Por vez primera en la historia de los Goya, dos hermanos, Cristina y Diego Trenas, están nominados por candidaturas diferentes en distintas películas de distintas productoras.
Diego está nominado al Goya a la Mejor Fotografía por Una noche con Adela, frenético plano secuencia de casi dos horas que habla de niños comprados, de discriminación, de racismo…con un final salvaje y esperanzador. Por su parte Cristina Trenas está nominada como directora al Goya a la Mejor Película Documental por Esta ambición desmedida, que sigue la gira de “El Madrileño” C. Tangana, y cuya fotografía también la firma su hermano Diego. Ambos comenzaron sus carreras en Los Ángeles, donde colaboraban en todo tipo de proyectos, y tuvo que ser la pandemia, para beneficio del cine español, la que les trajo de vuelta. Los dos están enfermos del virus del cine.
Hoy conversamos con Diego Trenas a propósito de este hito y de su película:
Diego, ¿cómo recibisteis la noticia de que ambos estabais nominados?
Yo estaba rodando en Galicia, y Cristina me llamó emocionada diciendo que nos habían nominado. Como yo también había hecho la fotografía de su película, entendí que se refería a la nominación de Esta ambición desmedida como mejor documental. A los pocos minutos el director de Una noche con Adela, Hugo Ruiz, llamó para felicitarme y le dije que era una gran noticia que hubiesen nominado el documental de mi hermana… Ahí es cuando me él me dijo que sí, que eso era genial, pero que también me habían nominado a mí para la mejor fotografía por nuestra Una noche con Adela. Entré en shock, no me podía creer que nos hubiesen nominado a los dos, imaginaros mis padres…
En Una noche con Adela y Esta ambición desmedida has optado por enfoques fotográficos muy distintos, cuéntanos un poco de cada uno.
Efectivamente son dos obras totalmente diferentes. Una noche con Adela está medida milimétricamente, se trata de un plano secuencia de casi dos horas que recorre 8 km por las calles de Madrid para acabar en un potente clímax en el interior de una casa. Hubo detrás un trabajo de pruebas muy denso para clavar la coreografía de mi cámara con la interpretación de Laura Galán, para aprovechar las luces de la propia calle al máximo y colocar las mías donde nos hacía falta, para memorizar cada movimiento y encuadre a la perfección porque si fallabas en medio del plano secuencia se echaba todo el rodaje a perder. En cambio con Esta ambición desmedida, al ser un documental, hay que estar listo para rodar en cualquier momento, para intuir qué es lo que buscan los directores, persiguiendo durante más de un año a uno de los artistas españoles más reconocidos para sacar el máximo jugo de su ecléctica vida. También hay partes de ficción, pero contábamos con mucho más tiempo para hacerlas, y por tanto no era tan estricto como el plano secuencia, había mucha libertad para crear en el momento y adaptarse a las circunstancias.
De Una noche con Adela, aparte de lo ya mencionado, ¿qué más destacarías de tu trabajo?
Cuando leí el guión sentí que Adela vivía en una ciudad peligrosa, al estilo Gotham City. Madrid es una de las ciudades más seguras del mundo, y por tanto había que trabajar mucho para conseguir que el espectador se creyese que todos esos altercados (violaciones, asesinatos, drogas, sexo salvaje) podían pasar en nuestra idílica ciudad. Para ello creamos una atmósfera muy dark a través de técnicas como una iluminación muy oscura con puntos de luz agresivos, un movimiento de cámara fluido pero frenético, un aspecto más panorámico que se va cerrando a medida que la tensión aumenta y el plan de Adela se va fraguando, o rodar de madrugada durante un gélido diciembre para que las calles estuviesen vacías, o mejor dicho, llenas de borrachos. En general estoy muy contento con la coreografía que elaboramos junto con Hugo Ruiz y Laura Galán, creo que es muy variada y compleja, y tuvimos que trabajar mucho para que la luz y los encuadres estuviesen finos en todo momento.
Ahora que has profesionalizado tanto esta técnica, ¿volverías a rodar una película en plano secuencia o crees que ya has tenido suficiente?
Cuando Hugo me envió el guion de Una noche con Adela también me envió otros dos, Dante de noche y La noche de Domingo. Se trata de una trilogía de historias coetáneas que ocurren en la misma ciudad durante el mismo periodo de tiempo, que se cruzan en ciertos puntos, y las tres están escritas para ser rodadas en plano secuencia. Cuando dije que sí a Una noche con Adela también estaba diciendo que si a las otras dos, así que aunque quisiese no podría dejar de rodar en plano secuencia (ríe). Pero no, no he tenido suficiente, ha sido sin duda una de las experiencias más enriquecedoras y apasionantes que he tenido en mi vida como director de fotografía.