Durante la 67 edición del Festival de Cine de la Seminci, entrevistamos al director del certamen, Javier Angulo, para conocer la situación del evento y del panorama festivalero, los principales detalles de esta edición y lo que podemos esperar en el futuro. Por Carlos Aguilar Sambricio
Este año, las 10 personas que componen el comité de selección paritario de la Seminci más Javier Angulo como director, han valorado 3.600 películas. Finalmente, hay 275 películas programadas en los distintos apartados. En competición, en las secciones Oficial, Punto de Encuentro y Tiempo de Historia, se han podido ver 80 películas.
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Cine&Tele: El año pasado todavía se notaban algunas restricciones por la pandemia. Esta vez me imagino que ha sido un placer volver a organizar la Seminci otra vez con la normalidad, ¿no?
Javier Angulo: Sí, el año pasado teníamos todavía el 70% de ocupación de aforos. Todavía había medidas anti-COVID, distancias y las entradas había que venderlas sólo online. Fue muy complicado pero salió muy bien para lo que eran las circunstancias.
El festival durante la pandemia empezó a ser un híbrido online y físico y todos los festivales vamos a algo que ya va a ser imparable, que es que hay una parte de tu programación que se va a ver online en plataformas, básicamente en Filmin en nuestro caso.
Hay presencialidad plena pero también una parte online. No está reñido del todo. Tenemos detectado que los visionados online son de fuera de Valladolid, no son espectadores que perdemos.
C&T: En los pases los propios creadores muestran su satisfacción al ver las salas llenas. Porque nos hemos acostumbrado a muchas butacas vacías tras la pandemia y para ellos es una gozada ver que sus películas las disfruta una multitud de gente, que al final es el objetivo cuando se hacen.
J.A.: En Seminci hay mucho público de Valladolid que viene y no va durante el año al cine pero este evento no lo perdonan. Es su Seminci, su festival. Hay un sentido patrimonial. Esto sólo se puede vivir igual en San Sebastián. La gente lo considera una ceremonia y no falta.
Cuando llegué aquí había 40.000 espectadores en salas y ahora hay 100.000. Hemos logrado que el cine de autor llegue también a las generaciones de 20 o 30 años, que antes pensaban que ese cine no era para ellos, sólo en cine espectáculo. Pero se emocionan y se conmueven igual que una persona más mayor. Ese ha sido el gran éxito de los últimos años de Seminci.
C&T: ¿Qué destacarías de las películas seleccionadas en Sección Oficial y demás apartados? ¿Percibes algunas tendencias?
J.A.: Hay algo que nosotros siempre trabajamos, que es que haya una mezcla interesante de grandes maestros como puedan ser Park Chan-wook, Paul Schrader y otros directores junto con gente nueva que empieza. Ahí está la esencia, la seña de este festival. En Sección Oficial la mitad (9) son primeras y segundas películas, y además ocho son de mujeres directoras, que es el gran fenómeno que hay que destacar en los últimos años. Es una presencia imparable. Directoras muy jóvenes que están haciendo un cine desacomplejado, muy pegado a la tierra, muy sensible y es muy bonito.
Además, ocho de las películas que están en competición van a representar a sus países en la lucha por la nominación internacional en los Premios Oscar. Algo habremos hecho bien, parece que hemos acertado.
Luego hemos traído a gente como al director rumano Mungiu, que a toda la gente más exquisita e inquieta le gusta. Tenemos cortos, largos y tres películas que le influyeron, así como una masterclass. También ha venido Jim Sheridan con una masterclass.
Luego, una de las cosas de las que estoy más orgulloso es Punto de Encuentro, que es una sección como Zabaltegi en San Sebastián, y cuando llegué era una sección que era un cajón desastre en el que cabía de todo. A mí me pareció que era una oportunidad para proyectar sólo primeras y segundas películas. Una mirada al talento joven y con una temática muy cercana a todo lo que está pasando en nuestro mundo y en el mundo de la gente más joven.
En Tiempo de Historia tenemos documentales que retratan lo que no nos están dando los medios de comunicación. De DOC.España también estoy muy orgulloso, para dar la oportunidad a documentalistas españoles que no pudieran estar en Tiempo de Historia, que tuvieran una sección donde enseñar su trabajo.
C&T: Está siendo un año muy dulce para el cine español, ¿no crees? Me imagino que, por esta razón, habéis podido elegir muy buen cine español de esta cosecha…
J.A.: Yo digo medio en broma que es ‘lo que nos ha dejado Rebordinos’. Porque San Sebastián tira las redes y se lo lleva todo. Es un festival de categoría internacional. Pero sí, vamos trabajando a lo largo del año viendo algunos compromisos con películas españolas que nos parecían interesantes, como la de la inauguración, No mires a los ojos, que la teníamos vista y pactada desde hace tiempo, o Vasil, que es una película muy fresca. También Edén, que está en Punto de Encuentro.
Desde que estoy aquí, que llevo 15 años, siempre destaco que en 10 ocasiones hemos abierto con una película española. Creo que también tenemos un deber y una responsabilidad los que tenemos los festivales en España en tratar lo mejor posible al cine español porque muchas veces se le exige que no se le exige a películas norteamericanas. Ahora mismo se están haciendo todos los géneros y directores y directoras muy comprometidos, tomando riesgos y se ve cómo estamos otra vez en los festivales internacionales y no es casualidad.
C&T: Más allá de San Sebastián, que mencionabas, por esta época de finales de verano y otoño, se celebran muchos festivales en España. ¿Cómo lleváis esta competencia?
J.A.: Nos llevamos de maravilla entre los directores de los festivales, nos queremos mucho. Somos cómplices y nos comentamos películas que pueden interesar a los otros.
De hecho, tenemos una asociación que se llama Profestivales en la que estamos los festivales profesionales. Está San Sebastián un poco por encima, luego en mi opinión estaríamos nosotros junto con Málaga. También está Sevilla, Huelva y este año ha entrado Sitges. Tenemos una sensación de ayuda entre nosotros porque tenemos plantilla y actividades todo el año. Hay que trabajar un año entero.
Yo creo que hay cine para todos. Este año, por ejemplo, hay mucho y bueno donde elegir. Hay para todos, no os preocupéis. Este año ha venido lo que se quedó medio parado en la pandemia más lo propio del 2022, entonces hay mucho. Podemos coexistir todos, sobre todo cuando se tiene una especialización. Sitges es cine fantástico y de terror, Sevilla es cine europeo, Huelva es cine iberoamericano, Málaga tiene español o cine en español, y nosotros somos cine de autor puro. Nos respetamos y nos queremos mucho, no hay puñaladas.
C&T: ¿No crees que está muy descompensado, pues hay muchos festivales ahora y pocos en el primer semestre?
J.A.: Tiene una explicación muy clara. La cosecha hasta después de Cannes no está vista. Hasta mayo no es Cannes y es el gran escaparate de todo lo más importante del año. Es verdad que todo empieza en Sundance y Rotterdam, y luego está en Berlín, que es un festival excelente e imponente, pero allí no está la cosecha hasta que no llega Cannes. La carta a los Reyes Magos, o como la llamamos la long list, no la puedes hacer hasta entonces. A mediados de año no hay suficiente como para tener una buena programación.
Obviamente, si esperas a mayo, luego llegan unos meses que son tontorrones. En septiembre está el gran regalo que tiene mi amigo Rebordinos que pilla todas las películas sobre todo norteamericanas con bicho, que es como llamamos a las películas que llevan protagonistas y les coge de gira en la temporada de octubre que empieza. Los que seguimos luego no estamos en esas. Los demás estamos todos detrás uno de otro. El único que está por delante es Málaga pero claro, como es cine español y en español ha podido pillar muy buen cine en Ventana Sur y en Guadalajara, que es en marzo. Entre eso y que Juan Antonio Vigar ha sabido trabajarse muy bien el cine español.
Los demás necesitamos tener mucho más donde elegir, vamos pescando en las mismas aguas, a ver quién gana. Yo siempre cuenta que cuando entro a ver unas de las decenas que nos vemos en Cannes o Berlín, lo primero que miro es qué festival está ahí en la sala. Si está Donosti y le gusta la película, estamos jodidos (Risas)
En competición tenemos una película portuguesa que se llama Alma Viva, que me fascinó en Cannes. La vi en una pequeña sala de 50 butacas y vi que había dos festivales españoles allí. Salí el primero, escopetado, por la Croisette para llegar a la distribuidora con mi tarjeta y les dije ‘La quiero’ (Risas)
C&T: Vosotros hacéis como los distribuidores, que eso es muy habitual…
J.A.: Claro, ellos compran pero nosotros también compramos. Al mismo tiempo. Hay gente que se piensa que nosotros esperamos a que una película gane el festival y entonces ya las cogemos. Pero no, es un año entero de seguir la pista a las películas.
C&T: Antes has mencionado la plataforma Profestivales21. ¿Qué balance haces hasta ahora? Entre lo más importante ha sido la iniciativa de Ventana Cinéfila.
J.A.: Ventana Cinéfila ha sido el pistoletazo de salida para darnos cuenta de que podemos ayudarnos y hacer muchas cosas juntos. El año pasado tuvimos 250.000 chavales escolares de Andalucía y de Castilla y León que vieron películas. Este año, al incorporarse Sitges, estimamos que podemos tener 350.000 o 400.000 alumnos de toda España viendo cine europeo, nada de Disney ni por el estilo. Cine de autor adaptado para su edad. Es importante porque es el nuevo público, de ellos depende de que el cine siga en las salas.
Ahora nos vamos a constituir en sociedad, no económica, pero sí de intereses mutuos y pidiendo al Ministerio de Cultura que queremos un trato diferencial cuando se hace el reparto de las ayudas. Respetando a lo que hacen los demás, somos festivales profesionales que dejan mucho dinero en la industria español. Por ejemplo, nosotros entre premios y los fees que pagamos por algunos derechos de películas, dejamos 280.000 euros en el mundo de la distribución.
A mí no me pueden tratar igual que un festival que lo hacen en tres o cuatro meses con un personal provisional y con un presupuesto pequeño. No entro en calidad, porque algunos son magníficos. No queremos que les quiten las ayudas a ellos pero es que nosotros estamos a otro nivel.
C&T: ¿Qué destacarías de las Espigas de Honor de este año?
J.A.: Hay algunas que son cantadas. Manuel Gutiérrez Aragón, aparte de ser un gran cineasta, es un académico y un valor en el cine. En 2022 se cumplen 30 años de Jamón Jamón y Belle Epoque, las dos mejores películas españolas de esos momentos, y Andrés Vicente Gómez era el productor. Es un productor, que cuando uno se coge en IMDB la relación de películas, flipas con todo lo que ha hecho. Estaba pendiente hacerle un homenaje.
También estaba pendiente Victoria Abril. La hemos perseguido durante años para dárselo. Es imagen del cine reciente en España. Pero no había manera porque siempre estaba trabajando en Francia.
Hay un guiño especial que a mí me apetecía hacer con la comedia, que es un género muy difícil y está minusvalorado. En los festivales nos gusta sufrir y los temas intensos. Pero una buena comedia y con inteligencia es una maravilla. Por eso hemos querido darle un premio a Fernando Colomo, que ha hecho mucha y muy buena comedia. Por eso también se lo damos a Antonio Resines, un actor que es parte también de la historia de ese cine. Cuando ha hecho papeles serios, ha demostrado que un cómico puede ser un gran actor de dramas. No estoy tan seguro de lo contrario.
C&T: En la parte profesional, en los últimos años estáis impulsando el evento ‘Encuentra tu distribución’ en colaboración con ADICINE, ¿cómo valoras esta iniciativa y la importancia que puede tener para el sector?
J.A.: Es un empeño que me pareció oportuno. Un festival, hoy día, tiene que estar ligado y ser muy sensible a la industria del cine en la que te mueves. El festival es la última ventana o escaparate que tienen las películas, sobre todo las independientes, pequeñas o españolas, y así lucirse ante los críticos o para los premios.
El 70% de nuestras películas no tienen distribuidor en España. ¿Por qué no hacemos una cosa que sea ‘Encuentra distribución en Seminci’? Hay tres días en los que invitamos a los principales distribuidores a ver esas películas que no tienen vendidos sus derechos en España para pantalla grande. Si les gusta, les ponemos en contacto con los distribuidores internacionales o con los productores.
Está dando muy buenos resultados. Tenemos que ayudar a la industria porque tenemos una responsabilidad. Por eso también creamos el Foro de Mujeres, que lleva seis años. Diferentes colectivos de cineastas debaten varios temas. Por ejemplo, el papel de las directores, productores, guionistas… Este año se debate sobre la crítica. A mí siempre me ha parecido que había muy pocas mujeres críticas de cine en España. Se ha debatido y se han contado los porqués. Hay una nueva generación sobre todo en revistas como Caimán, lo cual es muy interesante porque tienen una mirada distinta.
C&T: De todos modos, considero que tenéis bastante margen de progreso en lo que son actividades de industria. Podríais tener una especie de Industry Club, ¿no?
J.A.: Sí, está planteado. La pandemia nos tiró por los suelos un proyecto que teníamos en ese sentido para hacer un mercado no diré de qué porque no quiero dar ideas. Se va a seguir planteando en el futuro porque pensamos que hay que hacer mercado. Un festival no puede ser un ente que en 8 días da películas y se acabó. Es cierto que nosotros tenemos una programación todo el año: cine para pequeños, cine para mayores con fórum, cine en los distritos, cine en las capitales de provincia, proyectos en los barrios más conflictivos, Campus Seminci, Seminci Factory…
Tenemos muchas cosas durante el año pero cada día más hay que estar muy cerca del mercado, siendo muy sensible a que esto no puede ser sólo una mera exhibición de películas.
C&T: Estáis en conversaciones para acoger el Museo del Cine, ¿no?
J.A.: Es un proyecto que yo siempre he estado muy implicado. Hubo un tiempo en Málaga que con Bigas Luna como Project Leader llegamos a ver terrenos con el alcalde, Francisco de la Torre, que sigue allí. Bigas llegó a hablar con el arquitecto Nouvel, el responsable de la ampliación del Museo Reina Sofía. Luego eso se cortó.
Yo entiendo que Madrid quiera tener el museo pero en Madrid hay 250 museos. Hay por todas las esquinas, por qué no hacerlo en una ciudad de cine. Valladolid tiene el segundo festival más antiguo, tiene la Cátedra de Cine más antigua de España, tiene la Valladolid Film Commission que organiza cantidad de rodajes, es Ciudad de Cine por la UNESCO.
Está casi todo y estamos a una hora de Madrid. Hasta podemos hacerlo en dos ciudades. Que vean los cacharros en Tabacalera en Madrid, que era el sitio donde querían hacerlo, y que aquí la gente pueda moverse a su aire en un museo interactivo y se vean todos los procesos del cine.