esas otras especias alrededor de los cuales se genera un ecosistema diverso, si nos “talan” y dejan sólo prestadores de servicios, a la larga se está matando la biodiversidad del audiovisual.

Preguntamos a los políticos, ¿en qué momento de todos los años que lleváis para trasponer esta Directiva Europea (2018/1808) a nuestro ordenamiento jurídico, habéis perdido de foco el objetivo de la Directiva que tiene unas bases muy claras que había que trasponer?. Estas bases son:

– Proteger al productor independiente del prestador de servicios de comunicación ¿Tan difícil es definir lo que es la independencia?

– Hacerlo mediante una de las medidas que la Directiva daba: posibilidad de marcar la obligación a los prestadores de servicios de comunicación que, en nuestro país, el gobierno ha decidido que sea del 5% (bastante más baja que en nuestros países vecinos). Y obligación que tan sólo tiene un único objetivo: contribuir a equilibrar las fuerzas en el mercado
y que haya una biodiversidad sana de convivencia.

– En Europa llevan muchos años teniendo claro que sólo los productores independientes pueden garantizan historias que reflejen nuestra riqueza patrimonial y nuestra riqueza de pensamiento, historias que respondan a algo más que al mercantilismo. Historias que contribuyan a enriquecer la marca de nuestro país, la marca España. Porque la marca de un país, no sube y baja en la bolsa, sino que la hace grande o pequeña cosas tan intangibles como su patrimonio, su cultura, la educación y su sociedad.

Esta directiva que ha sido la misma para todos los estados miembros, resulta que lejos de acercarnos a nuestros vecinos, gracias a la trasposición que se está haciendo, nos aleja. De nada sirve una obligación que intente equilibrar el mercado si, dicha obligación, queda vacía de contenido con una definición dónde los propios obligados pueden cumplir la obligación consigo mismos.

Y no os olvidéis. La renovación generacional en el audiovisual, la clara apuesta por nuevos talentos, nuevos técnicos y nuevos creativos la hacen los productores independientes.

Esta situación puede abrir ante nosotros un panorama de consecuencias devastadoras para el cine y todo el audiovisual español.

El ejemplo más claro por reciente lo tenemos en la flamante ganadora del Oso de Oro en Berlín, Alcarrás. España no ganaba en la Berlinale desde hacía 39 años y lo ha hecho este año con una película de una producción independiente. Un drama rural ambientado en un pequeño pueblo de Lérida y rodada en catalán. Y que tuvo que posponer todo un año el rodaje debido a la Covid.

Sobre el papel, un auténtico desastre financiero. Pues bien, unos productores independientes creyeron en el proyecto y apostaron por él, porque estaban convencidos que era una historia que merecía ser contada. Una apuesta clara por el talento nuevo y femenino. Un proyecto que en manos de unos directivos de cualquier empresa de televisión privada o plataforma no hubiese visto nunca la luz.

Ejemplos en cine hay mil. El Hoyo, sin ir más lejos, que no tuvo ningún interés hasta que ganó en Toronto y la compró Netflix y fue la película más vista de la plataforma durante semanas. Pero quién apostó por un director novel y un reparto desconocido fue la producción independiente.

Queremos que nuestro cine viaje por festivales, triunfe en un mundo cada vez más globalizado en qué lo diverso y lo local nos hace únicos y más fuertes. La ley que propone el gobierno puede hacernos menos competitivos e incluso tocados de muerte.

Pero no hablamos sólo de cine. También de series. Tenemos un talento descomunal en España en el género de la ficción y queremos seguir exportando nuestras series a todo el mundo. Queremos que nuestras series sean las más vistas, las más versionadas. Pero desde la perspectiva de la diversidad cultural de España que representamos y no desde la tiranía monolítica de las televisiones privadas que se rigen por resultados pecuniarios en una tabla Excel.

El proyecto de Ley del Gobierno nos empuja a una tierra yerma de creación, de contenidos. Un desierto cultural que España no se merece y que aún estamos a tiempo de evitar mañana en el Congreso de los Diputados. Para seguir creciendo en calidad y cantidad en todos los géneros, ficción, documental, animación. En cine. En series. La producción independiente es el único garante de esta diversidad cultural. No le dictemos sentencia de muerte.

Con todo esto, reiteramos la preocupación del sector por un proyecto de ley que nos aleja del espíritu y visión europea y que pone en riesgo la pieza clave que garantiza la diversidad cultural.

Uno de nuestros mayores temores nace de la grieta que se puede abrir con esta ley al escorar más aun la cadena de valor del lado donde existe mayor concentración, los emisores. El sector audiovisual es uno de los que más rápido y más profundamente cambia debido a la transformación digital de la sociedad.

Somos la industria cultural más joven. En este ecosistema, hemos sido capaces de sobrevivir con un duopolio televisivo en el que su apuesta por los contenidos europeos destaca por el descubrimiento del cine de bajo presupuesto alemán y austriaco.

Que constantemente cuestiona las pocas obligaciones que tienen por ser los titulares una licencia pública que no les ha costado un céntimo y le has generado más de 6.000 millones de euros en beneficio. Peticiones continuas de la eliminación de la obligación de apoyo al cine, que les cuesta la mitad de su coste real porque cuentan con ayudas públicas para ello.

Ese duopolio que no ha sabido apreciar el valor real del audiovisual español hasta la llegada de plataformas internacionales. A todos se nos vienen títulos a la cabeza de creaciones hechas por nosotros que ahora en manos de dichas plataformas han copado las primeras posiciones de los más visto.

Nos han tratado de convencer de que contar con las caras de la cadena, o hacer que Rick se embarque con Ilsa dejando a Victor Lazslo pudriéndose en Casablanca eran claves del éxito. Pero hemos demostrado que si el contenido es bueno, y nosotros hacemos muy buenos contenidos, hasta la barrera idiomática desaparece. Que hay personas dispuestas a pagar para consumirlo sin publicidad, algo que sabemos no es fácil.

Este duopolio tiene la plataforma de publicidad que les hemos dado como país para promocionar de forma efectiva sus contenidos, propios o de terceros. Nuestra preocupación es que esto nos saca de la ecuación. Esta ventaja competitiva puede tener como consecuencia que la línea editorial de toda una industria que en manos de dos empresas.

Tiene consecuencias terribles para todos, para el sector por ejemplo sólo el 8% de los actores se puedan ganar la vida de su profesión, para los creadores españoles porque la defensa de sus historias, la que nos ha llevado a donde estamos hoy, no está garantizada; pero es aún peor para sociedad, con la pérdida de la pluralidad del pensamiento necesaria en una democracia, dado que toda la realidad se puede acabar filtrando por el punto de vista de dos, ahondando en la polarización.

¿Qué pedimos hoy al Gobierno y a nuestros representantes públicos en el Congreso?

Estamos a tiempo de revertir esta situación. Altura política, esta es una cuestión de estado y no de ideologías. Hemos depositado en todos y cada uno de ustedes la responsabilidad de garantizar nuestro futuro. Pero no descartamos nada. Nuestra supervivencia es innegociable. Estamos dispuestos a estudiar la formulación de una denuncia a la escala de la UE para lograr que se cumpla con el espíritu de la transposición de la directiva europea y a solicitar
el amparo al constitucional.

Sabemos que el audiovisual es una de las industrias culturales que puede impulsar el crecimiento de nuestro país. Hemos demostrado de sobra nuestro talento, ahora necesitamos su ayuda para lograrlo.

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