La Comisión Federal de Comercio (FTC) y los fiscales generales de 17 estados de Estados Unidos han presentado una demanda contra Amazon por monopolio ilegal. Se acusa al gigante tecnológico de acciones “exclusionistas” a través de prácticas contrarias a la competencia leal. Esta demanda se une a la interpuesta en EE.UU. a Google, que se enfrenta en estos momentos a un gran juicio también por supuestas prácticas monopolísticas.
La demanda de todas esas instituciones alega que Amazon viola la ley «no solamente porque es grande» sino porque mantiene una conducta «exclusionista» que «evita que sus competidores actuales puedan crecer o que emerjan competidores nuevos».
En su opinión, la empresa “asfixia” a la competencia evitando que los rivales y los vendedores puedan bajar precios, y «degrada» la calidad de los productos a los que acceden los compradores, cobrando de más a los vendedores o impidiendo la innovación en el sector.
Con tácticas «coercitivas y punitivas» e impidiendo competencia en precios, selección de productos y calidad o acceso a compradores y vendedores, según entienden, “Amazon se asegura de que ningún rival pueda amenazar su dominio».
La empresa fundada por Jeff Bezos, dicen en la FTC, utiliza trucos que provocan un impacto de «cientos de miles de millones de dólares en ventas cada año» sobre más de cien millones de compradores.
Como es lógico, Amazon rechaza el fondo de la acusación: “Esta demanda deja claro que el enfoque de la FTC se ha alejado radicalmente de su misión de proteger a los consumidores y a la competencia«.
Según un comunicado de Amazon, si la resolución de la FTC prospera, eso “tendría como resultado menos productos entre los que elegir, precios más elevados, entregas más lentas para los consumidores y menos opciones para las pymes, es decir, lo contrario de lo que pretende la Ley Antimonopolio”.