La revolución de Hollywood: del Paramount Consent Decrees a la dominación de las grandes corporaciones

20 octubre, 2023

La historia de Hollywood es una novela fascinante y en constante evolución que ha dado un giro sin precedentes en los últimos años. La derogación de los conocidos ‘Paramount Consent Decrees’ en 2020 ha dado lugar a una transformación en la industria del entretenimiento, permitiendo a las grandes corporaciones norteamericanas como Warner, Disney y Netflix asumir una posición dominante en el mercado mundial.  Por Juan García

La novela nos abre ahora otro capítulo donde estamos descubriendo que el público reclama el regreso a la experiencia física fuera de casa.  Directivos como los de Amazon están siendo tentados por las salas de cine y los de Netflix tienen claro que la apertura de locales físicos es una necesidad urgente. 

Estas tendencias están remodelando por completo el panorama cinematográfico y del entretenimiento, pero esto no es nada nuevo. Son las leyes del mercado. No es nada personal.

Los Paramount Decrees y su Derogación

Para comprender la magnitud de la revolución actual, es esencial conocer el papel de los Paramount Consent Decrees. Estos eran una serie de acuerdos legales adoptados en 1948 para poner fin al control vertical que las principales compañías cinematográficas tenían sobre la producción, distribución y exhibición de películas. Aquellos decretos promovían la competencia y la diversidad en la industria, permitiendo que más estudios y cineastas independientes prosperaran.

Sin embargo, en 2020, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos derogó estas leyes, lo que abrió la puerta a un nuevo paradigma en Hollywood.

La derogación de los Paramount Decrees allanó el camino para que grandes empresas como Warner y Disney expandieran su imperio. Si bien es cierto que nada les impedía asumir un control vertical  fuera de las fronteras de EE.UU. mucho antes de 2020, no tendría sentido invertir en unidades de negocio que no se pudieran explotar en su mercado doméstico.

No es cuestión de criminalizar a estas corporaciones, sino de reconocer su habilidad para aprovechar la oportunidad de asumir el control del mercado desde la producción hasta el cliente. Son las reglas del mercado y siguen un camino muy diferente al sinuoso camino de lo ético, por cierto cada vez más sinuoso y difuminado.

Netflix y la revolución en la experiencia del entretenimiento

Netflix es un actor clave en esta revolución. La plataforma de streaming ha llevado el aprovechamiento de la liberalización de las leyes del mercado al extremo, buscando diversificarse en sectores no relacionados con la transmisión en línea. El ejemplo más reciente de este afán expansionista es la apertura de restaurantes tematizados. Esta incursión en el mundo físico es un intento de ofrecer una experiencia más completa a los consumidores y de establecer una presencia tangible en el mercado que les ayude a generar una mayor tracción de marca.

Porque nadie lleva a estos extremos la identidad de marca como lo hace Netflix. Fijaos, por ejemplo, en el evento anual que celebran para presentar su nueva línea de contenidos, el TUDUM. Una gala que en unos años podría alcanzar más interés mediático que algunos de los certámenes clásicos del mundo cinematográfico.

Siguiendo el ejemplo de Amazon, Netflix está considerando la apertura de locales físicos. Esta tendencia marca un cambio en la estrategia de las plataformas de streaming, que pueden estar buscando darle un giro fresco a los centros de ocio y revolucionar el mundo cinematográfico. La experiencia física, que muchos proclamaban obsoleta con el auge del streaming, está haciendo un regreso triunfal.

¿Alguien pensaba que las plataformas iban a quedarse fuera? Claro que no. Van a aprovechar todas las oportunidades para perpetuar su posición dominante en el mercado del ocio. Es lo que cualquiera haría mientras las reglas del juego se lo permitiesen. Además, si lo miramos por el lado positivo, esta competencia dará una gran sacudida a nuestra forma de entenderlos centros de ocio. Eso sí, queda por descubrir dónde queda la experiencia cinematográfica en todo esto. Hay que tenerlo claro y trabajar para no quedarse atrás.

El futuro de Hollywood

Lo que se perfila en el horizonte es claro: las grandes corporaciones de entretenimiento continuarán estirando las leyes del mercado hasta donde les sea posible. Cuando no puedan expandirse más, buscarán ramificarse mediante acuerdos, absorber a la competencia o incluso vender sus activos al mejor postor cuando estén en una posición más débil. La lucha por el dominio del mercado será feroz, y las leyes antimonopolio  —si se aplican en EEUU—  serán cruciales para mantener un equilibrio en la industria.

En medio de esta revolución, los cines también están experimentando un renacimiento. Con la pandemia de COVID-19, que forzó a la industria a adaptarse y buscar nuevas formas de atraer al público, los cines se están reinventando. Este resurgimiento del cine podría ser el momento adecuado para que algo grande ocurra. La experiencia de ver una película en una pantalla grande sigue siendo única, hasta las plataformas lo saben, pero lo más inteligente es mantener la euforia lejos de un mercado que aún no controlan.

La competencia entre gigantes corporativos y el regreso de los cines ofrecen un escenario que podría dar lugar a una transformación significativa en el mundo del entretenimiento.

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