El mercado de la IA generativa multiplicará su valor por 10 para 2028: ¿A qué costo para la originalidad artística?
La IA ofrece herramientas capaces de producir contenidos de alta calidad a bajo coste, un fenómeno que ha traído consigo un incremento masivo en la producción de canciones y diversos contenidos, aunque sin el correspondiente aumento en la calidad artística. A colación del reciente éxito del ‘Eras Tour’, de Taylor Swift, podría establecerse una interpretación del buen estado de la industria musical, pero la realidad es más compleja. Según Juan García, colaborador de la revista Cineytele PRO, «en el escenario no se vio a un solo músico» y a esto le sigue otra realidad: “El mundo de la música está roto en tanto y cuanto millones de personas son capaces de gastar una cantidad ingente de dinero para ver a Taylor Swift, pero son incapaces de ir a un concierto de una banda local por 10€”.
Esta observación no es meramente anecdótica; refleja una tendencia preocupante en la que la tecnología, en particular la Inteligencia Artificial y los nuevos procesos de estandarización, están transformando radicalmente la producción y el consumo de arte. García señala que «el problema no es la IA, ni las conspiraciones para dejarnos a todos sin trabajo; es la destrucción del tejido creativo de valor, sustituido por una máquina de fotocopiar contenidos». Esta dinámica no es exclusiva de la música; el cine también se enfrenta a un desafío similar.
La producción cinematográfica se ha vuelto cada vez más dependiente de algoritmos y tecnologías automatizadas, priorizando la cantidad y el impacto comercial sobre la innovación artística.
La Inteligencia Artificial puede ser una herramienta poderosa con «unas posibilidades espectaculares», como afirma García, pero su uso indiscriminado amenaza con diluir la esencia creativa que define a estas formas de arte. La IA se ha integrado en la música y la producción audiovisual de diversas maneras. Por ejemplo, algoritmos de IA como los de AIVA (Artificial Intelligence Virtual Artist) pueden componer música original, y herramientas como Deepfake permiten crear imágenes y videos hiperrealistas. Según la investigación de Sopra Steria Next, se espera que el mercado global de la IA generativa se multiplique por más de 10 para 2028, hasta alcanzar unos 100.000 millones de dólares, lo que equivale a un crecimiento anual del 65%; uno de los principales sectores que hará uso de ella será el de los medios de comunicación y el entretenimiento.
La IA nos ofrece herramientas increíbles para expandir nuestra creatividad. No obstante, la música siempre ha sido una expresión profundamente humana. Las máquinas pueden imitar estilos y generar melodías, pero carecen de la capacidad de sentir y de transmitir esas emociones que solo los humanos podemos entender y comunicar.
El uso de la IA para la optimización de los procesos de producción y estandarización en el cine podría llevarnos a un lugar donde todo se vuelva predecible y sin alma, siendo el séptimo arte en esencia un instrumento que debe reflejar la complejidad y la diversidad de la experiencia humana.
La clave para el equilibrio entre la innovación tecnológica y la preservación de la esencia creativa será crucial para la calidad artística de estos sectores. Y todo dependerá de la utilización de estas nuevas herramientas, que podrán ser destinadas tanto para amplificar la creatividad, como para sustituirla.