Aluzine, empresa de gran prestigio y con muchos años de experiencia en su sector nos ha enviado la nota que publicamos hoy en la sección Noticias CINE de nuestra web www.cineytelePRO.com. Se trata de la presentación de una querella por apropiación de información confidencial por parte de dos ex-empleados de la empresa que pasaron a formar parte de la competencia.
Hace 50 años, acciones de este tipo eran muy perseguidas por la organización sindical. Había entonces un cierto control sobre estos individuos innobles y amorales, que podían verse desposeídos del carnet sindical sin el cual no se podía acceder al mercado laboral. La sociedad en su conjunto respetaba unos principios básicos que permitían una notable paz ciudadana y empresarial. Tanto los empresarios como los trabajadores estaban obligados a cumplir unos protocolos que, de haberse mantenido, impedirían de facto situaciones como ésta que denuncia Aluzine.
Lamentablemente, en estos últimos años hemos perdido todo tipo de principios y de respeto relacional entre personas, empresas e instituciones. Ahora todo vale: estamos bajo el mandato de unas leyes extensas y prolijas que nadie cumple. Es más: se ha instalado en la sociedad la idea de que trabajando siempre serás pobre. Hay que saltarse las normas: mentir, traicionar, delinquir en mayor o menor grado como única manera de prosperar con rapidez.
Es el tiempo de los mediocres y de los oportunistas. De los que no saben hacer nada nuevo por ellos mismos. Sólo copiar lo que han medio aprendido en su corta vida profesional rompiendo todas las reglas de honorabilidad. Esto que denuncia Aluzine es lo que sufrimos cada día en todas las empresas españolas que hemos alcanzado un cierto prestigio después de muchos años de esfuerzo y dedicación.
Sin ir más lejos, a lo largo de las últimas cuatro décadas, Cineinforme (ahora Cine&Tele PRO) ha superado varios ataques de este tipo, ataques fallidos de los que ya nadie se acuerda (Spain Film & Video Reporter, Días de Cine, Euromovies, Cine por la Red…). Por copiarme, me llegaron a copiar hasta mis proyectos para crear la Academia del Cine Español y para instaurar en España «El Día del Espectador» entre otros.
Ahora parece que hemos entrado en una era de gran efervescencia, pues en sólo un año me han salido dos «competidores» que imprimen sus revistas en papel -uno de ellos extranjero- y ambos han tenido acceso a todos los datos confidenciales de mi editorial (cosa que en las anteriores ocasiones no me pasó). Y conste que hablo sólo de revistas en papel. Porque revistas digitales, páginas web, blogs y chats sobre el mundo del cine aparecen cada día por doquier. Total, solo tienes que registrar un dominio, crear una página web y ponerte a publicar cualquier cosa (la mayor parte de lo que publican son notas de prensa de “cortar y pegar”…)
Me pregunto: ¿es que son tan inútiles que no saben hacer otra cosa? Porque en mi editorial han trabajado muchos periodistas que, una vez terminado su contrato, continuaron su camino ascendente sin copiar modelos existentes. El mundo está lleno de grandes oportunidades para gente bien formada…
Puedo presumir y presumo de que todos los periodistas especializados en la industria cinematográfica que han trabajado para mí -excepto los últimos cachorros- se desenvuelven ahora en altos cargos de asociaciones, instituciones, empresas de sectores anexos… Y estoy muy orgulloso de ellos.
Pero los mediocres sólo saben copiar, rompiendo las reglas básicas del juego.
Yo también voy a iniciar las mismas acciones legales que vosotros, Aluzine.
