A la huelga de guionistas iniciada el pasado 2 de mayo en Hollywood se ha sumado un nuevo parón sectorial, el de los actores y actrices. Ambas tienen en común que en la base de sus protestas está la amenaza de la Inteligencia Artificial para sus puestos de trabajo: el hombre contra la máquina.
La tensión en el seno de Hollywood cada vez es más alta. La meca del cine deberá enfrentarse desde ya a la huelga de los 160.000 miembros que componen SAG-AFTRA, o lo que es lo mismo, el sindicato de actores y actrices. Estos se han unido, tras la confirmación de la presidenta de la institución Fran Drescher, a los 11.500 guionistas que acumulan más de dos meses y medio de protestas.
Se trata de la primera huelga conjunta de ambos sectores en más de 60 años, una circunstancia que hace que la industria norteamericana se asome al abismo, ya que el horizonte más probable para los próximos meses es un parón que podría ser total. Y si se emplea el condicional para esa hipótesis es porque los directores han sido los únicos en llegar a un acuerdo con los grandes estudios, evitando así que los tres grandes gremios de la industria se detengan simultáneamente.
Pero sin intérpretes y escritores, ¿cómo podrían únicamente los directores llevar a cabo por su propia iniciativa las películas? Sin entrar a debatir en cuánto tiempo será esto posible, lo cierto es que en la respuesta a esta pregunta se esconde un peligroso agente, que está en la base de las protestas de los dos sindicatos que han decidido decir ‘¡basta!’: la Inteligencia Artificial.
Esta nueva tecnología plantea un horizonte realmente peligroso no sólo para guionistas y actores, sino para el conjunto de la sociedad. Maravillada por su potencial y ajena a sus peligros -de los que precisamente el cine nos ha advertido en innumerables ocasiones-, la humanidad está dando rienda suelta a una tecnología potencialmente tan destructiva como lo fue en su momento la bomba atómica. En ocasiones, el ser humano debe saber cuándo ponerle puertas al campo y limitar, o incluso prohibir, aquellos avances que supongan un peligro real para el futuro de millones de personas, como es el caso.
«No creo que se pueda o deba prohibir una herramienta. Pero lo que los guionistas decimos es ‘usémosla únicamente como herramienta'», explicaba a este respecto el guionista John Rogers, miembro del sindicato. Es decir, seguro que entre las funcionalidades que presenta la IA se encuentran aquellas que permitan mejorar y enriquecer el trabajo de los guionistas, bajo su supervisión y control, pero nunca se debería plantear la opción de que les suplanten o sustituyan de forma autónoma.
En el caso de los intérpretes, entre sus reclamaciones está que debe regularse el uso de la IA, para que cuando estas empleen su apariencia, reciban una compensación acorde. Sin embargo, solo el hecho de permitir que las máquinas utilicen su imagen permite atisbar un futuro en el cuál no solo puedan emplear a las personas de carne y hueso como referencia, sino crear sus propias estrellas en el universo digital y ponerlas al servicio de las grandes producciones. ¿Cuánto cobra una estrella de Hollywood por su trabajo en un film y cuánto percibiría ese actor o actriz imaginario, reciclado y creado en base a miles de datos recopilados, pero sin identidad real? Solicitar una compensación económica en vez de la prohibición de estas prácticas es pan para hoy y hambre para mañana…
En todo caso, las huelgas de guionistas y actores son un gran ejemplo para el conjunto de la población mundial. El hecho de que Geoffrey Hinton, uno de los «padres» de la inteligencia artificial, haya advertido en innumerables ocasiones sobre los riesgos de ChatGPT y sus derivados, ¿no es suficiente premonición? O nos plantamos unidos inmediatamente para poner sobre la mesa los riesgos de la Inteligencia Artificial y afrontar las limitaciones a las que debemos someterla… o deberemos enfrentarnos en la vida real a todas las amenazas que, hasta ahora, solo hemos visto en la ciencia ficción.
Antonio Carballo, editor de Cineinforme, habla en la siguiente entrevista para el Canal 24 horas del impacto de la inteligente artificial en el audiovisual: