Por Juan García.
En la era de la información, vivimos rodeados de datos que nos ayudan a entender el mundo que nos rodea. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Los datos, a menudo presentados como la verdad absoluta, pueden ocultar realidades complejas y a veces oscuras. Esto es particularmente cierto en dos sectores que han experimentado transformaciones significativas en los últimos años: el mundo de la exhibición cinematográfica y el streaming. Ambos sectores utilizan los datos para narrar historias de éxito y crecimiento, pero una mirada más profunda revela desafíos subyacentes que estos datos no siempre reflejan. No teman mirar el lado oscuro de la luna; son los retos los que nos aseguran el futuro.
La Paradoja del Éxito Cinematográfico
El cine ha sido un pilar cultural durante más de un siglo, proporcionando experiencias compartidas que han definido generaciones. Sin embargo, la industria cinematográfica enfrenta una paradoja intrigante: a pesar del reciente éxito de ciertas películas taquilleras, un número creciente de producciones está siendo ignorado por el gran público.
Películas como «Del Revés 2» y «Deadpool y Wolverine» han roto récords de taquilla, sugiriendo un renacimiento del interés cinematográfico. Sin embargo, estos éxitos esconden una verdad menos alentadora. Cada vez más películas, especialmente aquellas de bajo presupuesto o independientes, luchan por atraer espectadores. Esta concentración del público en unos pocos éxitos de taquilla ha dejado a muchas otras producciones en el olvido. El dato del éxito de unas pocas no refleja el fracaso generalizado y las dificultades que enfrenta una gran parte de la industria cinematográfica.
En lo que deberíamos centrar nuestros debates es en el cambio de paradigma: ya no se va al cine a ver qué películas se exhiben, sino que se sale de casa con la intención de ver una película concreta… o no se sale. Además, el valor intrínseco de la sala de cine como contexto para un contenido está quedando relegado a su capacidad de mostrar de la mejor manera posible todos los efectos visuales y sonoros de las grandes producciones de acción, especialmente tras la irrupción de las plataformas en la ecuación.
Esto lo está entendiendo perfectamente la plataforma de la N roja, abriendo locales físicos enfocados en el entretenimiento y la explotación de sus grandes IP, más allá de las tradicionales salas de cine. El entretenimiento se está imponiendo a la cultura a pasos agigantados.
La Crisis de las Películas Independientes
Las películas independientes, que a menudo ofrecen narrativas innovadoras y perspectivas frescas, son las más afectadas por esta tendencia. Estas producciones, que rara vez cuentan con los presupuestos de marketing de las grandes producciones, encuentran cada vez más difícil llegar a una audiencia significativa. La dominación del mercado por parte de los grandes estudios ha llevado a una homogeneización del contenido que se presenta al público, limitando la diversidad de historias y voces. Además, los cines, que alguna vez fueron los guardianes de la diversidad cinematográfica, ahora se centran en proyectar películas que garantizan un alto retorno financiero. Esto deja poco espacio para las producciones independientes, que terminan relegadas a festivales de cine o lanzamientos digitales con escasa promoción. La falacia del dato aquí es clara: el éxito de unas pocas películas no puede ocultar la lucha silenciosa de muchas otras.
Esta debería ser precisamente la lucha que ocupe todos nuestros esfuerzos, porque lograr volver a levantar pasiones en un público tan saturado de estímulos sería motivo de celebración, y a lo grande. Los grandes éxitos de taquilla siguen ahí, exactamente donde los dejamos antes de la pandemia. Pero, ¿qué hacemos entre gran estreno y gran estreno? ¿Cerramos los cines? Ahí hay muchísimo margen de mejora y crecimiento. Dicho de otra manera, si una frutería solamente vende manzanas ¿Sigue siendo una frutería? ¿Dejamos que el resto de frutas se pudran?
Superhéroes y Franquicias: Más Allá del Cine
Superhéroes y franquicias son importantes por sus ramificaciones en otros sectores, así podemos medir el impacto cultural, no únicamente los cambios en los hábitos de consumo. Las películas de superhéroes y las grandes franquicias no solo dominan las taquillas, sino que también influyen en la moda, los juguetes, los videojuegos y hasta las conversaciones en redes sociales. Este impacto cultural amplificado se traduce en una presencia omnipresente en la vida diaria de millones de personas, moldeando tendencias y comportamientos más allá del simple acto de ir al cine.
Por ejemplo, el universo cinematográfico de Marvel (UCM) no solo ha generado ingresos millonarios en taquilla, sino que también ha creado una industria colateral de productos licenciados que van desde figuras de acción hasta ropa y accesorios. Esta capacidad de penetrar múltiples mercados y mantenerse relevante a lo largo del tiempo demuestra que el impacto de estas películas va más allá del entretenimiento, influyendo en la cultura popular y los patrones de consumo de manera significativa.
Según la wikipedia, esta es la definición de franquicia cinematográfica o franquicia de medios:
“Una franquicia mediática es una propiedad intelectual que, a partir de una obra original (por lo general, una obra de ficción), como una película, una obra literaria, un programa de televisión o un videojuego, genera obras derivadas en distintos medios en las que hace uso de sus personajes, su universo y sus marcas registradas.”
En este sentido, hemos visto cómo se han estrenado tanto en la gran pantalla como en las plataformas algunos productos con el aura de ser ya una franquicia, cuando el gran público ni siquiera había tenido tiempo de formarse una opinión sobre ellos. Especialmente sangrante me parece el estreno de ‘Rebel Moon’, que puso toda su maquinaria publicitaria en marcha, pero quedó en una simple anécdota. Recuerden que iba a ser la ‘Star Wars’ de la N roja. Tenían toda la pista libre en la ventana navideña tras el retraso de estrenos como ‘Dune 2’ y prefirieron ignorar la ventana de la gran pantalla que hubiera amplificado sus posibilidades de éxito o relevancia.
La Expansión del Streaming y sus Oscuros Secretos
El streaming ha revolucionado la forma en que consumimos contenido, ofreciendo acceso instantáneo a una vasta biblioteca de películas, series y documentales. Con plataformas como la de la N roja, Amazon Prime Video, Disney+ y HBO Max compitiendo por nuestra atención, la expansión del streaming parece imparable. Sin embargo, este auge oculta una realidad inquietante: una parte significativa de los usuarios no utiliza estas plataformas.
Un estudio reciente realizado por Self Financial. ha revelado que hasta el 28% de los suscriptores de la plataforma de la N roja en América no ha usado su suscripción en los últimos 30 días. Esta estadística sorprendente plantea preguntas importantes sobre la sostenibilidad del modelo de negocio del streaming. ¿Cuántos de estos usuarios están pagando por inercia o desconocimiento? ¿Cuántos servicios pueden mantener su rentabilidad si una cuarta parte de su base de usuarios no interactúa con su contenido?
Pero lo más importante de todo ¿Qué valor tiene la publicidad en este medio? Siendo como lo va a ser, uno de los pilares de la sostenibilidad de las plataformas (junto a la licenciación a terceros, la diversificación de ventanas y los Bundles) ¿No es capital un engagement/fidelidad medible del cliente para certificar su valor potencial cara a los anunciantes?
¿Ahora entendemos porqué el número global de suscriptores ha dejado de ser “el todo” para el streaming?
La Publicidad en Cines y Streaming
La publicidad es un componente esencial tanto en el cine como en el streaming, pero su impacto en los consumidores varía significativamente entre estos dos medios.
Publicidad en Cines
La experiencia cinematográfica tradicional ofrece un entorno único para la publicidad. Los anuncios en cines se proyectan en una pantalla grande, con un sistema de sonido envolvente, lo que garantiza que los espectadores estén completamente inmersos. La audiencia en el cine está cautiva; no puede cambiar de canal ni saltarse los anuncios, lo que aumenta la efectividad de la publicidad.
Además, la publicidad en cines a menudo se asocia con eventos de alto perfil, como estrenos de películas muy esperadas, lo que puede aumentar el impacto de los anuncios. Las marcas también aprovechan las experiencias interactivas y los patrocinios de eventos en cines para fortalecer su conexión con los consumidores.
Publicidad en Streaming
En contraste, la publicidad en plataformas de streaming enfrenta desafíos únicos. Los servicios de streaming, especialmente los que ofrecen suscripciones premium, a menudo permiten a los usuarios evitar anuncios por completo. Sin embargo, las plataformas que integran anuncios, como Hulu y la versión gratuita de Peacock, han desarrollado métodos sofisticados para segmentar y personalizar la publicidad.
Los anuncios en streaming pueden dirigirse a audiencias específicas basándose en datos demográficos y comportamientos de visualización, lo que los hace altamente eficientes. Sin embargo, los usuarios de streaming tienen la capacidad de pausar, adelantar o incluso bloquear anuncios, lo que puede disminuir su efectividad. Además, la saturación de anuncios en algunas plataformas puede llevar a la fatiga del espectador, reduciendo aún más el impacto de la publicidad.
La Manipulación de los Datos
Los datos pueden ser manipulados para contar una historia específica. Las industrias del cine y el streaming no son ajenas a esta práctica. Al resaltar los éxitos y minimizar los fracasos, estas industrias pueden presentar una imagen distorsionada de su estado de salud. Los inversionistas, los anunciantes y el público en general pueden ser llevados a creer que todo marcha bien cuando, en realidad, existen problemas significativos.
En el caso del cine, los estudios pueden enfocarse en promocionar sus éxitos de taquilla, omitiendo la cantidad de películas que no logran recuperar sus costos de producción. En el streaming, las plataformas pueden destacar el número total de suscriptores sin revelar la falta de participación activa de una gran parte de su audiencia. Esta manipulación de los datos crea una falacia que puede tener consecuencias a largo plazo para la industria y sus consumidores.
La Necesidad de una Perspectiva Crítica
Ante esta realidad, es crucial adoptar una perspectiva crítica hacia los datos que nos presentan. Debemos cuestionar las narrativas simplistas y buscar una comprensión más profunda y matizada de las industrias del entretenimiento. Solo así podremos reconocer y abordar los desafíos ocultos que enfrentan estas industrias.
La falacia del dato nos recuerda que, aunque los números pueden parecer claros y definitivos, siempre hay una historia más compleja detrás de ellos. En un mundo donde los datos son cada vez más accesibles, nuestra responsabilidad es aprender a interpretarlos con discernimiento y escepticismo, buscando siempre la verdad más allá de las apariencias. Las industrias del cine y el streaming están en constante evolución, y sólo una comprensión completa y honesta de sus dinámicas puede ayudarnos a navegar por sus desafíos y aprovechar sus oportunidades. Los datos deben servir como una herramienta para el entendimiento, no como una cortina que oculta la realidad. Al adoptar una perspectiva crítica y matizada, podemos contribuir a un panorama mediático más saludable y sostenible, donde tanto las grandes producciones como las voces independientes tienen la oportunidad de brillar.
Sobre todo justo eso: la diversidad de voces ha de brillar o dejaremos de ser uno de los pilares de la cultura.