Entre los días 3 y 5 de este mes de marzo, Salamanca acogió el encuentro ‘Las Nuevas Conversaciones de cine español’, organizado por la Fundación SGAE. Le hemos pedido a la directora y guionista Inés París, que también es directora institucional de Audiovisuales de la Fundación SGAE, que nos ofrezca su valoración sobre este encuentro y que nos resumiese lo más destacado de su intervención en la mesa redonda en la que se debatió a cerca de la unión en el sector. Comenzamos con las declaraciones de París una serie integrada por las opiniones de otros ponentes al encuentro, como Mabel Klimt o Geraldine Gonnard.
Inés París: Personalmente, valoro las Nuevas Conversaciones muy positivamente por dos razones:
- a) La convocatoria en sí que hace justicia a nuestra memoria como ciudadanos y cineastas ya que el acto era en sí mismo un recuerdo y un homenaje a aquellos directores que se reunieron en los años cincuenta y que, desafiando la censura y la represión de la dictadura, propusieron que el cine fuera cultura y un vehículo para la libre expresión de los ciudadanos españoles.
- b) Estos días han demostrado que la gente del cine tiene mucho que decir, que es mucho más importante lo que nos une que lo que nos separa, que los cineastas tienen propuestas concretas para impulsar la industria, vincular cine y sociedad y seguir construyendo un patrimonio cultural imprescindible.
Sobre ¿qué une y qué puede separar al cine, a las empresas, a los profesionales y a las asociaciones?, Inés París es contundente al afirmar que “nos une el amor a la profesión y el convencimiento de que el cine es parte imprescindible de nuestra cultura e identidad”.
“Lo que nos separa es en este sentido, menor”, prosigue, “cada sector tiene propuestas propias para mejorar su situación pero no solo no son incompatibles sino que es necesario que unas y otras necesidades y propuestas se vinculen: por ejemplo: si no hay producción, incentivos fiscales y dotación económica en el Fondo cinematográfico, no habrá dinero para el desarrollo de nuevos proyectos y para pagar a los guionistas que están en la base de la pirámide industrial. Nuestras necesidades convergen porque nos une un objetivo común, que haya cine, que el enorme talento del sector y el buen hacer de los técnicos de primera línea que tenemos no se pierda por las dificultades para producir. También a todos nos interesa que el modelo productivo y financiero permita una gran diversidad de películas: necesitamos que convivan las películas comerciales, con las obras más arriesgadas, que no se pierda ese cine de presupuestos medianos que posibilita la industria, etc. Para mí otro tema que no se debe olvidar es el impulso a la autoría femenina, necesitamos más mujeres escribiendo, dirigiendo y produciendo”.
Preguntamos también a Inés que, si en su opinión, el sector está unido en este momento y que nos explique, a su juicio, cuáles han sido los elementos de divergencia y de unión. Para París “estamos bastante unidos, como se ha demostrado. Lo que faltan son foros como las ‘Nuevas Conversaciones’ que posibiliten la reflexión, el diálogo y la elaboración de alternativas industriales que emanen del propio sector. No quiero dejar de señalar que todo el mundo ha coincidido en señalar que necesitamos vincular cine y sociedad a través de programas que lleven el cine a la Escuela, que necesitamos formar nuevos públicos que asistan a las salas y que entiendan el daño que nos hace a todos la piratería y que esta sociedad y en concreto los estudiantes necesitan una educación crítica en el lenguaje audiovisual ya que es ahora mismo un modo de expresión y conocimiento imprescindible que no solo hay que manejar sino que hay que tener los instrumentos para analizarlo y ser críticos con el bombardeo de imágenes”.
