El Palau Sant Jordi se llenó con un sold out y más de 18,000 entradas vendidas para presenciar su actuación dentro de la gira mundial «The Celebration Tour».
La icónica estrella, aunque llegó casi una hora y media tarde, comenzó con gran energía interpretando «Everybody» y deslumbrando al público con un atuendo de pedrería, convirtiendo el escenario en una pista de baile gigante.
Madonna, acompañada por una veintena de bailarines, un escenario de más de 400 metros cuadrados, cientos de luces y una gigantesca bola de discoteca, llevó a la audiencia a través de sus éxitos de los años 80, incluyendo canciones como «Holiday», «Live to Tell» y «Like a Prayer». Recordó sus inicios con una actuación en la que incluso tocó la guitarra.
Madonna también recordó su legado musical con canciones como «Vogue», «Human Nature» y «Crazy for You», acompañadas de clips de momentos icónicos de su carrera en pantallas gigantes. Además, aprovechó el escenario para abogar por los derechos LGTBI y promover la inclusividad y la igualdad.
El punto culminante llegó con «La Isla Bonita» y «Argentina», donde lució la bandera LGTBI como capa, y se proyectaron imágenes de otros artistas influyentes. Madonna cerró su espectáculo con éxitos como «Ray of Light» y «Like a Virgin», finalizando con colaboraciones con Nicki Minaj.
Esta gira, que originalmente estaba programada para comenzar en Estados Unidos y Canadá, tuvo que ser pospuesta debido a una infección y se reprogramó para Europa. Después de Barcelona, Madonna continuará con sus actuaciones en otras ciudades europeas antes de concluir en Nueva York en abril. La gira «The Celebration Tour» es un impresionante espectáculo que involucra a más de 200 personas en el equipo itinerante y cuenta con una producción masiva, gimnasios portátiles y fisioterapeutas.
