La película cuenta la historia de un narcotraficante cuyo avión se estrella con un cargamento de cocaína que es encontrada y devorada por un oso negro, desatando así el caos.
Cocaine Bear de Elizabeth Banks llega a la gran pantalla este 31 de marzo, trayendo consigo una avalancha de extremidades desprendidas, cuerpos empapados de sangre y un caos inigualable. Pero esa no es exactamente la forma en que uno describiría la historia real del Oso Vicioso, también conocido como Pablo EskoBear. La película de Banks, con guión de Jimmy Warden, está inspirada en el descubrimiento del cadáver de un oso en 1985 en el Bosque Nacional Chattahoochee de Georgia.
La verdadera historia detrás de Cocaine Bear comenzó en septiembre de 1985, cuando el narcotraficante Andrew Thornton murió a causa de un accidente de paracaidismo. La teoría es que Thorton viajaba en un avión con 880 kilos de cocaína y pensó que los federales lo estaban siguiendo, por lo que decidió tirar parte del alijo del avión y llevar un poco más consigo mismo cuando se lanzó en paracaídas. Su plan salió mal.
Thornton fue declarado muerto el 11 de septiembre de 1985. Fue encontrado en en Knoxville, Tennessee, llevando unos mocasines de Gucci y con aproximadamente 15 millones de cocaína atados al cuerpo.
El oso no entró en escena hasta más adelante, cuatro meses después para ser exactos. El New York Times informó en diciembre de 1985 que un oso negro de 175 kilos «murió de una sobredosis de cocaína después tras descubrir e ingerir la droga.» El oso fue encontrado muerto en el Bosque Nacional Chattahoochee.
Hasta ahí llegan las coincidencias de Oso Vicioso con la historia real. A diferencia de la nueva comedia de terror de Universal Pictures, no se encontraron otras víctimas o extremidades cortadas en el bosque que se ligaran al oso. Como el guionista Jimmy Warden le dijo a Variety, la película no es ficción histórica sino «mi fantasía retorcida de lo que desearía que realmente sucediera después de que el oso consumiera toda esa cocaína.”