El juez Amit Mehta, del Tribunal de Distrito de Columbia, ha declarado que Google ha actuado como un monopolio y ha utilizado tácticas ilegales para mantener su dominio en el mercado de los motores de búsqueda. Este veredicto, que respalda las acusaciones presentadas por el Departamento de Justicia en 2020, marca un hito en la lucha contra el poder de las big-tech.
Según la sentencia, Google, propiedad del gigante Alphabet, ha controlado aproximadamente el 90% del mercado global de motores de búsqueda, utilizando su poder para asfixiar a la competencia. Durante la última década, la empresa ha destinado miles de millones de dólares a establecer contratos restrictivos con fabricantes de dispositivos como Apple y Samsung, asegurando que su motor de búsqueda fuera el predeterminado en estos dispositivos. Estos acuerdos han perjudicado a rivales como Bing, Yahoo! y DuckDuckGo.
El juicio reveló que en 2022 Google pagó 20.000 millones de dólares a Apple para garantizar que su motor de búsqueda estuviera instalado en todos los iPhone. Esta estrategia ha consolidado a Google como el buscador más popular del mundo, procesando hasta 8.500 millones de consultas al día, casi el doble del volumen mundial registrado hace 12 años, según un estudio de la firma de inversiones BOND.
El juez Mehta también determinó que este dominio monopolístico ha permitido a Google cobrar precios artificialmente elevados a los anunciantes, sin necesidad de invertir más en mejorar los resultados de su motor de búsqueda, lo que ha perjudicado a los consumidores. En su fallo, el magistrado subrayó que no hay «ninguna prueba» de que la libre competencia haya limitado la capacidad de Google para inflar los precios de sus servicios publicitarios, y que muchos anunciantes ni siquiera son conscientes de que Google es responsable de estos incrementos de precios.
Sin embargo, el juez concluyó que Google no abusa ilegalmente de su poder en el mercado de la publicidad digital. A pesar de esto, la sentencia de 277 páginas no especifica los correctivos que se impondrán a Google, una decisión que recaerá en el mismo juez en los próximos meses. Entre las posibles sanciones se baraja la posibilidad de obligar a la compañía a cambiar su modelo de negocio, como prohibirle pagar por un lugar privilegiado en dispositivos de Apple, o incluso forzar la venta de partes de su imperio.
Un golpe duro para el gigante tecnológico Google
Este fallo representa un golpe significativo para Google, cuya principal fuente de ingresos proviene de su motor de búsqueda. De los más de 305.000 millones de dólares generados por la compañía el año pasado, casi 240.000 millones provinieron de su maquinaria publicitaria. No obstante, un hipotético bloqueo del acuerdo comercial con Apple podría, paradójicamente, beneficiar a Google. Según el analista tecnológico Antonio Ortiz, si se obliga a Google a ofrecer varias opciones de buscador al iniciar un teléfono o navegador, podría evitar el pago de sumas exorbitantes a Apple, y dado que la mayoría de los usuarios probablemente seguirían eligiendo Google, la compañía podría salir fortalecida.
Este escenario ya se está probando en la Unión Europea, donde Google ha mantenido su dominio a pesar de regulaciones similares. Lo que está claro es que este veredicto podría redefinir el futuro de la competencia en la era digital y tendrá repercusiones duraderas tanto para Google como para el mercado global.