La directora sevillana dará el salto definitivo a la ficción tras sus dos largometrajes anteriores enmarcados en el espacio documental.
La guionista y directora Vanesa Benítez Zamora (Rota n’ Roll, La Vida Chipén) se consolida en la ficción cinematográfica con la adaptación de la novela Un incendio invisible de la autora Sara Mesa, tras sus dos largometrajes anteriores enmarcados en el espacio documental, aunque en La vida chipén ya coqueteara abiertamente con la ficción en amplios pasajes. Benítez Zamora ha participado en series documentales y programas de televisión como Un país para escucharlo, Caminos del flamenco (ambas para TVE) o La penúltima y me voy (para Atresmedia), entre otros trabajos.
En palabras de la directora, “historias ubicadas en fronteras, en lugares abandonados; el surrealismo y el humor negro para hacer crítica social; los personajes desubicados, fantasmagóricos, atrapados en una realidad que se cae a pedazos y a la que se aferran permaneciendo en sus ruinas; Barton Fink, de los Coen, que es una de mis pelis de cabecera. Creo que este cóctel contiene un poco el tipo de historias que me atraen y en Un incendio invisible he encontrado muchos de estos elementos, de ahí que me haya animado a embarcarme en la no fácil tarea de trasladar al cine el universo de imágenes potentísimas y personajes tan peculiares que Sara Mesa describe en esta novela.”
Un incendio invisible cuenta la historia de los últimos días de una ciudad, Vado, que está siendo repentinamente abandonada por sus habitantes. El protagonista es un reconocido geriatra, el doctor Tejada, que llega para hacerse cargo de la residencia de ancianos New Life justo cuando todo el mundo se está marchando. Tejada busca un lugar en el que protegerse de sí mismo y su turbio pasado, pero sus propósitos pronto se verán alterados al conocer a algunos de los singulares habitantes que aún permanecen en la ciudad, como la recepcionista de un gran hotel ya sin clientes, una niña de nueve años o un investigador de los fenómenos migratorios. Poblada de personajes situados al límite de la realidad, esta novela ganó el Premio Málaga en 2011. La novela fue revisada y reeditada en Anagrama en 2016.
Una anciana en silla de ruedas que habla con Dios en la sopa, un enfermero devenido en jardinero por culpa del alcohol, una recepcionista de un hotel sin huéspedes, una niña que insiste en que la llamen Miguel y que recoge tesoros acompañada de un galgo famélico son solo algunos de los personajes con los que Sara Mesa puebla su relato y, a su vez, las calles y edificios abandonados que el protagonista se encuentra en su periplo por un mundo que se cae a pedazos ante su mirada y la de los lectores.
Para la autora de la novela, Sara Mesa, “la mirada de Vanesa Benítez es única. Irónica, poética, con un toque surrealista, dura, humorística y brillante. Estoy muy feliz de saber que Un incendio invisible está en sus manos.”
Un incendio invisible con su atmósfera de fantasmagorías y la desesperanza que impregna las relaciones que la pueblan es una novela que vuelve a estar de actualidad ante un futuro apocalíptico, real o no, que venden a diario los medios y cuyo pesimismo se está instalando progresivamente en la sociedad ante los desafíos económicos, sociales y climáticos que se presentan en el horizonte cercano. Una historia relevante que en manos de la directora espera capturar en imágenes la desazón y la inquietud que provoca su lectura.
