Pablo Moreno: “La labor de Vicenta María con las mujeres que vemos en ‘La sirvienta’ nos suena tremendamente moderna”

23 marzo, 2023

El próximo 24 de marzo Proyecfilm distribuye en cines españoles La sirvienta (Bosco Films se encarga de la distribución internacional), que narra la historia real de Vicenta María López Vicuña, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada y que hace más de 150 años dedicó su vida a ayudar a mujeres en situación de vulnerabilidad. Hemos entrevistado a su director, Pablo Moreno, especialista en cine de temas religiosos, con títulos como Petra de San José, Un Dios prohibido, Claret; Fátima, el último misterio o Poveda, entre otros.

Pablo Moreno, director de ‘La sirvienta’

Cine&Tele: ¿Cómo te interesaste por el personaje de Vicenta María y por qué crees que es importante en nuestros días?

Pablo Moreno: Antes de la película no conocía a Vicenta María, fueron algunas jóvenes de Brasil cercanas a la congregación las que me contactaron y me propusieron hacer una película sobre la fundadora de su Congregación. Después de varias entrevistas y de documentarme sobre su vida, me di cuenta de que era una historia increíble y necesaria en nuestros días.

Entonces, al igual que ahora los procesos migratorios eran algo común, muchas mujeres de la España de mediados del XIX salieron de sus casas hacia las capitales para buscar una oportunidad laboral, casi siempre en el servicio doméstico. Entonces, al igual que hoy, muchos aprovechaban esos procesos migratorios para engañar a las más vulnerables, había muchos problemas de trata de blancas, engaños y cosas peores.

Vicenta María y las suyas ejercieron una labor preventiva, muy centrada en la mujer que consistía en formación, prevención, promoción y emancipación. Algo que nos suena tremendamente moderno, pero que alguien comenzó a hacer hace más de 150 años.

C&T: La película también se ambienta en nuestros días con otra trama, tocando un tema tan actual como la situación en Ucrania. ¿Cómo es esta historia y cómo se conecta con la otra?

P.M.: Sí, nos ayuda a poner en valor el trabajo que está gente sigue desempeñando hoy. Alguien me dijo hace poco que sólo en Madrid, las Religiosas de María Inmaculada, que así se llama la congregación que fundó Vicenta María, atienden semanalmente a varios cientos de chicas migrantes. Es muchísima gente anualmente y nos da perspectiva de la situación y de las necesidades de estas mujeres.

En España el mayor movimiento migratorio viene de Europa del Este, y las mujeres que llegan a nuestro país, buscando oportunidades de trabajo, vienen con una alta capacitación y formación. Algunas con doctorados. Cuando comprendes estos datos, te das cuenta que muchas veces no somos del todo conscientes de este fenómeno migratorio.

La historia se comenzó a escribir en el año 2019, antes de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Por lo tanto, que nuestra coprotagonista sea Ucraniana es toda una coincidencia.

C&T: Tú eres salmantino, ¿no? Creo que la grabación fue en Salamanca y Ciudad Rodrigo. ¿Cómo fue el rodaje? ¿Alguna anécdota curiosa?

P.M.: Soy mirobrigense, es decir de Ciudad Rodrigo. Hacemos cine desde ese rincón a las afueras de España, al oeste del oeste. Desde el primer momento, quisimos que el cine que hiciésemos se pudiese rodar en nuestra tierra, demográficamente muy deprimida. Creemos que las Industrias Culturales, en este caso el Cine, son motores para el desarrollo y en esto venimos trabajando desde hace casi 20 años.

El rodaje fue muy bien, es verdad que aún estábamos con algunas restricciones de la pandemia, pero fue todo fenomenal, tuve mucha ayuda de todos mis compañeros, tanto de los equipos técnicos como los del artístico.

Como anécdota curiosa, construimos muchos decorados interiores y exteriores. Por la pandemia aún era complicado estar en determinados lugares históricos de nuestra película, había que movilizar equipos y cumplir con las recomendaciones sanitarias. Por lo tanto, quisimos hacer una especie de rodaje burbuja, ya habíamos rodado así unos meses antes en mitad de pandemia. Estábamos construyendo unas calles muy bonitas y, de repente, una tormenta con unos rachas de viento fortísimas derribó parte de los decorados, fue un gran disgusto. Pero gracias a la profesionalidad de nuestro equipo de construcción y carpintería, y a la colaboración entre diversos departamentos, pudimos reconstruir a tiempo todos los decorados para el rodaje.

C&T: ¿De qué forman han colaborado y ayudado a la película las Religiosas de María Inmaculada?

P.M.: Han financiado gran parte de la película y han estado a nuestro lado en todo momento, son unas mujeres admirables. 

C&T: Cada semana se estrenan muchas películas en la cartelera. ¿Qué características destacan de La sirvienta para que puedan atraer y gustar al público?

P.M.: Es una historia distinta, contada de una manera muy peculiar. En primer lugar, nuestra montadora María Esparcia ha hecho un trabajo impresionante, no es una película lineal: los acontecimientos no transcurren siempre de forma cronológica, hay algo de montaje emocional.

Al principio teníamos algo de miedo, no sabíamos si el público iba a seguir bien la película. Pero enseguida, después de varios visionados con público, nos dimos cuenta de que la película funciona muy bien.

Las interpretaciones y la fotografía de Rubén D. Ortega son maravillosas. Y, sobre todo, la música original, compuesta por Óscar Martín Leanizbarrutia y mezclada por el gran José Vinader. La banda sonora de esta película huye del cliché que se atribuye habitualmente a este tipo de películas, es algo pulsante, vibrante y emocional. Y sin duda la historia, engancha desde el primer momento y no te suelta hasta el final.

C&T: Tienes un curriculum lleno de películas de corte religioso. Con una carrera tan fructífera, es evidente que hay un hueco para este cine. ¿Por qué crees que genera interés y suelen funcionar bien?

P.M.: Sin duda, el público demanda cada vez más este tipo de cine, creo que es bueno que en la cartelera se recojan todo tipo de propuestas y formas de ver la vida, sensibilidades dispares, etc.

Aunque es una película que habla de una religiosa del siglo XIX, no es sólo una película para católicos o gente cercana a la religión, es una historia universal. Por eso, el espectador no religioso puede ir a verla sin temor, porque nadie va a intentar venderle nada. Y por el contrario, el espectador que busca algo más en una película, va a encontrar suficientes pistas como para llevarse una buena experiencia y reflexión a casa.

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